¡Sueño con la Salvación de España!

Soy Julio Pérez, pastor de la Iglesia Metropolitana de Barcelona Betania y presidente de las Iglesias Fibe en España.

Desde mi conversión a Cristo, con apenas dieciocho años de edad, experimenté una auténtica revolución espiritual en mi vida y Dios mismo produjo una impresionante transformación personal en todo mi ser. A partir de entonces me entregué apasionadamente a la bendita causa de Cristo y mientras era discipulado por mis primeros mentores comencé a testificar a unos y a otros del amor y de la Salvación de Jesús. Me sentía ansioso por compartir con el mundo entero la medicina que había sanado mi perturbada alma.

Al poco tiempo de haber nacido de nuevo, tuve un gran sentimiento de urgencia hacia las gentes de mi país, millares y millares de hombres y mujeres que desconocían al Dios verdadero y su plan de Salvación en Cristo, se estaban echando a perder continuamente, y esta visión espiritual de tantos cientos de miles de mis compatriotas sin Dios y sin esperanza en el mundo, yendo hacía la condenación eterna, me consumía en lo más íntimo de mi ser. Por momentos pude sentir el pesar y la gran preocupación de Dios por las gentes de este maravilloso país nuestro que se llama España.

Dios tiene planes de salvación para las gentes y los pueblos de España con sus encantadoras singularidades. Cuando leí por primera vez la intención del apóstol Pablo de venir a España a predicar el Evangelio, lloré de emoción: "Cuando vaya a España...pasare entre vosotros rumbo a España". ¡España está en la Biblia, Dios pensó en nuestro país!  Porque nuestro buen Dios ha tenido y sigue teniendo planes de salvación para las gentes y los pueblos de España. (Romanos 15: 24,28)

Estoy creído de que el día del poder y de la visitación de Dios sobre la península ibérica y las islas, está hoy más cerca que nunca. Mi percepción profética me indica que esta es la generación del cambio espiritual para España (permitidme esta bendita licencia). Siempre sucede que en la hora más oscura de la noche es cuando rompe el alba de un nuevo día. Por eso, le pedimos al Dios de los cielos, que su Salvación se encienda como una antorcha gigantesca que ilumine las conciencias de los españoles y muchos otros, antes de que sea demasiado tarde. 

Por lo tanto, oremos y trabajemos unidos en todo lo posible por la redención de millares y millares de hombres, mujeres, jóvenes y niños, de toda condición social para que cuanto antes, vengan al conocimiento libertador de Nuestro Señor Jesucristo, quién también es el Salvador del mundo entero, incluida España.