Monacato pastoral

Quería charlar un poco sobre cómo el modelo monacal se pasó por transustanciación a formas pastorales protestantes, y salió ese título para nuestro encuentro.

El monacato no está en la Escritura. Ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento. Corresponde a un desarrollo posterior, cuando la iglesia alcanza gran extensión en su corrupción. Fue una manera de reconocer a los valientes cuando ya no había persecuciones. Si con los mártires ya se dio todo tipo de corrupciones, los que ocupan la vacante no se quedan cortos.

Los defensores de la ortodoxia en los primeros siglos, los campeones, por ejemplo, de la Trinidad, al mismo tiempo exponen el monacato como el complemento necesario. Un Cristo sin mártires, y, luego, sin monjes parece que no sería un Redentor completo. Por supuesto, su gloria carecería del brillo de esos actos valerosos de los nuevos atletas de Dios. Que Atanasio hiciese la biografía santificada de Antonio, no dejaría de ser un ejemplo para salir de en medio de ellos, si no hubiera el brillo humano cegado el sentido común de la fe.

En el monje (luego, también monjas) se muestran el uso y frutos de los medios de gracia: lectura, oración, ayuno, alabanza, lucha contra el mundo, etc. De ellos sale la evangelización y avivamientos de la iglesia. (Que ya sería aviso para salir de en medio de ella.) De ese modelo se fabrica la silla de Pedro y el papado. 

En el monacato se articulan los primeros manuales de ayuda espiritual: se definen las artes del diablo y cómo contrarrestarlas. Se delimitan pecados y virtudes. Los atletas de Dios entrenan, y ayudan a otros, en la lucha contra el diablo. Cuando extienden sus frutos, por ejemplo, en los primeros pasos en Irlanda, lo primero que hacen es instalar sus gimnasios. La extensión del cristianismo durante siglos, se mide por la proliferación de gimnasios. Los monasterios inundan Europa, la Europa de los valores cristianos. En ellos se construyen las mayores iglesias. Se unifica la gloria de los luchadores contra el pecado, con la gloria de la impresionante arquitectura religiosa. Para algunos eso supone poner la cruz de Cristo en las mejores manos. Para otros, la señal ineludible de que hay que salir de ahí.

Durante el espacio temporal de Gregorio a Inocencio, siglos XI al XIII, se suele establecer la consolidación del modelo papal, hasta hoy. Pero no debe olvidarse que es un modelo monacal. Al final, el poder papal es el de un Abad universal sobre su monasterio. La fuerza que en circunstancias diversas mostraron los monjes de Cluny o Cister, ahora el papa la quiere para si. Cuando,por ejemplo, Inocencio estipula el delito de herejía y su castigo por el brazo secular (ladrillos para la posterior Inquisición española), lo hace en la configuración de gente bajo una regla, que la autoridad civil tiene el deber de hacer cumplir. (La bula donde puso esas cosas la dirigió a una ciudad, que estaba, según ese modelo, pretendiendo una autonomía política intolerable.)

El notable cuarto concilio de Letrán es el sitio donde ese modelo se configura y toma cuerpo de ley. Se trataba de que incluso las órdenes religiosas (alguna sale en esos momentos: dominicos/predicadores, franciscanos varios...) estén bajo la autoridad reglada del papado. Se sentaron en el concilio más monjes que obispos, aunque hubo muchos. La cierta licencia de acción que las órdenes religiosas pudieran tener, ya no les será válido usarla. Ten las reglas que quieras, aprobadas por el papado, pero bajo su autoridad suprema para poder ejercerlas.

El enemigo a batir ha tomado la forma de la autoridad civil. El modelo monacal requiere que esté sujeta a su salvación, que pase por su mediación. No vale que algún monje aconseje, ahora se establece por ley esa mediación. Con ella, incluso la guerra será santa. Ahora se convierte en cruzada, y para que no falte de nada, se crean órdenes religiosas militares (Hospital, Temple...). Todo ello gestado y gestionado como un monasterio universal, bajo la autoridad del cetro pastoral del gran Abad, que administra todos los medios o puentes de salvación, tanto en la esfera religiosa como en la civil tutelada. Un peculiar puente de control pastoral y fuente de sujeción fue la consideración del matrimonio como sacramento eclesial. La ley eclesiástica ahí se configura y expone claramente con poder civil. Con ello el control y poder pastoral es asombroso, sobre todo, en las elites de poder civil. ¡Incluso los tronos dependían de la bendición papal!

He puesto lo de pastorado monacal asumiendo que la Reforma derribó el modelo papal, y puso a la autoridad civil en su esfera de vocación y servicio. Eso produjo una modernización de la acción conjunta entre la esfera civil y la religiosa (confesionalización). Las mediaciones de salvación se derriban como estorbos. Pero con el paso de no mucho tiempo, incluso en el ámbito de sus inicios con los grupos radicales de iglesias de santos, en vez de derribar el monasterio como ofensa a la cruz de Cristo, se procedió a cambiar de frailes. Ahora podían vestir con hábito civil, pero el poder de control y disciplina que les había ofrecido el papado como ejemplo, no se pudo eliminar, era demasiado apetecible. 

En esas seguimos, y es, a mi entender, el peligro real de nuestro tiempo. La cruz de Cristo se presenta sostenida por la gloria humana, de una forma u otra. De papas tenemos una lista, de papastores, un montonazo. Eso sí, tanto de los unos como de los otros libra Cristo a los suyos.