Quédate

Por Mati Sanchiz

Quédate con nosotros, aunque somos malos, desconfiados e irrespetuosos. Quédate con nosotros, aunque nos invade el recelo, la duda y la incredulidad. Quédate con nosotros, aunque nos burlemos, nos riamos de ti y aun te difamemos. Quédate con nosotros, aunque te neguemos, te vendamos y traicionemos. Quédate con nosotros a pesar de nuestros naufragios, de nuestros olvidos, de nuestra falta de compasión. Quédate con nosotros con nuestras cicatrices, nuestras heridas y nuestra confusión. Quédate con nosotros, aunque acumulemos toneladas de soberbia, inmundicia, ruindad. Quédate con nosotros, aunque nuestros ojos solo vean ceguera, ignorancia y terquedad.

Quédate, quédate conmigo.

Quédate conmigo, aunque mi primer amor se enfríe, aunque alguna vez fui vomitada de tu boca, aunque la pasión dio paso a la tibieza en alguna ocasión. Quédate conmigo, aunque te defraude, aunque me desvíe y me equivoque. Quédate conmigo, aunque resbalé y caí, aunque manché mi vestido de novia, aunque ensucié mis manos, mi cabeza y mis pies. Quédate conmigo, aunque a veces fui tormenta, terremoto y ciclón. Quédate conmigo, aunque alguna vez me hundí en las oscuras aguas, aunque comí de tu pan, vi las redes llenas y volví a desconfiar. Quédate conmigo, no me desheches, porque deshecha está mi alma si me faltas tú.

Quédate con nosotros, aunque se mofen de tus redes y de nuestras velas. Resucita nuestros propósitos muertos, nuestros huesos secos, nuestras vidas huecas.

Quédate conmigo y resucita lo que murió en mí, despierta lo que quedó dormido, el sueño que no se cumplió, aviva las ascuas que un día encendieron mi corazón, revive la esperanza que hace aguas. 

Quédate, por favor, quédate conmigo. 

Y Jesús se acercó y les habló… he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mt 28:18-20)