El racismo, la iglesia y los Estados Unidos de América

“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”

Apocalipsis 7:9

La matanza en Atlanta, Georgia de mujeres de descendencia asiática nos confronta, una vez más, con la existencia del racismo en los Estados Unidos. Ya han habido 3,800 asaltos contra personas de origen asiático en los Estados Unidos desde que empezó la pandemia.  Estos actos de violencia son aparte de los protestas durante los años pasados en contra de gente de descendencia africana y de Latinos que han sido victimas de este fenómeno llamado racismo.

Este país fue formado por personas de muchas razas y culturas, y desde sus inicios el racismo fue parte de la formación de este país. Muchos de los que vinieron a este país eran cristianos que supuestamente encontraron un espacio para ellos en esta tierras, pero el racismo nunca fue desarraigado de la iglesia cristiana.

La iglesia Latina protestante ha permanecido mayoritariamente callada frente a esta dolorosa realidad. Es tiempo que la iglesia cristiana Latina declare, que bajo la Palabra de Dios, el racismo es un pecado. Es tiempo que los Latinos protestantes clamen y busquen la justicia racial. Aunque hemos experimentado el racismo de muchas maneras, hemos optado por permanecer callados. Este silencio debe terminar.

Génesis 1:27 nos dice que todos los humanos fueron creados por Dios. Apocalipsis 7:9 nos revela que el pueblo de Dios es formado por muchas gentes de muchos pueblos, de muchas lenguas.  Jesús nos dice en Juan 13:35, “en esto conocerán todos que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.” No podemos afirmar que amamos a nuestros semejantes y quedarnos callados frente al racismo.

El CHET existe para equipar olas de hombres y mujeres Latinos para el servicio del Reino. Como hijos e hijas amados/as de Dios, nuestra responsabilidad es amar a todos los seres humanos y reconocemos que los más afectados con esta realidad son comunidades de bajos recursos y que han sido marginadas. Les invitamos a orar y a lamentar estos actos violentos en contra de las diversas comunidades antes mencionadas.

Bendiciones,

El equipo del CHET (Personal Administrativo y Facultad)