Hace dos años que el pastor, periodista y prolífico escritor, Juan Antonio Monroy impartió una conferencia en la Iglesia Cristiana Unida de Valls (Tarragona –España) sobre “La muerte del Quijote”. Monroy cuenta en su haber con más de 50 obras y es un apasionado cervantino. Es un auténtico experto en el tema de la trascendencia de la Biblia en las páginas de la mayor obra terrena de todos los tiempos “Don Quijote de la Mancha”. Monroy gusta aclarar que la Biblia no es terrena, sino celestial. Con motivo del 400 aniversario de la muerte de Cervantes, Monroy escribió un libro titulado “El Quijote y la Biblia” (pueden verlo aquí).

Esta conferencia de Monroy sería el contexto en que se desarrollaría esta breve historia en forma de texto que compartimos hoy.

La muerte de Don Quijote

Los colores de la tarde pintaban los cielos, naranjas sobre azulados se fundían y esparcían belleza al cuadro estival. La cálida templanza del ambiente invitaba a recorrer la ciudad, la brisa fresca contrastaba con la temperatura que amenazaba con aumentar y conseguía mantener los grados en alza a raya. Todo invitaba a salir. Una cita me esperaba, una interesante conferencia sobre la muerte del Quijote por un escritor consagrado. No sabía muy bien qué me iba a encontrar. ¿Sería como asistir a un funeral de hace algunos siglos atrás? ¿Presenciaría un ceremonial tedioso y aburrido? ¿O sería tan divertido como son algunos velorios?

Mientras el vehículo se deslizaba por la carretera, mis pensamientos jugueteaban a especular sobre las interrogantes que me despeinaban las ideas. Fue en ese momento que la vi. Estaba sentada en una silla de jardín junto a la carretera. La quise mirar, la quise conocer. Un coche que venía en dirección contraria a la mía paró junto a ella. La muchacha, nada vulgarmente vestida, se asomó a la ventanilla, intercambiaron unas palabras y se introdujo en el vehículo que arrancó y desapareció de mi vista tras el retrovisor. Pensé en ella. ¿Sería una víctima de la crueldad de la vida? ¿Estaría en esa situación contra su voluntad? ¿Pertenecería a ese altísimo porcentaje de mujeres que sufren la trata de personas? Ese pensamiento me fulminó. Un dolor atravesó mi pecho. El color de la tarde se nubló en mis ojos. No pude evitar que mi mente volara para encontrarse con la cruda realidad que viven cientos de mujeres a diario. Apartadas de sus familias con falsas promesas y obligadas a vender sus cuerpos. Lindas damas que son torturadas, amenazadas, expuestas y vendidas como ganado, como trozos de carne en el mercado. Ellas, frágiles, en manos de carniceros que desgarran sus virtudes, que despiezan sus carnes, que mutilan y rompen su inocencia. Tuve que dejar ir mis pensamientos para no romper a llorar. Conseguí aparcar el suceso en un huequito de mi psiquis.

[destacate]Lo que mató al ingenioso hidalgo de la Mancha fue un exceso de realidad con la que no podía convivir.[/destacate]Un poquito más tarde me encontré disfrutando de la conferencia, conversando animadamente con amigos antiguos y amigos nuevos que la vida te regala a diario. Tuve el privilegio de intercambiar opiniones con el escritor-conferenciante. Y después de pasar a Cervantes por los rayos-x y de hacerle la autopsia al caballero de la triste figura, es que me di cuenta que lo que mató al ingenioso hidalgo de la Mancha, fue un exceso de realidad con la que no podía convivir. La obra maestra que encierra Don Quijote de la Mancha está llena de metáforas que denuncian las atrocidades de su época, y nos hostigan gritando desde antaño, señalando las monstruosidades que se continúan cometiendo en nuestros días.

Al final de la jornada, cuando el sol se ocultaba tras las últimas luces que se resistían a abandonarnos, deshaciendo el camino, volví a pasar por aquel lugar donde horas antes la vi a ella. La desconocida Dulcinea. El lugar estaba vacío. Vacía me sentí yo. Miré el hueco y la recordé. Pensé, ¿por qué no se levanta un nuevo Cervantes? ¡Cuánta falta nos haría un nuevo Don Quijote que luchara contra gigantes y maleantes! De nuevo contuve otra lágrima.

Mati Sanchiz Rodríguez

Nota: Colabora con las entidades que denuncian la trata de personas con fines sexuales o de explotación. Aquí tienes algunas de ellas: Dtproject, Esclavitud XXI, Fin de la esclavitud, A21…

https://dtproject.org/

https://www.esclavitudxxi.org/

https://www.a21.org/content/spanish-a21/godfc1

https://findelaesclavitud.org/