La asombrosa historia de la Unión Bíblica (19)

Por Benji Gálvez

Madrid todavía se estaba recuperando de los destrozos de la Guerra Civil, aún se podían encontrar calles con escombros. Ernesto Trenchard llegó de nuevo a visitar a los misioneros Rhodes. Amelia le explicó que su esposo Thomas cada vez estaba peor de salud. Ernesto aceptó una taza de té mientras les explicaba las gestiones que había logrado llevar a cabo en favor del matrimonio. Tras orar durante un rato con los veteranos misioneros, Ernie se dirigió a su pensión caminando despacio por el dolor intermitente que le producía su pierna y su cadera. Unas veces le dolía más que otras, pero no permitía que eso frenara su quehacer diario. 

[photo_footer]Calle Viriato (Madrid). Archivo Fotográfico de la Delegación de Propaganda de Madrid durante la Guerra Civil. Fuente: Portal de Archivos Españoles[/photo_footer]

Aprovechó el lento caminar para pensar en las noticias que había leído sobre el avance de la Unión Bíblica en Sudáfrica. Recordó cómo, durante los veranos, los responsables y voluntarios lograban que se acercaran muchísimos niños hasta la playa de Fish Hoeck en un flujo constante. Todas las mañanas tenían sus múltiples actividades y la asistencia crecía cada día. Todos escuchaban embelesados ​​a los responsables mientras hablaban, y luego, con amplias sonrisas y ojos brillantes, comenzaban a aplaudir al compás, y a cantar sencillos pero conmovedores coros hasta que toda la playa resonaba con el sonido de sus voces. Literalmente los niños estaban cautivados. Saber que los niños estaban totalmente ocupados y supervisados era un buen descanso para las fatigadas madres. La Unión Bíblica hacía un excelente trabajo, organizaba juegos y concursos de castillos de arena, o de jardines con conchas y algas marinas. Enseñaban la Palabra de Dios por medio del espectáculo de la linterna mágica. También se realizaban minideportes con carreras, saltos y diferentes juegos para niños, todo bajo supervisión. Cuando llegaban las barcas de los pescadores y arrastraban sus redes hasta la playa, con los peces saltando frenéticamente, azotando la arena… los niños gritaban y reían, y algunos ayudaban a tirar de las redes. En unas cuevas cercanas, en oscuridad total, cada niño y joven sostenía una vela encendida y todos cantaban. Por las mañanas se construía un púlpito de arena y se decoraba con flores, y algunos jóvenes fornidos traían un armonio a la playa para cantar los coros. Ernesto por un momento se olvidó de que estaba en un país destrozado por la guerra y casi pudo escuchar el canto de los niños, el bello mensaje de Jesús en palabras sencillas, y todo ello en el contexto del viento, las olas y la arena de la playa. Si en las actividades normales podía haber 200 niños, en la hoguera nocturna se congregaban alrededor de 500 niños y jóvenes. Junto al fuego uno de los líderes reflexionaba muy brevemente sobre un pasaje bíblico y contaba su testimonio. Era tan impactante que nadie se movía hasta que terminaba. (1) En su inglés natal Trenchard expresó: “Oh Lord, bless the Scripture Union!”. Cuánto anhelaba Ernesto que un día pudiera existir la Unión Bíblica de España.

[photo_footer]Los esposos Rhodes.[/photo_footer]

La caminata se le había hecho corta. Ernesto llegó a la pensión, recogió el correo y subió sin perder un minuto hasta su habitación. Ya en su cuarto se dispuso a abrir las cartas. Entre las que se encontraba una de su esposa Gertrudis. Las demás podían esperar, la de su amada, no. Tomó el abrecartas, rasgó el sobre y desplegó la cuartilla suavemente, casi con miedo a romper aquella hoja de papel:

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Bournemouth, 15 de agosto de 1939

Amado Pá

Espero que al recibo de la presente estés bien. En casa todos te echamos de menos. Los chicos intentan comportarse bien, y solo a veces lo consiguen. Imagino que han sacado parte de tu mal carácter (ya sabes que es una ironía cariñosa). 

El colegio va bien, cada vez tenemos más trabajo. El personal y el profesorado realizan un gran esfuerzo cada día. Estamos contentos de que Dios nos permita trabajar con los niños y con sus familias. 

Mi madre está siendo tratada por los médicos, que recomiendan su ingreso en el hospital Old Manor en Salisbury. Te mantendré informado. 

Ha llegado tu revista Reader’s Digest de julio de este año 1939. La abrí para ojearla. A veces ya sabes que hay artículos muy interesantes. Me he llevado una grata sorpresa, pues en la página 33 se explica un poco sobre Lillian Trasher, una misionera estadounidense que lleva adelante un orfanato totalmente por fe. El periodista la ha llamado “La madre del Nilo”. Al parecer es una misionera soltera que se ha ganado el favor de musulmanes y cristianos en la ciudad de Asiut, en Egipto, donde fundó un orfanato hace 28 años. La frase de introducción es de un buen gusto tremendo: “Egipto es un país de maravillas, pero para mí la mayor de todas es Lillian Trasher”. ¡Explica la obra de esta misionera de manera brillante! Lillian atiende a más de 700 huérfanos, a viudas y a bebés. (2) Ella está segura de la guía divina, por eso le prometió a Dios: “Si puedo hacer algo para ti, solo házmelo saber, y lo haré”. ¡Y vaya si lo hizo! Con la guerra a las puertas, creo que debemos poner en nuestra lista de oración a la misionera Lillian y su orfanato.

[photo_footer]Portada del Reader’s Digest de julio del año 1939, marcado el artículo que referenciamos “Nile Mother” (Madre del Nilo). Fuente: ver aquí.[/photo_footer]

Transmite un afectuoso saludo a Thomas y Amelia Rhodes, así como a todos los creyentes en Cristo de Madrid, amigos y conocidos, en especial a los de nuestras Asambleas de hermanos.

Recibe un fuerte abrazo de todos los Trenchard. Oramos para que Dios te guarde de todo mal y que puedas ser de bendición en la doliente España. Solo Dios podrá cambiar la tristeza y el lamento en baile (Sal 30:11). Y anhelamos la promesa de Cristo, de que un día nuestra tristeza se convertirá en gozo (Jn 16:20).

Con amor

Tu Gertrudis y tus amantes hijos e hijas

[photo_footer]Lillian Tasher en medio de los cientos de huérfanos que cuidó por más de 50 años. Tomada de Marked Ministry.[/photo_footer]

Ernesto, emocionado por la carta de su amada, quería transmitir a su esposa todas las noticias que le iban llegando de hermanos de toda España, o lo que estaba viviendo en Madrid, pero debía hacerlo con cautela debido a la férrea censura que el régimen franquista ejercía sobre toda la correspondencia con el extranjero. Era difícil explicarle a Gertrudis que hacía poco que el Papa Pío XII había felicitado al General Franco por su victoria agradeciendo a Dios por la “victoria de la católica España” y que de nuevo se producía una simbiosis Iglesia-Estado dando así comienzo a la época del nacional-catolicismo. Se estableció una identidad entre la esencia de la nacionalidad española y el catolicismo romano. En resumen, ser español equivalía a ser católico, y no había otra opción posible.(3)

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Tenía mucho que contar. Hizo un repaso mental de todo lo que quería plasmar en su carta. Había presentado sus papeles solicitando su identificación española como “Profesor de idiomas”, por lo que podría ejercer de forma privada ayudando con su propio mantenimiento.  Por otro lado, continuaba con sus visitas a los creyentes en sus casas, pero de modo muy discreto para evitar denuncias que le pudieran cerrar la puerta a España. Igualmente había logrado ser instrumento en el restablecimiento de relaciones dañadas entre los Hermanos. Pero tal vez lo que más animó a Ernesto fue el poder reanudar las clases de estudio bíblico. Solo dando un lugar central a la Biblia en las iglesias y dejando a Dios actuar en las vidas habría posibilidad de que esta España rota fuera sanada y el perdón fluyera en todas direcciones. 

Planeó explicarle a su amada lo que los hermanos le contaron sobre uno de los peores momentos de la Guerra Civil. Fue cuando el cielo se tiñó de un rojo intenso la noche del 25 de enero de 1938. Ambos bandos se atemorizaron y cesaron los bombardeos, los disparos… Algunos pensaron que se trataba de un incendio colosal que estaba teniendo lugar en algún sitio. (4) Entre los soldados republicanos pensaron que Hitler estaba probando su “rayo de la muerte” contra España. (5) Seguiría informándola también de las noticias que le llegaban sobre iglesias cerradas o saqueadas, como el local de la Iglesia Evangélica en Chiclana del Segura (Jaén) que fue clausurado. Los hermanos se intentaban juntar por las casas, guardándose de cualquier delación. Este local donde se reunían fue saqueado por los “rojos”, llevándose algunas cosas de gran valor. Poco tiempo después también los “nacionalistas” usaron el local como despacho de pan. (6)

Ernesto cenó ligeramente esa noche y se dispuso a desempolvar uno de los antiguos periódicos evangélicos buscando una reflexión bíblica antes de echarse en la cama. Encontró una reflexión del pastor Atilano Coco en el ejemplar de España Evangélica del 3 de julio de 1930, recordando que había sido fusilado en el comienzo de la contienda en 1936, pensó que sería una buena forma de rendirle su personal homenaje. ¡Quién le hubiera dicho a Atilano que seis años después de escribir esta reflexión, iba a morir fusilado! Así, en actitud orante, leyó:

‘Y oirán mi voz’… Juan 10:16

‘También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor’.

Nuestra alma, ¿está en condiciones de oír la voz divina? Si fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, no es menos cierto que estamos adaptados para relacionarnos espiritualmente con Él… Cristo, el Hijo de Dios, Dios mismo, deja oír su voz, voz espiritual, matizada de acordes celestiales… No es difícil reconocer la voz del Maestro entre todas las demás voces que hasta nosotros llegan del exterior; la dificultad estriba en seguir la voz… Poned vuestra alma en este deseo, oír la voz, y en medio del más profundo silencio se cumplirán en vuestras almas las palabras de Cristo: ‘oirán mi voz’. Todas las otras voces, interiores y exteriores, pasiones, envidias, odios, malquerencias, rencores, tristezas, preocupaciones… han huido; han dejado lo que podríamos llamar el campo sonoro para esta única Voz. ¿Estáis cansados de luchar? ¿Buscáis la paz? Oíd esta voz: ‘Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados que Yo os haré descansar’.

¿Te sientes tan pecador, tan lleno de miseria espiritual, que solo el pensar que tu presencia pueda arrancar de los labios de Jesús una palabra de repugnancia te horroriza? Oye aun esto: ‘El que a Mí viene no le echo fuera’.

¿Deseas saber el lugar donde tu alma encontrará la paz? ‘Yo soy el camino’. Entrégate por completo a Cristo y Él te conducirá al lugar que ansías.

¿Buscas la verdad? ‘Yo soy la Verdad’. ¿Te sientes solo, abandonado de todo afecto humano? La Voz del Salvador dice: ‘Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo’.

Ciertamente oiremos la voz si deseamos oírla. ¡Bendita voz que anima, que consuela, que fortalece, que da vida!

Atilano Coco  

[photo_footer]Atilano Coco y su esposa Enriqueta Carbonell, junto a sus dos hijos Alicia y Enrique.[/photo_footer]

Ernesto inclinó su rostro, juntó sus manos y derramó su corazón delante del Señor. 

—Oh, Padre celestial. Gracias por la fe inquebrantable de los hermanos españoles, porque a pesar de todo siguen adelante, confiando en ti. Guárdalos. Gracias por esa guía divina por la que usas a tu sierva Lillian Trasher cuidando a huérfanos y viudas en Egipto. Fortalécela y sé su proveedor. Gracias por la obra y por la reflexión de tu hijo Atilano, por esa voz divina que nos has permitido escuchar. Que podamos reconocer tu voz, oh Señor, en medio de cualquier circunstancia o de cualquier guerra. Que esa voz que consuela pueda consolar y confortar los corazones de la familia de Atilano. Gracias por la obra de la Unión Bíblica en todo el mundo, que algún día podamos disfrutar de este precioso ministerio también en España. Gracias por mi amada esposa y nuestros queridos hijos, guíanos siempre en tus caminos para seguir siendo de bendición a otros. En el nombre de Jesucristo, te lo pido todo y te doy las gracias. Amén.

Notas

(1) Fish Hoek Fossickings, Being a compilation of the Fish Hoek Valley Museum Archives, por el Dr. John Clifford [documento pdf], pp. 77, 84 y 344.

(2) Héroes cristianos de ayer y de hoy- Valentía en el Nilo, por Janet & Geoff Benge (Editorial JUCUM; Tyler, 2011), pp. 55, 158-159. Nota: En este enlace se encuentra un resumen de la biografía de la misionera Lillian Trasher. 

(3) La España Evangélica ayer y hoy: esbozo de una historia para una reflexión, por José María Martínez (P. Andamio y CLIE; Viladecavalls, 1994), pp. 317-318.

(4) Memorias de Santiago Giordano, pp. 70-71. Citamos: “El 25 de enero de 1938, se produjo algo insólito: una aurora boreal. Nosotros estábamos en casa. En un primer momento, creímos que Barcelona estaba en llamas, pero pronto nos dimos cuenta de que aquel cielo rojizo no era de llamas y el tío Enrique (Haselden) nos explicó que era una aurora boreal. Era un fenómeno que ocurría con cierta frecuencia en latitudes mucho más al norte, si bien, ocasionalmente, se daba en latitudes más al sur”. 

(5) El País, 18/08/2019. El artículo recoge varios de los testimonios acerca de aquella extraña aurora boreal roja. Se confirma en el artículo que muchas personas pensaron que se trataba de un gran incendio, si bien otros dieron distintas interpretaciones. Por cuanto el fenómeno se pudo ver desde varias ciudades de toda Europa (Londres, París, Barcelona, Madrid…), no faltó quienes auguraran que parecía el fin del mundo. En España, miles de soldados de ambos bandos, temieron una ofensiva del enemigo con algún tipo de armamento de colosales proporciones. Entre los testimonios en España, el de Antonio Esteve Arcoba, capitán de Ingenieros del Ejército Republicano, que se hallaba al mando de una guarnición en el pueblo de Villastar (Teruel): “En la noche del 25, una aurora boreal iluminó de pronto nuestras posiciones, llenando a algunos de temores ante espectáculo nunca visto. Era algo grandioso ver a las doce de la noche todo el cielo rojo como un gran reflejo de un monstruoso incendio. ¿Qué cábalas y disparates se dijeron en un momento? Yo creo que hasta oficiales muy aguerridos y curtidos ante el peligro tuvieron temor. ¿De qué? No te lo podrían decir ellos mismos. Temían el arma ignorada que la superstición propia suponíamos en poder del enemigo, sin pensar que tanto el factor moral como las armas deciden las guerras. Hubo quien se colocó la careta temiendo gases, solo la reacción de quienes conocemos la naturaleza impidió lo que nunca debe suceder, creer que el enemigo se sale de lo cruel en lo humano, para convertirse en tragedia de leyenda o historia”. El artículo recoge también el testimonio de Janes Neugass, conductor de ambulancias en el batallón Abraham Lincoln de la Brigada Internacional XV, que también se encontraba en Teruel. James anotó esa noche: “El cielo se iluminó con una cortina de fuego roja y malva”. En realidad, aquello era demasiado grande como para haber sido provocado por un hombre, pero nada pudo evitar que entre sus compañeros brigadistas se desatara el pánico. James llegó a escuchar en boca de alguno de ellos el peor de los augurios: “Hitler está probando contra nosotros su rayo de (la) muerte”. 

Desde 1934 los científicos nazis ya estaban trabajando en lo que se conocería como “El proyecto Sonnengewehr” (cañón solar). Fue ideado por el científico Hernan Oberth, que pretendía poner en órbita una gran estructura que permitiría utilizar los rayos de luz solar concentrados sobre los enemigos. Fue un proyecto que no pudo finalizarse. Parece que la idea original se basaba en “El rayo de calor” de Arquímedes de Siracusa, con el que habría incendiado la flota romana que pretendía invadir Siracusa. Sin embargo, la fuente es tardía y no convence a los eruditos.

Lo que realmente sucedió en enero de 1938 fue que, a mediados de mes, se formaron numerosas manchas solares y un día antes del fenómeno hubo varias llamaradas solares. Todo ello causó una gigantesca tormenta geomagnética que llenó el firmamento de color en forma de aurora boreal de tal intensidad que se pudo observar desde Europa y América del Norte. El color rojizo ocurre cuando la aurora boreal alcanza latitudes meridionales. Aquel bello fenómeno se fue apagando lentamente conforme llegaba el alba y España regresó a la rutina de su guerra fratricida mientras Europa se encaminaba a la suya propia. Los enlaces sobre esta noticia se pueden ver aquí, aquí y aquí.

(6) Raíces Evangélicas, por Juan López Soto (Ed. Iglesia Evangélica de Linares; 2010), p. 195.

Fuentes

1- Ernesto y Gertrudis Trenchard-La enseñanza que permanece, por Tim Grass (Comisión de publicaciones del Centro Evangélico de Formación Bíblica CEFB; Madrid, 2019).

2- La Historia de dos visiones- La historia de la Unión Bíblica en todo el mundo, por Michael Hews. Traducción de Ernesto Zavala, abril 2001. [Documento pdf].