Juventud iraquí: sueños frente a amenazas

El obispo Mar Chimon Daniel de Irak lidera con pasión la causa de la juventud cristiana en medio de la amenaza que enfrenta su existencia en el país. A sus 32 años, el obispo es un hombre sorprendente que rechazó abandonar su país pese a haber tenido atractivas ofertas en el extranjero. Ahora se dedica a empoderar a los jóvenes para que se queden y contribuyan a la reconstrucción de su nación.

«La mayoría de nuestras actividades en Irak se enfocan en llevar la esperanza de Cristo a la vida de nuestros jóvenes. Así que tenemos —y tendremos más— centros de atención postraumática, a los que llamamos “Centros de Esperanza”. También ofrecemos formación profesional para jóvenes, para que aumente la posibilidad de encontrar oportunidades de trabajo en Irak. Además de eso, estamos capacitando en liderazgo, estamos empoderando a nuestros líderes jóvenes».

«Creo que la juventud es nuestro presente y nuestro futuro. Si no los tenemos hoy, la iglesia no tendrá futuro. Queremos fortalecer el vínculo y la relación que tienen los jóvenes con la iglesia, y también, la iglesia con los jóvenes». Destaca que los cristianos son un grupo religioso muy antiguo en el país. «Estamos trabajando muy duro para preservar nuestra existencia. Mi gran sueño es que la juventud se quede». Pero no simplemente que se queden, sino «que se conviertan en sal y luz de este país». 

Mar Chimon Daniel lamenta la tendencia de los jóvenes a emigrar debido a la falta de oportunidades y la influencia de la cultura occidental. Él ve cómo muchos de ellos están perdiendo su identidad y fe en el proceso. A pesar de las dificultades, el obispo se mantiene firme en su compromiso de reconstruir el país y ofrece a los jóvenes educación gratuita, asistencia laboral y defensa de sus derechos.

Aunque reconoce que los cambios son gradualmente visibles, Mar Chimon Daniel insiste en la importancia de la paciencia y la perseverancia en este camino. Él ve la transformación positiva en la vida de los jóvenes que se vuelven más responsables y comprometidos con su comunidad, y se enorgullece de su resiliencia y visión.

El obispo considera que la juventud es tanto el presente como el futuro de la iglesia y la comunidad en Irak. Su objetivo es fortalecer la relación entre los jóvenes y la iglesia, y que estos se conviertan en líderes que puedan luchar por sus derechos y contribuir al progreso de su sociedad.

Aunque reconoce que los cambios son gradualmente visibles, Mar Chimon Daniel insiste en la importancia de la paciencia y la perseverancia en este camino. Él ve la transformación positiva en la vida de los jóvenes que se vuelven más responsables y comprometidos con su comunidad, y se enorgullece de su resiliencia y visión.

La iglesia iraquí no puede hacer esto por sí sola, ya que su existencia está amenazada. «Estamos enfrentando una crisis, ¿nos vas a ayudar?». Él espera que la ayuda llegue antes de que más jóvenes abandonen el país. «La existencia de la iglesia depende de nuestros hermanos en el mundo occidental. ¿Nos apoyarás? Creemos que la iglesia es un cuerpo, estamos juntos en esto. Nosotros en Irak estamos luchando en primera línea en nombre de nuestros hermanos en el mundo occidental. Por eso es relevante que ores por nosotros, que te solidarices con nosotros, que nos apoyes económicamente. Siempre digo que podemos olvidar a las personas que nos persiguieron, pero no a quienes nos apoyaron».