La iglesia frente a la influencia espiritual de Patronos y Patronas en España

Las bases históricas de la idolatría de los pueblos son muy antiguas en el tiempo y muy amplias; no hay pueblo, tribu o nación que no tenga una serie de figuras con nombres de dioses. Ante tales espíritus los hombres se han sentido atraídos, seducidos y subyugados. Israel no se privó de cometer lo propio en este asunto de dar culto y de encomendarse a dioses de oro, plata. bronce, piedra y madera.

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Cada pueblo, tribu o nación ha tenido y muchos aún tienen a estos dioses como señas de su identidad, no solo cultural, también identitaria y de pertenencia. Sin tales figuras cúlticas se han sentido y se sienten desprotegidos, huérfanos y desamparados; a la vez que les han temido y ese miedo ha sido, siempre, aprovechado por los que dirigen los pueblos de la tierra.

¿No les parece que es un tema de gran importancia este? ¿Cree usted que los Patrones y Patronas pueden estar siendo usados como espíritus que se oponen a la receptividad del evangelio y la llamada a la conversión a Cristo?

Les invocan, les oran, les cantan, les entregan el país, el pueblo, la tierra, mediante votos y declaraciones de lealtad; todo lo ponen bajo su custodia; ofrecen incienso, alimentos, licores, animales y su sangre; hacen votos de consagración tallando piedras, escribiendo en ellas, en papiros, en pergaminos y en documentos notariales del reino, en los ayuntamientos y, por supuesto, en documentos de la religión predominante. Les ofrecen exvotos cuando estiman que sus tales dioses, Totems (Patrones y Patronas, en el caso de España) les han hecho o dado el milagro que pidieron.

Levantan, con toda la ayuda Estatal posible, monumentos, dedican plazas, calles, ponen nombres de sus dioses (Patronos y Patronas) a edificios oficiales de los pueblos; y hasta elaboran vinos, licores, fabrican dulces y comidas haciendo uso de los nombres de ellos (Kina Santa Catalina, Cooperativa Virgen de Gracia, Aromas de Monserrat, Galletas María, etc.,). Un sinfín de artimañas para perpetuar en la sociedad la sombra y nombres de los espíritus que han sido asignados a cada ciudades, pueblos y villas, de España.

Para Elena Pacho es muy destacable lo que dice Jacopo Tabolli. arqueólogo y etrustólogo, (no dicho por un exaltado creyente) las palabras que aparecen al final de su artículo:

“El tiempo pasa, el lenguaje cambia, incluso los nombres de las deidades cambian, pero el tipo de culto y la intervención y terapéutica siguen siendo los mismos”, ha apuntado. El arqueólogo habla del santuario como de un raro remanso de paz: “Incluso en épocas históricas en las que los conflictos más terribles arreciaban en el exterior, dentro de estas termas y en estos altares, los dos mundos, el etrusco y el latino, parecían convivir sin problemas”.

Estas palabras nos ayudan a conocer el poder y vigencia de las Patronas y Patrones de cada pueblo de España y de cómo su influencia espiritual sigue actuando en nuestra sociedad, aunque muchos líderes Evangélicos no les ponen atención y no los consideran que forman parte de los factores que impiden, obstruyen la conversión de los españoles; pero la realidad es que sí impiden.

Todos hemos oído relatos de personas que han venido contando que, al estar en lugares donde se venera a una virgen (Covadonga, El Monasterio de Piedra, Guadalupe, El Rocío, etc.) dicen que se sintieron muy llenos de paz. Y es que los espíritus se visten de ángel de luz y también son capaces de producir estados que las gentes creen o lo asocian a una respuesta de las imágenes que han visitado; de hecho, muchos incluso sostienen que eso proviene de la divinidad, así es que les es imposible pensar que se pueda tratar de otra procedencia que, no sea la de Dios.

La nación española fue atada y muy atada, por una estrategia de las más férreas que se pueda concebir, que la ha tenido en cautividad espiritual. España, desde hace largos siglos, fue sembrada ciudad por ciudad poniendo bajo la autoridad espiritual de cada ciudad, pueblo y aldea por aldea a un santo o virgen; o incluso de ambos a la vez.

Según el Nomenclátor Nacional, hay 80.000 ciudades, pueblos, aldeas y villorrios en España y ninguno de ellos fue olvidado a la hora de repartir santos y vírgenes para ponerlos como patrones y patronas de tales núcleos urbanos. Hay cientos de casos con grandes solemnidades para establecer votos de fidelidad, de lealtad y de consagraciones de ciudades; a vírgenes (principalmente) y a santos beatos y supuestos salvadores y salvadoras de catástrofes y de ayuda de cualquier naturaleza.

Nos preguntamos los líderes evangélicos ¿Tiene algo que ver, a nivel espiritual y a efectos de alcanzar a los españoles con el Evangelio de la gracia el hecho de que, ciudad a ciudad, pueblo a pueblo, aldea y villorrios hayan sido consagrados a vírgenes y santos? ¿Pudiera ser un factor en contra del conocimiento de Cristo? En mi experiencia de investigador y misiólogo, he detectado que el liderazgo evangélico por lo general no pone suficiente atención a la influencia de estos Patronos y Patronas; no le dan la suficiente importancia como para hacer algo al respecto, a pesar de que saben que estos poderes ejercen una influencia, seguimos sin iniciar ninguna acción espiritual en su contra, como podría ser orar a Dios para que acabe dicha influencia en las personas.

No debería resultar extraño para ninguno de nosotros que tales consagraciones de las poblaciones a vírgenes y santos no está exenta de lazos espirituales que no tienen nada que ver con el Señorío de Cristo, ni con el mensaje de su cruz para encaminar a los habitantes al arrepentimiento y a la aceptación de él como único Señor y Salvador, el único dueño y Señor de todo y por quien todas las cosas han sido creadas y el que las sostiene (Colosenses 1:16-17).

Ciertamente no podemos quitar lo que ha sido establecido por la Iglesia católica romana en toda España (aunque la realidad sociológica y religiosa es que son muchos los miles de españoles que no se identifican como católicos romanos); me refiero a que cada ciudad, pueblo y villorrio tiene su patrona y su patrón (santos custodios, protectores espirituales que supuestamente velan por el bienestar de los ciudadanos). Pero sí hay algo que nosotros, con oración, ayunos y mucha fe podemos llevar a cabo (el Señor nos autorizó a que atásemos y desatásemos en la tierra asuntos de carácter espiritual). Se trata de dirigir nuestras oraciones en contra de ese mundo espiritual no bíblico que, sin lugar a dudas está actuando de freno, de impedimento y de velo que, impidiendo que el Evangelio de la gracia tenga mayor receptividad entre los españoles.

Entiendo que no todos los líderes y creyentes toman este asunto en consideración, pero sé que también hay muchos otros que lo van a tener en cuenta. La obra de intercesión para estos temas no se hace con muchos, pero Dios tampoco hizo con Gedeón y con Josué y con los doce discípulos, lo que hizo, ni necesitó en cada caso una gran multitud. Para El Señor es suficiente que su pueblo sea consciente de que hay algo que está deteniendo la salvación de aquellos a quienes su Iglesia les está predicando.

¿Está seguro de que usted sabría decir cuál es el nombre del Patrón y de la Patrona de la ciudad (sin hacer una búsqueda en Google) o pueblo donde está viviendo? Los animo a que se interesen por saber quién es el Patrón y la Patrona de la ciudad donde usted reside o también donde usted está dirigiendo o plantando una nueva congregación. Una vez que lo tenga bien localizado y localizada, le sugiero que transmita a su congregación que, hay un importante impedimento para que puedan alcanzar a un mayor número de convertidos; dígales que en ese lugar hay una fuerte oposición espiritual de parte del Patrón y de la Patrona para que no respondan a la llamada de la conversión cristiana; por lo que es necesario hacer un trabajo constante de atar en oración contra los espíritus que están operando detrás de la imagen y advocación al Patrón y a la Patrona y de desatar las conciencias, las mentes, el corazón y la voluntad de los ciudadanos, para preocuparse por reconciliarse con Dios mediante la obra de la cruz de Cristo.

Recuerde, hermano pastor, anciano, maestro, evangelista, apóstol y profeta que, aunque haya millones de españoles que no quieran saber nada de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo para sus vidas, ni estén leyendo la Biblia, cuando se celebran las fiestas patronales, esos millones de españoles le demuestran su fidelidad y su lealtad al Patrón y a la Patrona festejando su culto y su invocación. No dudan en llevar a hombros sus imágenes, paseándolos por calles, plazas, caminos y ermitas de romerías ¿Por qué lo hacen cada año siendo ateos, agnósticos y otros que, aunque se declaran como católicos no quieren que Dios forme parte de su vida diaria? ¿Será que sus almas están siendo cautivas por seres de maldad, espíritus, demonios y ángeles al servicio de Satanás? Usted puede decir que esos españoles no saben que están siendo dirigidos para hacer lo que hacen porque hay espíritus que los manejan; sí, pero, aunque no sean conscientes de esa realidad espiritual, eso no quita que les está ocurriendo ahora, aquello que el Apóstol Pablo les dijo a los Corintios: “Sabéis que cuando erais paganos, erais conducidos como extraviados ante los ídolos mudos” (1ª Corintios 12:2).

Como diría José Alvarez Junco, los Patrones y las Patronas (en España) son “dioses útiles”. Así es que los Patrones y Patronas son representantes de espíritus nacionalistas; por lo tanto, esta es una de las razones que dan sentido y explicación al hecho de que, quienes a pesar de definirse como: ateos, agnósticos y a-religiosos, se involucran en sus celebraciones anuales.

Para algunos puede ser un planteamiento un tanto extraño el oponerse en oración contra estas influencias. La Iglesia Católica Romana, especialmente en el caso de España, desde tiempos antiguos, estableció una identidad, que todo español debía tener fundada en los Patronos y Patronas. Desde entonces, pobre del que se atreviera a decir, pensar o practicar algo diferente: era señalado como no español o mal español. Es una especie más de nacionalismo. Ese nacionalismo nos persigue y afecta a la gran mayoría que, a pesar de que hayan cantidades importantes de ateos, agnósticos y descreídos en general, resulta que, cuando llegan las fiestas patronales, responden en tropel tras el santo o la virgen para llevarla en parihuelas y estar todo el día saltando, bebiendo, cantando y disfrazándose, porque es la fiesta de su Patrón o de su Patrona ¿Es o no este un nacionalismo que tiene cauterizada la mente, el corazón y el alma de los españoles? Los partidos de la derecha, hacen uso (y abuso) de estos símbolos y los unen al ser de los españoles y, llegado el momento, no faltarán quienes de entre ellos, que llamen a defender esos símbolos identitarios. Aquello de "Dios, Patria y Rey" está en el corazón de los nacionalismos españoles, también los partidos de la izquierda española no cesan de apoyar la ideología religiosa de los Patronos y Patronas de sus comunidades, defendiendo que son también señales identitarias de la cultura española. En este caso de nada les sirve decir que son ateos o agnósticos, su apoyo es el mismo.

Y ante este panorama espiritual seudo cristiano, la cuestión que más nos debe importar es ¿Qué debemos hacer nosotros? ¿Podemos contrarrestar estas poderosas fuerzas espirituales que están operando día tras día, en cada celebración ritualista y religiosa dada a cada Patrón y cada Patrona? A lo mejor primero tenemos que estar convencidos de que existe una influencia adversa, perniciosa a la predicación del Evangelio para que las gentes encuentren personalmente al Señor. Oigo muchas veces a líderes de acá y de allá decir que necesitamos saber que está pasando para que sean tan pocas las respuestas de españoles que se entregan a Cristo. A la vez también observo que año tras año seguimos haciendo las mismas oraciones; los mismos formatos de evangelización y después de uno y otro esfuerzo, se repite la misma inquietud por la falta de resultados.

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Propongo que en cada congregación el liderazgo establezca un equipo de intercesores, a ellos se les encomiende hacer una pequeña investigación relacionada con los nombres de los Patrones y Patronas de su zona. Que se documenten de las fechas de sus celebraciones, de cuáles son los ritos y advocaciones que las gentes de esos lugares les dan o rinden. También que conozcan el nivel de influencia que tienen en esa sociedad tales Patrones y Patronas; la influencia y nivel de las mismas en la identidad de los habitantes, y por supuesto, que observen los niveles de entrega de esos habitantes, en los días de las celebraciones de las fiestas patronales. La información recogida se ha de usar para dirigir la oración a Dios, para clamar por una acción liberadora de esos espíritus ancestrales, presentes hasta el día de hoy en esos lugares. También para orar atando a ese mundo de maldad y de confusión que, han colocado gruesas vendas en los ojos de los ciudadanos, y que son muy efectivas para impedir la receptividad del mensaje del Evangelio y posteriormente, orar desatando a esas gentes para que puedan entregarse a Cristo y ser libres y salvos del poder del pecado y de la muerte.

¿Habrá alguien que se ponga en la brecha para interceder a favor de los que están esclavos de ese antiguo mundo espiritual proveniente de los Patrones y Patronas? La Misión también es riesgo, cuando nos salimos de hacer solamente lo acostumbrado y lo que no suena a extravagante. Si tomamos algunas indicaciones de la Palabra, seremos capaces de poner en practica eso tan desconocido de “atar y desatar”. Porque por nosotros mismos nada podemos hacer, pero en Dios todo es posibles y aquellos valientes en la fe, serán los encargados de interceder a esos niveles y cumplirán eso que nos enseña la Palabra que: “el reino de los cielos sufre violencia, pero los violentos (valientes) lo arrebatan”.