El hombre nuevo

Cuando la Biblia se refiere al hombre nuevo, se está refiriendo tanto al hombre como a la mujer que han nacido de nuevo o que han renacido por la obra soberana del Espíritu Santo a una nueva vida en Cristo (Juan 3:1-9)

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En el sentido bíblico, “hombre” (o «Adán») puede referirse tanto al género masculino como a la raza humana en general, y se distingue por ser una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios.

Según el Nuevo Testamento, el «Hombre Nuevo» es un creyente renacido en Cristo por la obra del Espíritu Santo, caracterizado por una nueva identidad, justicia y santidad, que abandona la antigua vida de pecado para revestirse de una nueva naturaleza creada según Dios, tal como nos declara el apóstol Pablo en su carta a la iglesia de Éfeso, “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22-24

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2ª Corintios 5:17 y Escrituras paralelas que también nos informan de la vida nueva o renovada como son las siguientes, Efesios 4:17-31; Colosenses 3:1-17 y que a su vez nos hablan de un nuevo estilo de vida y de un comportamiento, como fruto genuino de la nueva vida en Cristo

En general puedo percibir que no le hemos dado toda la importancia que se merece a esta cuestión del “hombre nuevo” tal como señalo en las Escrituras mencionadas anteriormente. Gracias a Dios, puedo dar fe de este cambio sustancial en nuestras vidas, cincuenta años después, tanto en la vida de mi esposa como en la de un servidor. Los valores, la cosmovisión, la ética y las buenas prácticas surgen de forma natural, entiéndase sobrenaturalmente, porque nuestra fuente de inspiración es el Hombre Perfecto que es Cristo, Él es el modelo ideal del Hombre Nuevo.

Nuestra vida nueva y todo su potencial, “están escondidos con Cristo en Dios” y mientras estamos “mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor en la intimidad, somos transformados…” 2ª Corintios 3:18

Nosotros los nacidos de nuevo, tenemos la mente de Cristo y también su corazón y su Espíritu, él es el que nos ayuda en todo y va reproduciendo el carácter de Cristo en nosotros, todo un misterio de la ingeniería divina. 1ª Corintios 2:16 Romanos 8:1-16

Según el marxismo, el Hombre Nuevo es un ser humano que se ha liberado de la alienación y del individualismo capitalista para encarnar los valores del socialismo, como el colectivismo, la solidaridad y el trabajo para el bien común, transformándose a sí mismo y a la sociedad. Este es el modelo fallido del marxismo-leninismo, creer en la bondad humana, queriendo ignorar nuestra pecaminosidad global. Porque no somos buenos por naturaleza, por cuanto todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios, Romanos 3:23.

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Pero lo esperanzador es, que siendo aún pecadores como somos, Cristo murió por nosotros, para reconciliarnos con Dios a través de una fe sincera acompañada de un arrepentimiento genuino y esto lo cambia todo. Y a partir de ahí nuestro viejo hombre es crucificado con Cristo y experimentamos una resurrección espiritual que lo transforma todo en nuestras vidas, Romanos 6:6-8

El Nuevo Testamento viene a ser el manual de la mujer y el hombre nuevo en Cristo, y ahí mismo descubrimos las abundantes riquezas de su Gracia, para con nosotros en Cristo Jesús.

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