Carta a Diciembre

Por Mati Sanchiz Rodríguez

Querido diciembre, llegas como cada año siendo el rezagado, el último de la fila, el de noches más oscuras y largas, con el frío en los talones y algunas sorpresas escondidas en tu manga; ojalá que estas sean lindas, que no sean golpes o solo ilusiones vanas.

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No seas el vagón de carga, lleno de moho, óxido y herrumbre, que ralentice la marcha, sino el que empuja el convoy, el que enciende nuevas esperanzas, como se enciende el alumbrado en mi pequeña ciudad dorada.

Toca con tus manos heladas y enfría los ánimos caldeados que están infringiendo tanto dolor, baja la temperatura que calentó a los violentos y dejó frentes abiertos a la agresión, apaga los fuegos que se encendieron y siguen activos en diferentes lugares de nuestro mundo maltratado.

Querido mío, tengo tantos deseos como emoción, permítenos encender alguna lucecita navideña en casa, sin temer que la factura de la luz nos deje a dos velas. Deja caer por la chimenea algún dulce para pasar tanto trago amargo, y deja sonar esa canción que siempre alegra el corazón.

Regálanos abrazos cálidos, visitas mágicas, paseos dorados, ratitos de amigos y sonrisas plácidas. Enséñanos a aprender y a enseñar, que el aprendizaje sea un placer y enseñar no una tarea más, sino una huella que otros pisarán. Enséñanos a querer más y mejor, sin intereses ocultos, sin buscar el favor a cambio. Querer porque se quiere querer. Porque querer es querer.

Tráenos cachitos de felicidad, montones de paz y también algo de salud, que eso nunca nos viene mal. No nos dejes caer en la amargura, en la queja y en la desolación, aunque tengamos motivos para parar un camión. Danos miradas limpias y atentas, que vean la necesidad del otro, y pon la generosidad en el corazón para aliviar otras penas.

Ven a nosotros cargado de fuerza y templanza y también de amor, de mucho amor. Querido diciembre, aunque cierras el año, sé el que abra nuevas posibilidades, nuevas metas y nuevos cielos para poder volar, nuevas puertas que franquear.

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El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció... Desde entonces comenzó Jesús a predicar… Venid en pos de mí… -Mt 4:16-19

Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. -2 Cor 8:9

Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo que desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento. –St 1:17, NTV