Un estudio de Daniel 3:1-27.
Eran hombres de importancia en el gobierno. Habían llegado a esos altos cargos de responsabilidad y confianza debido a la combinación de capacidad intelectual, estudio y entrenamiento.
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El mismo emperador les había establecido un programa de 3 años de aprendizaje.
Sus corazones sufrían al escuchar los ensayos de la orquesta para la gran inauguración de esa gran estatua. Los ritmos eran macabros. La música era ensordecedora, disonante y despertaba irritación.
Reconocían los ritmos de la música satánica que sabían se usaba para los sacrificios humanos.
Aquella mañana se encontraron los tres amigos para discutir la situación. Lo peor del caso es que Daniel el amigo de confianza, hombre de mucha experiencia (dado que era mayor de edad que ellos) no estaba en la ciudad.
Se reúnen en un cuarto de la casa espaciosa y le ordenan a los sirvientes que todos se retiren. Uno de ellos, el mayor toma la palabra y dice: “ustedes saben la razón por la cual os he convocado”. Los otros dos lo observan con atención.
El Emperador ha determinado que todos tenemos que adorar esa estatua, ese ídolo abominable que el ha hecho. No sólo esto sino que el que no lo hace va a ser sentenciado a muerte.
Al decir esta palabra la voz de Sadrac se hace mas grave y solemne.
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Mesac y Abed Nego se cambian una mirada. Mesac parece estar tranquilo pero Abed Nego se pone pálido. Su corazón empieza a palpitar fuertemente. Sadrac continúa. El que no adore la estatua va a ser echado en un horno de fuego.
Abed Nego ahora se pone más blanquecino y demacrado.. Su cuerpo se cubre por un sudor frío . ¡Que hacer dice uno de ellos?. La semana que viene es la inauguración y se ha dado la orden que todos los empleados del gobierno tenemos que concurrir.
Sadrac se levanta y dice: el segundo mandamiento enseña “ no te harás imagen ni ninguna semejanza, no la inclinarás ante ella”.
Ellos habían aprendido de memoria a recitar el “Shema” –“Escucha Israel:el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Y amarás al SEÑOR tu Dios con todo u corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Deum.6:4,5).
“Yo no voy a adorar la estatua de Nabucodonosor”. Mesac toma la palabra. Es obvio que está nervioso. Piensa en lo que le va a suceder a su esposa y sus pequeños hijos si su padre muere en el horno de fuego.
Yo también quiero ser fiel a Dios pero me pregunto si habrá alguna manera de evitar esta “confrontación” con el rey. Después de todo el ha sido muy bueno con nosotros.
Todo lo que tenemos, la posición que hemos llegado, la autoridad que ejercemos se la debemos a él. Como me gustaría que Don Daniel estuviera aquí con nosotros para pedirle consejo.
Abed Nego se para con dificultad. Sigue pálido pero no tanto como hace unos minutos atrás. Hermanos, les dice,”Yo también quiero ser fiel al SEÑOR”. Pero no se nos está pidiendo que renunciemos a nuestro Dios.
Es sólo una cosa de arrodillarnos por unos pocos segundos y nada más.
Hermanos dice Sadrac, se acuerdan cuando éramos jóvenes y decidimos no contaminarnos con la comida del rey. Allí también estuvimos en gran peligro porque no nos alimentamos de la comida de la mesa del rey.
Pero Dios nos ayudó. Recuerdan nuestros compañeros S, J y P que decidieron comer de la comida del rey. Ellos no llegaron a nada en sus vidas. Nunca progresaron ni ascendieron. Siguen trabajando en la misma oficinita que cuando tenían 18 años. No han seguido fieles al Señor.
Celebran algunas de las fiestas de Jehová pero no tiene problemas en participar de las fiestas de Baal. Sadrac por fin hace una pausa y agrega hermanos oremos al SENOR.
Los 3 hombres oran. Primero Sadrac, luego Mesac y por último Abed Nego. En sus oraciones alaban a Jehová de los Ejércitos. Cuando terminan de orar los tres rostros han cambiado.
Tienen una paz que sólo Dios puede dar (“la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento” Fil.3.7). . Sadrac dice. El Señor me ha hablado al corazon y yo quiero ser como Josué quien dijo “yo y mi casa serviremos al Senor.
Mesac se para y dice. A mi también el Señor me ha hablado a mi alma y me ha dado la promesa de Josúe. “Esfuerzate y se valiente”.
Abed Nego se levanta después. Su rostro tambien denota paz y dice. A mi igualmente el Señor me ha hablado y me ha dicho “”Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, n o te quemarás;ni la llama te abrasará” (Isa.43:2)
Vuelven a sus casas. Sus esposas les preguntan. ¿Esposo, mío que vais a hacer? El rey quiere que todos adoren la estatua que el ha levantado. Y cada uno de ellos le responde a sus esposas.
Jehová ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE LOS Cielos.
Allí en la corte los enemigos de los varones hebreos traman con cuidado. Finalmente piden audiencia con el Emperador. Allí se acercan con esa combinación que ciertos cortesanos tienen de adulación y maldad.
Majestad, dicen: “ no tenemos palabras para agradecer sus bondades hacia nosotros y reconocemos que ud. es el rey más grande, mas ilustre, más inteligente, más poderoso, más prudente,más…”
El Emperador no está de buen humor ese dia y les dice: “vayan al grano”. Su excelencia: “Nosotros no somos chismosos ni lenguaraces pero hemos notado que hay ciertas personas que no obedecen sus ordenes. No sólo eso, tampoco lo respetan a usted”.
El rostro del rey se pone rojo. La presión arterial le sube a 20 de máxima. Sus ojos quedan enrojecidos de furor. ¿Cómo dicen ustedes? ¡ Me van a decir que en reino hay gente que no obedece a mis órdenes?. Tráiganlos inmediatamente a mi presencia.. Los soldados del emperador van a buscar a los tres hombres.
Esa mañana se han despedido de sus hijos y esposa al ir a trabajar. Que la paz de Dios os protejan dicen al salir. Y ellas responden con un eco con las mismas palabras. Cuando los recios soldados llegan para buscarlos ellos ya saben la razón.
Con la tranquilidad y fortaleza que sólo Dios puede dar acompañan a los militares.Son traídos delante del rey. El emperador está sentado en su trono. El oro abunda por todos lados.
Hay grabados del áureo metal en el respaldo del trono, en el lugar de reposar los brazos, en el estrado de los pies ..Allí están todos los hombres importantes de la corte. Sus vestiduras lujosas realzan la majestad.
Los tres hombres se acercan caminando con dignidad y hacen los saludos protocolares al emperador. . El rey los mira uno a uno. Se hace completo silencio en la sala que esta llena de cortesanos.
El emperador dice :¿Es verdad, Sadra, Mesac y Abed nego que vosotros no rendís culto a mi dios, ni dais homenaje a la estatua de oro que he levantado?. Observen que el rey no menciona la primera acusación que le fue formulado que ellos : “no te han hecho caso”.
Los tres hombres están tranquilos. Tienen la paz que Dios da a los suyos en los momentos de más necesidad. Las dudas y temores se han disipado.
Ven delante de ellos un trono majestuoso. Pero de pronto me imagino que pasa algo increíble. Es que los tres hombres al mirar al trono ven que el emperador y su trono comienzan a disminuir de tamaño y se empiezan a hacer mas pequeños.
Tienen la misma sensación visual que tenemos nosotros cuando con una cámara fotográfica apretamos el dial que hace que los objetos se vean mas pequeños y mas lejos. Pero al mismo tiempo en que la imagen de Nabucodonosor y su trono se empequeñece comienzan a ver “al Señor sentado sobre un trono alto y sublime” (Isaías 6:1).
La voz del emperador se hace más distante. De pronto vuelve a la intensidad normal y escuchan ese sonido grave y amenazador. “¡Estás listos para que al oir el sonido de la corneta, de la flauta, de la cítara de la lira, del arpa , de la zampoña……os postréis y rindáis homenaje a la estatua que yo he hecho?.
Si ellos habían escuchado esa música satánica. Habían oído esos sonidos disonantes que causaban temor. Habían escuchado esos ritmos paganos que podían asociar tan bien con las ceremonias diabólicas..
Esa música infernal no la podían soportar. Se acordaban de las melodías celestiales que habían escuchado muchas veces acompañando a los Salmos de David. Esa música era maravillosa, los elevaba. Les daba paz.
Pero esta música del emperador para adorar la estatua era diabólica. No inspiraba paz infundía intranquilidad. No inspiraba confianza suscitaba inseguridad.
El emperador baja aún más la entonació de su voz. El tono se vuelve siniestro “Porque si no rendís homenaje, en la misma hora seréis echado en medio de un horno de fuego ardiendo. ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?”
El monarca mira a los tres hombres y luego con una mirada de triunfo comienza a observar lentamente a todos sus cortesanos. El cree que esa amenaza va a convencer a estos tres hombres que hay que retroceder y hacer lo que el rey ordenó. Pero, espero en vano. El silencio se rompe y los tres hombres hablan al unísono..
Sus voces denotan claridad y tranquilidad. Nadie tartamudea ni tiembla.
El soberano en su vida ha vencido a muchos pueblos. Has visto que esos dioses paganos no pudieron ayudar a su gente. Vio que esas divinidades falsas no podían ayudar a sus seguidores.
Por eso cree que Jehová de los Ejércitos es como uno más de esos dioses que el conoce. Pero está muy equivocado.
Ellos dicen “Oh Nabucodonosor, no necesitamos nosotros responderte sobre esto. Si es así, nuestro Dios a quien rendimos culto, puede librarnos del horno de fuego ardiendo: y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, que sea de tu conocimiento, oh rey, que no hemos de rendir culto a tu dios ni tampoco hemos de dar homenaje a la estatua que has levantado”.
La primera parte de la respuesta dice no es necesario responderte sobre esto, ya lo hemos decidido. Creemos que Dios puede, tiene el poder de librarnos y confiamos lo hará.
Pero, por un momento piensan en la otra posibilidad. Aunque Dios no nos libre, nosotros no vamos a adorar tu dios ni tu estatua.
¿De dónde sacaron estos hombres el coraje para hablarle asi al emperador? ¿De dónde obtuvieron esa convicción de que Dios los va a librar? Luego agregan y” nos librará de tu mano”.
El rey creia que los tenía bajo su poder pero ellos confrontan al rey con la realidad que no están bajo la mano del rey sino que están bajo la mano del Rey de Reyes y Señor de Señores. El rey está que “explota”. Su rostro está enfurecido.
Delante de toda la corte estos tres hombres lo han desafiado y le han dicho que ellos no van a obedecerlo en cuanto a adorar a su dios y su estatua. El rey está tan airado que parecería que sus ojos se salen de las órbitas.
¡Cómo es posible que me traten a mi el emperador de esa manera y delante de toda la corte? ¿Estos hombres se merecen un castigo ejemplar? ¡Van a aprender que consecuencias trae desacatar la orden del rey!
Los tres hombres habian decidido que era mas importante obedecer a Jehová de los Ejércitos que a un hombre. Habían resuelto que era preferible que el emperador se enojara a que el Dios de Abraham se airase.
Muchos cientos de años después el apóstol Pablo lo expresa “Si Dios es por nosotros.¿quién contra nosotros” (Rom.8:31)
Estos hombres están convencidos que Dios va a obrar un milagro. De alguna manera la frase “de tu mano, oh rey nos librará” lo implica. Esto no significa que si se mueren van a ser librados del poder de Nabucodonosor. De alguna manera el Señor les ha revelado a sus siervos que El los va a rescatar.
Pero si en Su voluntad soberana no lo hace, ellos están dispuestos a morir.
El mismo pensamiento lo va a expresar muchos años después el apóstol Pablo “ ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy listo no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús” (Hech.21:13).
El rey está furibundo. Nunca en su vida ha tenido una situación similar. Jamás alguien se ha resistido a su voluntad. Y lo peor que esto ha sido como una “provocación” en frente de toda la corte.
“Que calienten el horno siete veces mas que lo acostumbrado” grita el rey mientras que su rostro muestra la cólera. Da la orden que los tres hombres sean atados para que no tengan posibilidad de escapar.
Los hombres fornidos los levantan en sus manos. Los “tarzanes” piensan que les va a ser muy fácil hacer su trabajo.. Allí abajo las llamas de fuego suben y bajan como si estuvieran bailando una danza infernal.
Se escucha el crepitar de los maderos Los ojos de todos los aristócratas y diplomáticos se abren con miedo y horror. Los hombres fornidos levantan como si fueran plumas a cada uno de ellos.
Se acercan al orificio designado para echar el combustible. Pero esta vez no son pedazos de madera sino que son tres hombres. Lo que estos hombres sanguinarios no saben es que esos cuerpos que tienen en sus brazos los están protegiendo.
Los verdugos tenían fuerza pero no poseían la defensa de Dios. Los tres fieles no tenían mucha fuerza pero tenían el auxilio divino. De alguna manera los cuerpos de los tres hombres les están dando la misma protección que una gruesa chapa de amianto o el material exterior de un “cohete trasbordador” espacial que puede soportar una temperatura de mil grados.
Una dos y tres dicen los despiadados ejecutores. Los cuerpos son echados y caen en las llamas. En el momento que esto sucede una llamarada intensa sale de la misma manera que si se hubiera echado el contenido de un gran recipiente de kerosén.
Los cuerpos de los fornidos soldados caen al suelo mientras que se revuelcan de dolor. Allí quedan inmóviles. Muchos de los administradores y cortesanos al ver eso han cerrado sus ojos para no ver ese espectáculo tan horrible. El olor de la carne quemada es repulsivo.
El rey se levanta y está alarmado. Ahora su rostro que minutos antes estaba enrojecido por el furor está pálido de miedo. Llama a sus oficiales. ¡Es posible que hubo un error y echamos cuatro personas?
No, dicen los oficiales del ejército. Echamos sólo a tres. Cómo es posible yo veo cuatro. Miren uno.dos, allí del otro lado está el tercero y más alla está el cuarto. ¿Lo ven? Claro que lo vemos. Pero no puede ser. No están muertos.
Están caminando entre las llamas como si no fuera nada. Los echamos bien atados y allí están caminando con toda tranquilidad. No estan acurrucados en un rincón. Están paseándose entre las llamas “y no sufren ningún daño”. Creo que esto representa una aparición del Señor Jesucristo antes de su encarnación ( teofania).
¿Qué es lo que vio Nabucodonosor que le hizo pensar que la cuarta persona era como “hijo de los dioses”
Yo creo que observó varios elementos que le permitieron esa conclusión. Quizás lo que vio fue similar a la descripción del Hijo del Hombre en Apocalipsis capitulo 1. Insisto en la palabra similar es decir que no fue idéntico
En primer lugar “su aspecto”La apariencia de esta persona denotaba su dignidad. Cientos de años después los discípulos están con el Señor Jesús en el monte de la transfiguración.
Pedro va a decir su epístola “fuimos testigos oculares de su majestad” (IPed. 1:16).. Juan lo expresa diciendo “contemplamos su gloria, como la gloria del unigenito del Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14).
Observemos la similitud entre las palabras de Nabucodonosor y el apóstol Juan. El Emperador dijo “el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses”. Juan expresa “la gloria del unigénito del Padre”.
Su semejanza era tan sublime que Juan dice: “cuando le ví caí como muerto a sus pies” (Apoc.1:17)
En segundo lugar su andar. Andaba con dignidad y autoridad. Las llamas de fuego no lo asustaban ni lo detenían. Caminaba con ese porte que corresponde a la realeza.
Con esa autoridad que el emperador se dio cuenta que podía ser explicada solo por la divinidad. El mismo apóstol nos enseña:“el que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que camina en medio de los siete candeleros de oro” (Apoc.2:1)
En tercer lugar sus ropas. No sólo eran resistentes al fuego. Eran ropas más hermosas y brillantes que las del emperador. Nuevamente nos acordamos que en el monte de la transfiguración los discípulos vieron que “sus vestiduras se hicieron resplandecientes, muy blancas, tanto que ningún lavandero en la tierra las puede dejar tan blancas”.
Juan nos habla de aquel que estaba “vestido con una vestidura que le llegaba hasta los pies y tenía el pecho ceñido con un cinto de oro” (Apoc.1:13)
En cuarto lugar creemos que el emperador vio los gestos y expresiones. Sin duda percibió de la manera que los otros tres interactuaban con el.
En los tiempos de las películas de cine mudo era muy importante observan los gestos de las personas dado que en estos se tenía que expresar la narración y los sentimientos de los protagonistas.
Cuando el apóstol Juan cayó a los pies de aquel cuyos pies son “semejantes al bronce bruñido, ardiente como en un horno” fue confortado por el Señor Jesús. “y puso sobre mi su mano derecha y me dijo: No temas” (Apoc. 1:17)
Para mí es llamativo que estos hombres tuvieron que pasar por la prueba de ser echados en el horno de fuego para poder experimentar la compania de aquel que es semejante al Hijo de los dioses.
“Entonces Nabucodonsor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo y llamó diciendo:¡ Sadrac, Mesac y Abed Nego siervos del Dios altísimo, salid y venid! Es el mismo emperador quien se acerca a la puerta del horno y da la orden que salgan afuera del horno.
Si estos hombres pudieron sobrevivir el horno de fuego sin duda que tenían poderes sobreanaturales que les permitirían salir por sus propios medios.
Notemos que la Escritura dice “Salieron de en medio del fuego”. Para hacerlo tienen que pasar por esas llamas y pisar esos tizones incandescentes.. Y lo hacen sin recibir ningún daño.
El vr 27 nos dice se reunieron los sátrapas,los intendentes, los gobernadores y los altos oficiales del rey para mirar a estos hombres; cómo el fuego no se había enseñoreada de sus cuerpos, ni se había quemado el cabello de sus cabezas, ni sus mantos se habían alterado, ni el olor del fuego había quedado en ellos” (vr 27).
Los tres hombres son examinados cuñidadosamente. No hay evidencia de daño en sus cuerpos. Sus ropas están intactas con al excepción de las cuerdas con las que los ataron. Los cabellos que son muy sensibles a la temperatura están intactos.
Uno a uno los sátrapas y gobernantes dicen frases como esta ¡“yo nunca ví nada así, esto es increíble”!. “Yo no puedo creer que estuvieron en ese horno y no se murieron.
Al final del dia tan largo vuelven a sus casas y saludan a sus esposas e hijos. ¿Por qué me abrazaís tan fuerte? dice una de ellas. ¿Por qué tenéis lágrimas en vuestros ojos? dice otra. ¿Por qué estáis besando a nuestros hijos con tanto cariño?, dice la tercera.
Finalmente le cuentan la historia. Al terminar la narración toda la familia está orando a Dios y alabando su nombre por su fidelidad.. Papito le pregunta uno de los hijos ¿tuvisteis miedo cuando estabas caminando por las llamas”.
Si dice Abed Nego, “pero las fuerzas que me dio el Señor fue mayor que mi temor” (2 Cor.12:9)
Sus vidas han quedado grabadas en el capítulo de los hombres de la fe “…alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, sofocaron la violencia del fuego” (Heb.11:33.34) A lo menos ocho hechos milagrosos se pueden ver en esta narración
Primero: No fueron quemados por el calor intensísimo.
Segundo: No murieron por asfixia y los gases tóxicos que se desprenden (en la mayoría de los incendios las personas mueren por la combinación de asfixia y gases tóxicos.
Tercero.: Al ser tirados en el fuego presumiblemente desde cierta altura (de por lo menos dos metros) es milagroso que no tuvieron lesiones serias en el cráneo o fracturas en los huesos. Supongo que los tiraron para que cayeran de “cabeza” pero cayeron “parados”
Cuarto: Fueron liberados de esas ataduras resistentes. Ignoramos si las ataduras fueron “quemadas” o si el Señor los desató.
Quinto: Podían soportar no unos segundos pero un tiempo prolongado esas temperaturas enormes sin tener daño. Lograron caminar en un lugar así. Hoy se podria hacer con equipo muy sofisticado y uso de aparatos de oxígeno.
Sexto: Sus cuerpos actuaron como un escudo de protección para los verdugos. Esta protección milagrosa desapareció cuando ellos fueron echados en el horno.
Séptimo. Había uno con ellos “con aspecto semejante a hijo de los dioses”
Octavo No tenían olor a humo en sus vestidos.
1) Obtuvieron una promoción en sus empleos en el gobierno.
2 ) El Emperador reconoce y bendice al Dios de los tres fieles.
3 ) Nabucodonosor reconoce el coraje y fidelidad a Dios de los tres hombres.
4) El rey ordena que el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego sea respetado
5) El emperador reconoce que “no hay otros dioses que pueda librar así como él”
La principal causa de muerte en los incendios es por asfixia y por los gases tóxicos. Por supuesto que en este caso la altisima temperatura provocaria la muerte de inmediato debido a la destrucción maciva de los tejidos.
La recompensa a la fidelidad de estos hombres fue múltiple. En primer lugar si nunca hubieran sido echados en el horno de fuego nunca hubieran tenido la compañía de aquel que es “semejante a hijo de los dioses”.
Es de destacar la importancia que se le da a los instrumentos musicales y a la música en esta narración. La múscia tiene un poder mucho mayor que lo que nosotros nos damos cuenta. Esta puede inspirar a lo bueno o a lo malo. La música puede fomentar lo carnal y pecaminoso o lo espiritual y piadoso
¡Quien no se ha sentido elevado al escuchar las sinfonías de Beethoven o el Mesías de Andel!.
Jamiesson y colaboradores dicen “ellos caminaban de un lado para otro en el fuego no para alejarse pero esperando el tiempo de Dios para que los librase. De la misma manera Jesús esperó en la tumba como el prisionero de Dios, hasta que Dios le permitió salir (Hechos 2:26,27)
Ellos salen del horno,. Nunca nadie habia salido de ese horno de fuego con vida.
Es probablemente una de los mas antiguos documentos donde se expresa el concepto de libertad de culto en oposición a la religión del Estado.. Este principio ha sido atacado aún hasta hace pocos años por los distintos sistemas políticos totalitarios.
Una teofania es una manifestación de Dios en forma visible y corporal antes de la encarnación.Dr John F. Walvoord dice:” Es probable que cada una de las manifestaciones visibles de Dios en forma corporal tienen que ser identificadas con el Señor Jesucristo (Jos. 5:13-15; Eze.1:1-28; Dan.10:1-21.= Cita de Lewis S. Chafer.
Alguien ha notado las similitudes entre Nabucodonosor obligando a adorar la estatua que el edificó y el personaje de Apocalipsis 13. Allí leemos “ que fueran muertos todos los que no adorarana la imagen de la bestia”.
La importancia de ser fieles al Señor.
Dios puede salvarnos aún en las pruebas como el “horno de fuego”
¿Hasta donde se extiende mi cometido y fidelidad para el Señor?
¿Qué hubiera hecho yo en una situación similar?
¿Es posible que la mayoría de nosotros tengamos una prueba en nuestra vida en algo similar al “horno de fuego”
¿Cuáles son las razones que les permitieron a estos hombres tener esas convicicones tan fuertes?
Cita Lewis S. Chafer. Systematic Theology volume 5 pag 33 Dallas Seminary Press
Tomado del libro CUANDO DIOS HACE MARAVILLAS. Publicado por la Editorial Mundo Hispano Casa Bautista de Publicaciones.
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