Amo a María y a Pedro

¡Sí! ¿Cómo no amarlos? Ellos son mi hermana y mi hermano en Cristo (Romanos 12:13a, 1ª Pedro 3:8a, Proverbios 6:16-19, Juan 17:21, Romanos 12:5 y 16, Romanos 15:5-6, 1ª Corintios 1:10 y 16-17, 1ª Corintios 14:26, 1ª Corintios 12:24-26, Filipenses 1:27, Filipenses 2:2 y 4, Filipenses 4:2, Juan 17:11, Gálatas 3:28, Efesios 2:11-22, Efesios 4:3-4 y 13, Lucas 9:49-50).

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Y estoy de acuerdo con ellos. Sí, ellos también sostienen la opinión de que sólo Dios merece gloria y adoración. Respeto sus deseos también.

Ellos también reaccionarían ante el culto católico a María (“soli Deo Gloria”, que significa “gloria sólo a Dios” desde la deificación católica de María (hiperdulia) y el culto a santos e imágenes (dulia), que contradice Éxodo 20:3-4, Salmo 115, Isaías 44:15-18, Isaías 45:23, Mateo 4:10, Romanos 14:11, Filipenses 2:9-11) y no concuerda con la Escritura.

Hechos 1:14 constituye la última vez que se menciona a María en La Biblia. Cualquier doctrina desarrollada posteriormente sobre ella no es bíblica. A pesar de esto, los católicos concedieron a María el título de “Madre de Dios” (del griego “theotokos”) en un concilio celebrado en Éfeso en el año 431 d.C. ¿Qué diría Jesús si le concediéramos a María una mayor estatus que el puesto correcto que ocupa?

Y la propia María está de acuerdo (Juan 2:5). Lucas 11:27-28 dice: “Y aconteció que mientras hablaba estas cosas, cierta mujer de la compañía alzó la voz, y le dijo: Bienaventurado el vientre que te dio a luz, y los pechos que te has chupado. Pero él dijo: Más bien bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”.

Lee Mateo 4:10. San Ambrosio de Milán lo resumió perfectamente: “Maria erat templum Dei, non Deux templo” (María era el templo de Dios, no el Dios del templo). y Cristo está lleno de gracia (Juan 1:14d), no María, una doctrina desarrollada a partir de una mala traducción de Lucas 1:28, que simplemente ve a Gabriel saludando a María afirmando que había encontrado la gracia.

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No debemos adorar a la gente. En Hechos 10:25, Cornelio se postra a los pies de Pedro y lo adora pero Pedro le dice que se levante y se detenga (Hechos 10:26). La veneración católica de los santos no puede apoyarse bíblicamente como ni los hombres ni los ángeles (Apocalipsis 19:10, Apocalipsis 22:8b-9) deben ser adorados.

Jesús es el fundamento de la iglesia (1 Corintios 3:11, Efesios 2:20), ningún agente humano, ya sea el Papa o el líder de la iglesia local o quienquiera que sea. Por eso a Cristo se le da la primacía en Hebreos 12:23a, donde leemos: “La asamblea general y la iglesia del Primogénito". Sólo Cristo es el Primogénito y tiene la primogenitura. Es por eso que sólo Él tiene la autoridad para supervisar la iglesia.

Jesús caminando entre los siete candeleros es una imagen de Jesús supervisando Su iglesia. La iglesia son las lámparas que deben dar luz al mundo en la oscuridad. El número 7 es el símbolo de todas las iglesias. Las cartas no están dirigidas a 7 iglesias particulares, sino a la totalidad de los creyentes ya que el 7 es el número que representa terminación. El punto aquí es que Aquel que supervisa la iglesia es Cristo, no Pedro, no el Papa.

¿Estoy acaso quitándoles dignidad o importancia a María y a Pedro? ¡Para nada! Los amo y agradezco al Señor por el papel que desempeñaron en la realización de la encarnación de Dios y la transmisión del Evangelio. He escuchado, comprendido y apropiado gracias en gran parte a lo que hicieron, dijeron y escribieron.

¡Gracias, Señor, por María y Pedro!