Amor real

Por Mati Sanchiz

Hay cosas que no son nada fáciles, solo hay que aceptarlas, son la realidad que nos rodea y nada se puede cambiar. Cuando descubres que estás viviendo en medio de un circo y solo eres un payaso más, que eres muy válido para ser el hazmerreír; el mundo se vuelca, las piezas del puzle quedan revueltas sobre el tapete. Se desdibuja el sentido de la vida y dan lugar a esas lánguidas lágrimas que no se secan en la piel. Nos hastiamos de sermones vacuos, carentes de poder y llenos de recriminaciones y enjuiciamientos. Cuando importa más la apariencia, las formas externas y la falsa humildad que esconde el más espantoso orgullo, entonces el estupor se apodera de los sentidos. Las virtuosas actividades nos roban el verdadero momento íntimo de amor, engañosas formas que nos mutilan y desfiguran, falsos samaritanos que esconden verdaderos fariseos. Aferrados a una ley que encadena a la libertad y amputa a la justicia. La indignación acaba por estallar y se derrama. Y, mientras, el amor grita en las calles, da voces para que pueda ser oído, entre tanto se ahoga su voz con el estruendoso ruido de las tradiciones. No necesito apariencias, no hay necesidad de fingir más, de forzar situaciones. El velo se rompió, ya no hay separación, ahora el camino está abierto, se hizo la luz, la nueva creación despertó. Necesito desesperadamente un encuentro con el Amor Real. No necesito palabras bonitas, perfectas, no quiero una religión, quiero que mi corazón estalle de amor, que muera si no brilla, que destile vida, que el fuego lo consuma, que salte, vibre, baile, que vuele alto. No me conformo, no quiero espejismos, quiero Amor Real.

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Mateo 6:5-6

Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron. 

Mateo 27:50-51

El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. (RVR60)

El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos a lo bueno. (LBLA)

El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. (NVI)

No hagáis de vuestro amor una comedia. Aborreced el mal y abrazad el bien. (BLP)

Su amor debe ser real y sincero. Detesten el mal y apéguense sólo al bien. (PDT)

Romanos 12:9