Introducción (1)
No pensamos de una determinada manera simplemente porque sí, sino por alguna razón que nos lleva a ello. Y, a su vez, actuar o sentir de una manera concreta, nos lleva a otras situaciones posteriores determinadas. Parafraseando a alguien ya olvidado, diríamos que
se termina pensando como se vive; y también, que se profundiza en aquella dirección del pensamiento que nos permite el propio pensamiento y la propia manera de ver las cosas.
Estas consecuencias pasan por determinar -a veces sin saberlo- muchos ámbitos del comportamiento humano; y tiempo habrá a lo largo de estos escritos de poner muchos y variados ejemplos de ello. Baste por ahora con decir, que una de las consecuencias más importantes, si no la que más, es el explicar
cómo y de qué manera llegamos a conocer las cosas que sabemos.
Se trata de lo que en filosofía se llama
Teoría del Conocimiento, y que constituye un apartado insoslayable de cualquier ideología.
En otras palabras, un experto en cualquier materia, un científico, un filósofo, un hombre maduro en la fe o, simplemente, cualquier persona que sabe algo acerca de un tema, debe indefectiblemente, salvo que no le importe no ser tomado en serio, saber explicar de forma aceptable cómo ha llegado a tal o cual conclusión, a tal o cual convencimiento.
Pongamos un ejemplo aceptable y otro inaceptable. Decida Vd. cuál es cada uno, y sabremos de qué estamos hablando.
1.- El cometa Halley se hace visible desde nuestro planeta cada 76 años. Y eso lo sé porque existen conocimientos experienciales a lo largo de la historia, y saberes científicos que nos permiten deducir su órbita y calcular que volverá a verse desde La Tierra exactamente en tal año.
2.- El próximo campeonato del mundo de fútbol lo ganará la selección de Alemania. Y eso lo sé porque poseo unos conocimientos de predicción del futuro, adquiridos durante muchos años de estudio, y que no puedo explicar, por razones personales, pero que me permiten saberlo.
Estoy seguro que ha elegido Vd. la opción que elegiría el 99,99% de las personas sensatas. Lo que trataré de exponer en estos artículos es
el porqué de su elección. Para ello, y quizá para motivarle a que siga leyendo, le propongo otro reto, esta vez no tan fácil.
La elección que debe hacer Vd, es la siguiente: Diga si es verdadera o falsa la siguiente afirmación.
Una mujer puede concebir un hijo sin intervención alguna de un varón.
¡Ojo! No se trata de ninguna trampa. Es, sencillamente, una pregunta acerca de qué y de cómo piensa Vd. sinceramente. Tómese una pausa, y piense, eche mano de todos los conocimientos e informaciones de que disponga, y en los que crea firmemente.
Bien, si ya se ha decidido por una opción, seguro que está entre alguna de éstas:
a) Claro que sí,
b) Por supuesto que no,
c) Podría ser, en determinadas condiciones de laboratorio,
d) No sé,
e) No me importa,
o tal vez quizá esta otra, si es usted algo desconfiado:
f) ¿Adónde pretende llevarme con todo esto?
Resolvamos algunas cuestiones. Empecemos por el final. No pretendo llevarle a ninguna parte a la que Vd. no quiera ir. Sólo se trata de ilustrar con ejemplos el hecho de que no siempre estamos tan seguros de lo que sabemos o de lo que creemos saber.
f) Si Vd. optó por la última opción, por favor, elija otra vez, tenga confianza en sí mismo y en sus propias convicciones. Así nadie podrá engañarle, o al menos le costará hacerlo. Pero no sea desconfiado desde el principio, ya que dejaría de aprender muchas y nuevas cosas interesantes para Vd.
a) o b) Si eligió Vd. Si o No, sus razones tendrá para estar tan seguro, enhorabuena en ambos casos, pero no se cierre.
d) Si su opción fue 'No sé', enhorabuena por su sinceridad también.
e) Si su respuesta es que no le importa, pues, ¿qué quiere que le diga? Sencillamente que es de agradecer que, al menos, haya llegado leyendo hasta aquí.
c) Y, finalmente, si ha dado Vd. con la opción de 'Podría ser, en determinadas condiciones de laboratorio'. Se muestra evidentemente como una persona al menos bastante informada sobre el tema. Ciertamente hace muy poco tiempo hemos podido leer y escuchar que ya sería posible clonar, o lo que es lo mismo, replicar seres humanos -digamos- unilateralmente.
Tampoco se trata aquí en absoluto de que nos planteemos ahora qué pensamos acerca de tal cuestión ética. ¿Entonces de qué se trata? Pues bien, piense sencillamente
¿qué hubieran creído de un científico que hace sólo cincuenta años hubiera sostenido que ello era cuando menos 'posible' en un futuro?
¿Se da cuenta? El ser humano no sólo sabe las cosas, sino que es muy estricto en cuanto a poder explicar a otros cómo las sabe y el modo en que ha llegado a conocerlas.
Para acabar con esta introducción le propongo un ejercicio simpático. Se trata de que explique Vd. a un interlocutor imaginario, cómo ha llegado a tener los siguientes conocimientos y convicciones.
Cómo llegó Vd. a saber:
A) Masticar y tragar la comida.
B) Montar en bicicleta o patinar.
C) El dolor intenso que le produce el contacto o la proximidad con el fuego.
D) Que (a+b)2 = a2 +2ab+b2, o sea, que el cuadrado de la suma de dos números es siempre igual a la suma del cuadrado del primer número, más el doble del producto de ambos números, más el cuadrado del segundo número.
E) Que el ser humano es un ser social y que por tanto hay que organizar la convivencia en base a valores compartidos y/o respetados por la mayoría.
F1) Que el Universo y su devenir deben tener algún sentido metafísico,
o ...
F2) Que el Universo y su devenir son fruto sólo de un azar carente de todo sentido.
¿Le parece divertido? La semana que viene seguiremos.
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