Haríamos bien en estudiar detenidamente las formas posibles de poder entregarnos, de forma más arriesgada, para prestar un servicio de amor.
La iglesia primitiva captó desde el principio que, el Señor mostró amor y compasión por los enfermos, los pobres, las viudas, los huérfanos. Los apóstoles no perdieron de vista que esto también formaba parte de la labor de llevar el evangelio a las naciones.
Las enseñanzas del Señor y la de los Apóstoles no dejaron de ser tenidas en cuenta y llevadas a la practica por el liderazgo y este se encargó de exhortar a los creyentes (Ro. 15:26; Gl. 2:10; Stg. 2:5), a que se implicaran en atender a los que, a su alrededor sufrían a causa de una variedad de cuestiones tales como: enfermedades, hambrunas, maltrato de las mujeres, de los esclavos, el desprecio de las hijas al nacer asesinadas echándolas a los barrancos, los ríos. Los muchos abortos los leprosos, paralíticos y tullidos, los enfermos mentales y las epidemias que en ocasiones azotaban territorios con sus ciudades.
“Parabolano (en griego antiguo Παράβολοι - Paráboloi, Παραβολᾶνοι - Parabalânoi) era la denominación de los miembros de una hermandad cristiana que en los primeros siglos de la Iglesia se hacían cargo, de forma voluntaria, del cuidado de los enfermos y de enterrar a los muertos. Ciertamente no nos encontramos en un contexto como el de Antioquía o el de Constantinopla, en el siglo tercero, pero no estamos lejos de algunas similitudes, tales como, una pandemia…y probablemente muchos otros daños colaterales” (Wikipedia).
Se sabe que en la ciudad de Alejandría se desarrolló un grupo de cristianos, alrededor de unas decenas, los cuales se ofrecieron para hacer el trabajo de camilleros arriesgando sus vidas exponiéndose a una enfermedad contagiosa con elevada mortalidad. Esos eran los parabolanos.
Su osadía rayaba la locura por lo que fueron calificados como los parabolanos, es decir, los «temerarios».
Los parabolanos se encargaban de asistir y lavar a los enfermos, reconfortar a los moribundos, cerrar los ojos y enterrar a los fallecidos, alimentar a los hambrientos y curar a los lisiados y ayudarles a superar su postración.
Las Iglesias Evangélicas españolas llevamos más de un siglo (desde 1850 en adelante) trabajando para aliviar una serie de necesidades físicas: la clínica/dispensario sanitario en Valdepeñas, de la Misión Evangélica, y el hospital Evangelic de Barcelona, rehabilitación de toxicómanos/as y alimentos y ropas especialmente. No ha sido una labor sencilla, porque no han faltado religiosos y curas que, maliciosamente y por celos miserables, no dudaban en decirle a los ciudadanos que tenían necesidades, que esos alimentos estaban envenenados, y que no tomaran nada de los protestantes. Sin embargo, por amor y obediencia al Señor, lo hemos hecho y continuamos haciéndolo.
El momento histórico en el que vivimos y las posibilidades legales, médicas y sociales en España, no proveen apenas espacio para “ir por libre” en cuestiones relacionadas con la salud, tal vez así sería como nos verían “yendo por libres”, en el caso de que intentáramos ir más allá de la tradicional forma de socorrer que tenemos (reparto de alimentos y ropa), pudiendo ser vistos como locos, fanáticos, y alucinados, como mínimo.
Las necesidades en este contexto de COVID 19, han aumentado considerablemente. Además de las tradicionales que, han aumentado muchísimo, están las psicológicas, la soledad, los episodios de violencia, el abandono, la tristeza, los duelos, los quebrantos, la ausencia de esperanza, la desorientación, intentos de suicidio, etc.
A Dios gracias, contamos con una serie de profesionales de la salud, física y psicológica entre las Iglesias Evangélicas, pero de ellos no es solo de quienes debemos disponer para actuar como “Parabolanos” del 2021.
Haríamos bien, el liderazgo, en estudiar detenidamente las formas posibles de poder entregarnos, de forma más arriesgada, para prestar un servicio de amor; y como menciona el apóstol Pablo, en Filipenses 1:11, producir frutos de justicia. Tales frutos de justicia no están relacionados con la evangelización específica; lo están con el darse al prójimo especialmente en situaciones de extrema necesidad.
Los “Parabolanos” eran una especie de agrupación de cristianos dispuestos a ir a los grupos de afectados por epidemias o pandemias que, se había presentado en algún sector de su sociedad; era una especie de trabajo suicida, algo que la sociedad no estaba dispuesta a realizar y todo cristiano tampoco llevaba a cabo; por eso tenía que ser creado el grupo con la autorización de los pastores, obispos de las comunidades de la ciudad de Antioquía y en Constantinopla.
Las autoridades sanitarias y de gobierno de aquellos lugares incluyendo a la sociedad misma no verán con buenos ojos el darse a los demás de esa forma tan arriesgada; sin embargo, los grupos tomaban decisiones al margen de lo que pudiera parecer “políticamente correcto” hacer en tales situaciones, resultando a la postre en admisión de los que les rodeaban.
Hoy estamos aquí los creyentes y se está dando una severa pandemia, la del COVID 19, Sin tener que saltarse los controles diversos, que las autoridades han establecido, tampoco los horarios, las mascarillas y la distancia entre personas al relacionarse; debe haber espacios por donde podamos hacer lo que otros o no quieren o no se atreven, pero donde existe la necesidad.
La medicina (vacunas) y todo el personal sanitario son quienes en forma exclusiva deben ser los que se ocupen de lo que tiene que ver con el COVID 19, pero también hay otras muchas dolencias en nuestra sociedad que no son una infección de COVID. Tomemos conciencia de que hay áreas que ni la medicina ni sus profesionales pueden ocuparse de esas otras afecciones padecidas por nuestra sociedad ¡No temamos hacer lo que, quienes tenemos fe y confianza en el Señor, podemos hacer! Y siempre hacerlo todo, como para el Señor “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses. 3:23).
Aunque sin duda el trabajo a través de la psicología es muy necesario y además está bien visto, no obstante, nuestra estrategia de ayuda (alimentos y ropa) a personas que están afectadas por una diversidad de patologías, no es lo único que podemos y debemos hacer para ayudar a los que sufren.
Nuestra parte o aporte a los ciudadanos que están al borde del colapso, por una variedad de sufrimientos, es también lo relacionado con la espiritualidad, con la fe, con presentar la esperanza que provee la persona de Jesús y el testimonio de la Palabra de Dios; y por supuesto, la oración por las personas. Estas cosas no las ofrecen los sanitarios, ni las vacunas, pero los “parabolanos” del 2021, sí ¡¡No podemos quedarnos entretenidos nada más dando alimentos y ropas!! Las obras de misericordia y compasión, junto a presentar al Señor a todos (sufran o no), no tiene que esperar a que sea autorizado por el Gobierno; solo debe tener la aprobación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y la supervisión del liderazgo local congregacional.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o