Para el caso de Chiapas, especialmente en los pueblos indios de Los Altos, el alcance del catolicismo fue amplio pero superficial. En el siglo XIX el control de las comunidades indígenas por parte de los clérigos católicos se hizo cada vez más difícil. El trabajo de Rocío Ortiz Herrera (2003) demuestra que los indios alteños desarrollaron distintas respuestas ante la Iglesia católica, que fueron desde la apropiación y adaptación de la fe católica (incorporando creencias prehispánicas, muchas de las cuales subsisten hasta nuestros días), mientras que otros pueblos elaboraron lo que denomino aceptación taimada del catolicismo, es decir, mostrando aparente sumisión a las enseñanzas de los sacerdotes, pero una vez que éstos terminaban alguna de sus esporádicas visitas a las poblaciones los indígenas volvían a sus prácticas religiosas no católicas; y no pocos poblados combatieron decididamente los intentos de la Iglesia católica por dominarlos religiosamente.
Este conjunto de distintas respuestas operó diferenciadamente cuando el protestantismo llegó a Los Altos de la entidad.
En el origen de la dispersión del evangelicalismo en Chiapas confluyeron distintos actores en la amplia y diversa geografía del estado.
Hubo un génesis múltiple y en buena medida simultáneo, lo cual me permite afirmar que en lugar de un inicio único (monogénesis) y cronológicamente con primacía sobre los otros intentos de evangelización protestante, lo que en realidad tuvo lugar fue lo que llamo poligénesis: un surgimiento plural en diversas zonas de la entidad.
El enraizamiento del cristianismo evangélico en Chiapas contó con más actores de los que usualmente señalan quienes magnifican el trabajo de misioneros estadounidenses e invisibilizan los esfuerzos endógenos y sus protagonistas.
Antes de incursionar en los datos históricos de nuestra investigación, debemos mencionar que el protestantismo que llegó a Chiapas, lo mismo que al conjunto de la nación mexicana, y en términos generales a toda América Latina, fue el de la vertiente evangélica.
Los rasgos distintivos del evangelicalismo son:
1) Un enfoque, tanto devocional como teológico, en la persona de Jesucristo, especialmente (en el significado salvífico de) su muerte en la cruz.
2) La identificación de la Biblia como la autoridad final en materias de espiritualidad, doctrina y ética.
3) Un énfasis en la conversión o un “nuevo nacimiento” como experiencia religiosa que produce cambio en la vida.
4) Una preocupación por compartir la fe con otros (fuerte acento en misiones), especialmente al través del evangelismo (puntos tomados de McGrath, 1996:22).
Un autor latinoamericano se refiere al mismo tema en términos semejantes: “Los protestantes evangélicos se caracterizan por su énfasis sobre la autoridad de la Biblia en todas las cuestiones de fe y práctica; la conversión personal como una experiencia distintiva de fe en Cristo como Señor y Salvador, que separa al cristiano de los no cristianos; y la práctica de la evangelización como la dimensión fundamental de la misión de la iglesia” (Deiros, 1997:44).(2)
(1) La intervención publicada no recoge el debate que suscitó la afirmación del autor en torno al origen del protestantismo chiapaneco debido al trabajo misionero del ILV. Tal aseveración levantó críticas de varios investigadores presentes, ya que las evidencias históricas apuntan a lo que en este trabajo intentaré demostrar: los orígenes múltiples del cristianismo evangélico en Chiapas.
(2) Los trabajos de Samuel Vila (1982), Escobar Aguirre (1987), Lloyd-Jones (1992), Míguez Bonino (1995), Phillips y Okholm (2001), y Morris (2002), definen teológica y/o históricamente el significado y desarrollo del concepto evangélico.
MULTIMEDIA
Puede ver una entrevista sobre la persecución a los evangélicos en Chiapas en video (16 Mb)
AQUÍ
Se trata de una entrevista de Daniel Oval a Héctor Tamez, evangélico mexicano que es uno de los responsables internacionales de Puertas Abiertas (Open Doors), una entidad de ayuda a la Iglesia necesitada.
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