Desde tiempos lejanos, la península Ibérica estaba compuesta por una gran variedad de pequeñas tribus repartidas por el territorio. Los iberos, según los fenicios, que encontraron en Tarssis. La Hispania según los Romanos, Al-andaluz la llamaron los árabes musulmanes. Todos coincidiendo en reconocerla como un lugar/territorio: Bello, Complicado pero Alcanzable/Dominable (pero no sin haber encontrado primero una fuerte resistencia, y si no que se lo pregunten a los ejércitos romanos). A su manera y para sus propios intereses, cada una de esas civilizaciones/invasiones lograron, en parte, sus objetivos. Tanto es así, que hasta el día de hoy se siguen percibiendo sus señales de identidad, su visión política, sus dioses, su religión, su filosofía, su cultura, su música, su arte, su arquitectura y su dieta; con todo lo traído, más lo que de sí había en los autóctonos de esta Península, se ha formado el carácter de lo que hoy somos todavía la mayoría de los españoles.

El escritor Antonio Fernández Benayas escribió lo siguiente: Fenicios, griegos y romanos. “Como balance de luces y sombras a Hispania le cupo parte de la gloria terrena que se concede a Roma y a su Imperio...” ¿Qué podrá decir la voz humana digno de tus tierras, oh, Hispania? Rica en caballos, fértil en cereales, preciosa en minas, y sobre todo fecunda en píos príncipes. De ti los siglos recibieron a Trajano; de ti a Adriano, fuente de donde por adopción fluyeron los Elios, Antonino y Marco Aurelio, de ti nacieron Teodosio, Arcadio y Honorio. Cada provincia conquistada por Roma entregó sus dones para el Imperio: Egipto y el África, trigo para los campamentos; la Galia, fuertes soldados; la Iliria, sus caballos; cosas todas que se hallan por todas partes. Solo Iberia dio un nuevo tributo la Lacio: los Augustos. Ella engendra los que han de regir el mundo” (Claudiano, cronista del Imperio).

¿Qué le habrá llevado a Antonio Fernández Benayas, mencionar el comentario de Claudiano? Sospecho que el autor tiene el objetivo de presentar a España y a algunas de sus gentes, con una trascendencia de nivel universal. También señala la valentía, tenacidad, capacidad de liderazgo y la fuerza de resistir que tienen las gentes de la Península Ibérica (los antiguos españoles) cuando menciona que doscientos años le costó a Roma conquistarnos frente a los ocho años que tardó en conquistar Francia.

Lo mismo hace presentándolo como la resistencia de la ciudad de Numancia con sólo diez mil numantinos ante el ejército romano de no menos de sesenta mil pertrechados soldados. Enfatiza por tanto Benayas la feroz resistencia que opone el español a todo lo que es extranjero y pretende invadirle; sentando las bases desde el inicio del por qué en España cuesta tanto que se acepten hechos y razones de otras latitudes.

En nuestra actualidad hoy. Desde el comienzo de las fuertes entradas de inmigrantes y también por la influencia de la globalización de las tendencias y formas de vivir, España va adquiriendo ciertas variaciones en su forma de ser; porque el aumento de nuestro contacto con el extranjero (por viajes de turismo y por intercambios comerciales) notamos modificaciones de diversas naturalezas que estamos adoptando, lo cual tiene el resultado de una mentalidad más abierta y universal; ya va disminuyendo la tradicional idiosincrasia del carácter español.

También para el Apóstol Pablo, la Hispania de su tiempo, fue motivo de oración a Dios y se hizo planteamientos misionero para venir a traerles el Evangelio, único, para la salvación. Pero ¿logró sus sueños y el cumplimiento de su fe y planes apostólicos? Una cosa si sabemos y es que el Evangelio que Pablo predicaba llegó a estas tierras, pero fue principalmente a través de una variedad de personas que Dios usó, para que él fuera conocido también en la Hispania: agentes del gobierno de la República, militares, comerciantes, navegantes, marineros, hombres y mujeres de los niveles ricos de la sociedad romana y gente humilde, tales como esclavos, sirvientes y artesanos.

El Reino de los cielos está entre nosotros, Jesús es el Rey, nosotros los nacidos de nuevos somos los ciudadanos de ese Reino en la Tierra. La cosmovisión que Dios tiene del Mundo/Tierra es global, no ha establecido el Señor las fronteras que hay dentro de ella, esa obra perteneciente al hacer humano y sus intereses diversos.

Al Evangelio de la salvación le preocupa el destino eterno de las personas (así debe ser también para nosotros) y hacia ellas, sin importar las divisiones por: fronteras (no militamos en otras fuerzas más que en el proyecto del Señor), tipos de gobiernos (nos ponemos bajo la autoridad del gobierno donde vivimos), raza, color de la piel, idioma, o territorio donde habita su Iglesia. Ese Evangelio ha sido diseñado por la Trinidad y muestra todo lo que Dios hizo por medio de la cruz de Cristo y su resurrección, con el propósito de salvar lo que se había perdido.

Cuando alguien está en un naufragio, lo que más importa es lograr que atrape un salvavidas (los hijos de Dios son, para el pecador, su única esperanza, su único salvavidas), después de rescatarlo se le debe proveer: medicina, calor, agua, alimento, ropa seca, zapatos y ánimo para seguir adelante en la vida. Nosotros debemos proveer, al que ha nacido de nuevo, un discipulado intensivo y bíblico.

La España contemporánea tiene muchos millones de personas que solo son cristianos culturales, pero muy pocos miles que han nacido de nuevo y siguen como Discípulos de Cristo. También hay varios millones que son ateos o agnósticos. Es pues un país donde se puede y se debe hacer Misión para salvación del pecador.

Las iglesias de España, deben buscar confirmación, de parte de Dios, (porque no es suficiente el contar con finanzas, gentes que promete apoyarte en oración, una iglesia o agencia misionera que te da el visto bueno, para embarcarse en la tarea de unirse a las iglesias, o ir sola en el trabajo de plantación; la Misión sobre todo es obra de Dios y funciona y avanza porque Dios actúa, solo si es así tendremos potencia para alcanzar a esos millones de personas que hasta ahora solo tiene: tradiciones, ritos paganos, cosmovisión humanista de la vida, un buen nivel de vida económica y física, pero una gran incultura bíblica y escaso conocimiento del Dios vivo.

Presento a la nación española como: Bella, Complicada/compleja y Alcanzable (metáfora, a mi parecer, muy apropiada para un sentido femenino a tener en cuenta) cuando pensamos en emprender un trabajo de Misión en cualquier lugar de España.

Bella

La belleza, en cualquiera de sus formas de manifestación, siempre ha sido para los seres humanos un elemento principal y motivo de atracción en su espíritu. Es cuando se produce el acercamiento, el momento de arranque de los deseos, de las valoraciones y de las entregas.

Así pues, cuando estas civilizaciones llegaron a sentar sus pies en la Iberia, a todos les embargó un interés por hacerse de este territorio y de cuanto en él había: personas, recursos, y dioses o espíritus.

La Belleza no solo asombra, es además un generador de múltiples variantes de los sentidos que nos llevan a desear, es también un generador de deseos de posesión, de dominio, de gobierno y de orgullo. Soy consciente de que estoy filosofando, pero ¿acaso no forman parte de nuestros intereses, de Misión, estos sentimientos hacia las gentes de cada pueblo, etnia y nación, para llevarles el Evangelio? (Recientemente todos hemos conocido el caso del misionero de Estados Unidos, en sus intentos por llevarles el Evangelio a los hindúes de la isla de Senetiel).

Complicada, compleja

Las excavaciones de Atapuerca (Burgos) y otros lugares de yacimientos donde se han encontrado restos de civilizaciones ubicadas en la península Ibérica, están demostrando que desde hace una gran cantidad de milenios (se ha llegado a calcular que los restos fósiles de humanos encontrados, data de 1.5 millones de años) antes de lo que se conoce como la era del hierro. Ya existían formas de adoración a dioses y espíritus en aquellas gentes de tiempos tan lejanos; los restos encontrados de fe de ello, con una gran cantidad de objetos utilizados para las ceremonias religiosas y otros eventos espirituales.

La nación española ha ido configurándose a lo largo de por lo menos cinco milenios. Ya era conocida en los tiempos del rey Salomón (Génesis 10:4; 1º Crónicas 1:7; y otros muchos textos), de ser una región que había alcanzado crear estructuras políticas de Gobierno (Salmo 72:10), un importante nivel industrial, económico y de influencia en una serie de países del medio oriente, y en generen al en todos los pueblos de las orillas del mar Mediterráneo.

Ese amplio contacto con otras cultura y formas de gobierno, ejércitos, construcciones militares, armamento y visión comercial y financiera, han sido acogidas por los diferentes gobiernos que se han estado dando a lo largo de esos nos menos de cinco milenios.

Y la cultura no viene (de una nación o pueblo a otro) solamente envuelta en contenidos teóricos. No, también introduce los contenidos metafísicos; es decir, los relacionados con el mundo espiritual: dioses, formas de adoración, sacrificios a las divinidades, votos a las mismas, encomendaciones; dependencia, admiración, devoción y suplicas. España entera ha sido ofrecida a infinidad de dioses y espíritus, los cuales, aunque cueste creerlo, aún mantienen su influencia en nuestra cultura y forman parte de nuestro carácter (véanse varios de mis trabajos Etnográficos del sur de España: Montoro, Palos de la Frontera, Osuna, Álora, Mérida, Écija, Baena, Alcalá la Real, Carmona, Azuaga).

Alcanzable

No es algo sencillo, bueno como no lo es en ninguna parte del mundo (los españoles no son tan diferentes a las personas de otras naciones, como tampoco España es un país más resistente a la conversión que cualquier otro país), entiendo. Pero la necesidad apremiante en el caso de los españoles, es la de estudiar muy a fondo los factores de resistencia y de receptividad a la conversión.

Sin duda que la sociedad española una de las más complicadas que puedan existir en el mundo, de eso no me cabe duda. Pero a priori no es científico decir que los españoles son duros, o que España es el cementerio de los misioneros. Esto necesita ser corroborado por una investigación de carácter científico.

Hay mucha necesidad de hacer un acercamiento sociológico al ser de los españoles y saber cuáles son los factores que intervienen en su resistencia a la conversión. También es absolutamente necesario estudiar cuáles son los factores propiciados de parte de las propias Iglesias evangélicas y sus formas de trabajo, para llegar a los ciudadanos de nuestra nación.

¿Y si resultara que una investigación científica pusiera al descubierto una serie de factores internos: llámense influencias del liderazgo, mala praxis de acercamiento al inconverso, metodologías inapropiadas en la evangelización, y malas influencias producidas por malos testimonios de las iglesias y sus ministros y miembros en general?

Si tenemos en cuenta que hay españoles que se siguen “convirtiendo” a las sectas tales como: Testigos, Budistas, Mormones, Hinduistas, Musulmanes, Cienciología; entonces vano es el argumento, de que los españoles son duros y que España es “cementerio de misioneros”. Los únicos “muertos y muertes”, están relacionados/das con muerte espiritual y muerte de planes, de estrategias, de declaraciones sobre conquistas rápidas y masivas de los corazones de los españoles; en esos sentidos, ciertamente, España ha sido el cementerio de muchos misioneros.

España y los españoles, siguen siendo alcanzables, pero no de cualquier manera. No con cualquier método y estrategia, y menos si esto/esta procede del extranjero.