Imaginación

Por Benji Gálvez

Estimular la imaginación en los pequeños es una empresa maravillosa y única. Ayudarles a desarrollar su creatividad es algo esencial que les será muy útil en su desarrollo personal. Les ayudará en las relaciones interpersonales y también ante los problemas, alcanzando resoluciones. Su pensamiento abstracto se desarrolla y según los expertos amplía su mundo y sus límites internos, promueve la risa y favorece el bienestar psíquico del niño (1). Dentro del juego imaginativo ocupan un lugar importante los cuentos. Tal vez dos de los mejores escritores de cuentos infantiles y juveniles fueron J.R. Tolkien y C.S. Lewis. 

Animales parlantes, hobbits, mundos mágicos, hadas, orcos o trasgos, valar, istari, enanos, centauros, ents, faunos, unicornios, dragones, brujas, dríadas, gigantes, necrófagos, grifos, hamadríades, íncubos, ménades, seres marinos, minotauros, náyades, ogros, caballos alados, aves fénix, sátiros, serpientes marítimas, elfos, silvanos, duendes, etc. Cualquier cosa y cualquier personaje eran posibles en los mundos imaginarios de Tierra Media (Endor) o de Narnia creados por J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis. Fueron gigantes de la lengua de Shakespeare, pero también lo fueron de la fantasía y la magia. Ambos eran profesores de literatura en la Universidad de Oxford. Del mismo modo, ambos compartieron esperanza en sus obras.

John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973) y Clive Staples Lewis (1898-1963) fueron dos piezas clave para dar refugio y confianza a través de sus obras a miles de niños que vivieron una era convulsa. En una Europa que todavía se recuperaba de la Gran Guerra, estallaría la Segunda Guerra Mundial.

Tolkien y Lewis se conocieron en Oxford. Pronto el amor de ambos por la literatura les hizo trabar una amistad a prueba de bombas. Formaron parte del club literario, los Inklings, constituido por académicos y escritores británicos (en su mayoría cristianos) vinculados a la Universidad de Oxford. Se reunieron en Oxford entre 1930 y la década de 1960. Se animaban unos a otros en el arte de la escritura de ficción y fantasía. 

Tolkien escribió El hobbit para sus hijos, pero tras leerlo, su amigo, el profesor y escritor C. S. Lewis, le animó a publicarlo. El libro cruzó fronteras y gustó no solo a los niños, sino también a los adultos. Años después Lewis propondría a Tolkien para el Premio Nobel de Literatura. 

[photo_footer]Imagen de la plaza C.S. Lewis en Belfast. / K. Mitch Hodge, Unsplash CC[/photo_footer]

En aquella época, Tolkien y Lewis se lamentaban de la baja calidad de lo que se había escrito hasta el momento en narrativa de ficción y fantasía. Así que decidieron cambiar la situación. Quisieron dejar un mundo mejor, más rico, con mejor literatura, cuando ellos ya no estuvieran en él. En la actualidad tanto El Señor de los anillos de Tolkien, como Las Crónicas de Narnia de Lewis, son ampliamente conocidas y aclamadas en todos los rincones del planeta. Ambos autores llegaron a ser hombres de fe, con sus diferencias, pero capaces de dejarlas a un lado por un bien mayor. (2) 

[photo_footer]Retrato de J.R.R. Tolkien en 1940./Wikimedia Commons[/photo_footer]

Recuerdo con cariño a mi profesora de Escuela Dominical en la Iglesia Evangélica Betania de Terrassa (Barcelona), “Carmen del Leo”. Con un franelógrafo perfectamente dispuesto y un gran corazón lleno de amor por los niños, nos enseñaba las historias bíblicas. Todo iba bien hasta que mi mente se abrió ante una breve reflexión de la profesora al finalizar la clase en que nos explicó la historia de Jesús de Nazaret y como su amor por nosotros lo llevó hasta la cruz. Era el momento de tomar una decisión. Aquel “mocosín” de once años, un domingo del año 1979, aceptó las Buenas Nuevas de Jesús en su corazón. 

Mucho llovería hasta que ya casados, con una hija y recién graduados en Teología, regresáramos a nuestra Iglesia de Pallaresos (Tarragona). Allí nuestros pastores Paul Trementozzi y su esposa Ángela, se disponían a pasar el relevo pastoral. Paul y Angie tenían un cometido para nosotros, colaborar en la Escuela Dominical. Con ilusión y alegría nos incorporamos a un precioso equipo. Paul además nos entregó una tarea, implementar un sistema de escuela dominical que había visto en Cornerstone Church. Tras estudiar la información que Paul nos proporcionó, preparar los materiales y acondicionar las aulas, hicimos una adaptación a nuestra realidad. Dividimos las 3 aulas en 3 salas de Manualidades, Cine y Teatro. Mediante un sistema de rotación de las diferentes edades y con profesores muy motivados y trabajadores, logramos arrancar el proyecto. Se basaba en hacer de las clases algo tan vívido que cuando los niños entraran por la puerta del aula, fuera como si entraran a través del armario de las Crónicas de Narnia en un mundo fantástico. Tratábamos de que las enseñanzas cautivaran los sentidos de los pequeños desde el minuto uno. Representó mucho trabajo, ¡¡y una buena dosis de imaginación!! pero los resultados fueron asombrosos. Lo que invertimos en los niños y niñas siempre tiene un efecto mágico. Es de ellos el reino de los cielos, solo debemos acercarles al Maestro de maestros.   

Una de aquellas niñas que asistió a las clases de Escuela Dominical (más como ayudante que como alumna), fue Melani Zarco Castell. Actualmente Melani es la directora de la Obra entre niños de la Unión Bíblica y dirige junto a su esposo “Origen- El musical de Narnia”, una obra musical basada precisamente en la obra del insigne escritor irlandés C.S. Lewis. 

[photo_footer]Detalle del cartel de 'Origen. El musical de Narnia'.[/photo_footer]

Invirtamos y sembremos en los más pequeños con IMAGINACIÓN y con buenos materiales, buenos programas, obras musicales con valores (como la de “Origen- El musical de Narnia”)… llevándoles a una relación personal y auténtica con Jesús.

Para el trabajo con niños recomendamos:

a) Los materiales de la Unión Bíblica: Sal, Luz, Descubre, El Gran Desafío de la Biblia, y el Proyecto MusicArt. 

b) El material Explora en Librería Evangélica ABBA

c) El libro 101 Ideas creativas para maestros de David Merkh

Nota: Consulte directamente con su librería cristiana habitual para que le asesoren sobre los mejores materiales para el trabajo con niños.

(1) Sitios webs consultados. Ver aquí, aquí y aquí.

(2) C.S. Lewis- Autor de Las Crónicas de Narnia. Un genio de la narración. Autores Janet & Geoff Benge (Colección Héroes Cristianos de ayer y de hoy; Texas, Ed. JUCUM, 2009).