Flores de invierno

Por Mati Sanchiz Rodríguez

En estos días que se ha celebrado el tan aclamado ‘Día Internacional de la Mujer’ le regalé una canción a mis hijas junto con una felicitación extravagante muy propia de mí. La canción lleva por título Winter Flower (Flor de invierno).

Ellas son mis dos florecitas especiales a las que desde chiquititas ayudo a florecer en este duro invierno de la vida. Son delicadas y bellas, pero en su interior tienen la fortaleza suficiente para sobrevivir a las gélidas temperaturas de las estaciones más frías. Ellas son el hogar cálido, la sonrisa amorosa, el abrazo cariñoso, el desorden maravilloso, las carcajadas por nada, el ruido armonioso en la casa. Ellas son la semilla, la flor y el fruto.

Pero con ellas en mente, desde nuestra frágil, pero todavía, comodidad y seguridad en la que vivimos, quería extender la dedicatoria, porque no puedo dejar de pensar en esas otras florecitas que atraviesan el peor de los inviernos. Pasean por mis noches en vela las mujeres ucranianas que recorren la frialdad de esta estación invernal con el peor de los fríos metido en las entrañas, corren por salvar sus vidas y las de sus hijas, dejando atrás a padres, maridos, hermanos, hijos, con el miedo mordiendo sus talones. Muchas niñas en lugar de corretear felices en los parques, esconden sus terrores en los sótanos, perdiendo una parte importante de su valiosa infancia. Así mismo pienso en las mujeres rusas que ven a sus hombres rumbo a una guerra que no eligieron, capitaneados por la demencia y el disparate, y siento el frío que las inunda por dentro. Y lloro con sus lágrimas que les hielan las mejillas por los que ya no volverán más.

Me uno a las que se manifiestan contra la guerra, las que la condenan y se levantan contra el gigante ruso con atrevimiento suicida y son encarceladas sin contemplación. Y huyo con aquellas que no tienen otra opción sino escapar de las destempladas garras del sátrapa que las cercó hasta la asfixia. El frío se cuela por todas las rendijas, nos golpea con su gélida violencia, parece que se extendiera sin oposición y se mofe de nuestros ateridos sentidos maltrechos. Sin embargo, aun en el peor de los escenarios se puede abrazar la esperanza, en la peor de las tormentas podemos encontrar el refugio seguro y en el invierno más crudo… se puede florecer.

Hoy esta canción es para todas esas mujeres, que en la figura de la flor de invierno, florecerán desde la más dura de las estaciones. En las peores circunstancias es cuando debemos sembrar lo mejor. Por eso quedo orando por una primavera llena de esperanza, porque el invierno es el que nos hace florecer.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. -Fil 4:7

La misericordia y la verdad se encontraron;

La justicia y la paz se besaron.

La verdad brotará de la tierra,

Y la justicia mirará desde los cielos. - Sal 85: 10-11