Sale lo bueno de lo malo

En una ocasión, estuve interpretando durante una prueba de ureteroscopia. Se trata de un test en el que el urólogo, el especialista del sistema urinario, realiza para visualizar parte del tracto urinario mediante el uso de una cámara.

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Se estaba llevando a cabo la prueba debido al dolor que sentía la paciente. El caso es que para visualizar el uréter en cuestión, la cámara debía pasar por la vejiga. Al hacerlo, el especialista se dio cuenta de que había un cáncer en fase temprana dentro de la vejiga, algo por lo que pudieron extirpar ese principio de cáncer y todo se quedó en un susto.

Dicha paciente estaba muy contenta de haber sentido ese dolor en el uréter porque si no, no hubieran dado con ese cáncer tan rápidamente. Así pues, se resolvieron dos problemas.

Me puse muy contento por dicha paciente y también pude apreciar una ilustración de una verdad bíblica. No es mera teoría:

“Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Esa primera mitad del versículo no dice que todas las cosas sean buenas sino que el Todopoderoso puede volcar lo negativo en algo positivo. Es cierto. Lo vemos en otros ejemplos:

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20).

“Todas las sendas de Dios son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios” (Salmo 25:10).

“Mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición” (Nehemías 13:2c).

Si estás leyendo esto y pasando por dificultades, confía en el Señor. Como escuché en una ocasión, una dificultad es la plataforma para que Dios despliegue Su poder.

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Y tampoco se te olvide que el peor crimen de la historia resultó en la salvación de aquellos que depositan su confianza en Cristo. Ese sí que es el mayor bien que jamás se obtuvo de lo peor que se hizo: crucificar al Dios vivo y verdadero hecho carne. La moraleja te pregunta:

¿Es tuya esa salvación?