“Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
En una ocasión, estuve interpretando para un paciente que padecía de cirrosis del hígado en fase avanzada. Su única posibilidad de supervivencia era el recibir un hígado donado por otra persona. Los increíbles avances en la medicina permiten efectuar intervenciones quirúrgicas de tal envergadura que son capaces de mantener a pacientes con vida.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]
Pero digo que mantienen a los pacientes con vida. Lo digo porque a veces, cuando interpreto para el paciente cuando ya ha salido de quirófano, suele agradecer al cirujano diciendo que le ha salvado la vida y que no lo olvidará nunca... No, el cirujano le ha mantenido con vida pero no le ha salvado la vida. Eventualmente, los pacientes acabarán perdiendo la vida, por mucho que se logre médicamente postergar ese desenlace final.
Por el contrario, hay un trasplante que sí puede salvar la vida pero no tienen nada que ver con medicina. En un trasplante, se extirpa el órgano dañado y se imputa el órgano donado. Es decir, se saca el malo y se mete el bueno. Eso es la imputación. ¿Qué imputación es capaz de salvar vidas? Leamos Filipenses 3:8-10:
“{…} Para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección…”
El trasplante que salva vidas requiere:
El cirujano divino. Se trata del Salvador, a saber, Cristo. Si no es Él quien te opera, no sales viv@ del quirófano.
La extirpación de lo malo: Nuestras obras malas o incluso las “buenas” si creemos que nos hacen dignos de ser perdonados de nuestros pecados. Isaías 64:6 dice que incluso nuestras cosas buenas no son más que inmundicias ante el Dios Santo. Hay que extirpar todo eso.
La imputación de la justicia de Dios. Es decir, no merecemos la salvación. Nuestras buenas obras no logran salvarnos. Pero si Dios nos mete su justicia a cambio de nuestros pecados, podemos ser limpios de nuestro pecado y hacernos de la vida eterna. Dicha imputación de la justicia de Dios requiere que el Cirujano Divino debe sufrir el castigo de nuestros pecados. Lo hizo al morir en la cruz por nuestra culpa. Eso le permite entonces darnos su perfección porque vivió una vida sin tacha, perfecta. Nos regala esa Justicia divina y nos la pone en nuestra cuenta a través de la imputación.
La fe. Sí. Nosotros tenemos acceso a esa imputación por medio de la fe, la confianza en la obra de Cristo por nosotros en la cruz. Sin fe, por mucho que el cirujano intente imputar Su justicia, no lo hará. El Cirujano Divino respeta a los pacientes y requiere que demos nuestro consentimiento para recibir esa justicia en vez de la nuestra. Si insistimos en intentar sobrevivir con nuestras buenas obras, no se puede llevar a cabo el trasplante. Dichos pacientes no podrán experimentar el poder de la resurrección. Hay que extirpar primero nuestra “justicia” porque no somos perfectos como Dios (Mateo 5:48) antes de que se pueda reemplazar con la justicia de Dios. Si no, no cabe.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]
Los pacientes que acceden a la vida eterna lo hacen porque otorgan su consentimiento para llevar a cabo el trasplante. Reciben el regalo de la salvación debido a la bondad del Cirujano Divino ya que han comprendido que no se salvan por medio de sus intentos meritorios propios:
“Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
¿Has pasado ya por el quirófano?
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o