Palabra del año

Al catedrático de filosofía de la Universidad complutense de Madrid, José Luis Villacañas, le ha sido concedido el premio “Unamuno, amigo de los protestantes”, galardón instituido por Protestante Digital en noviembre de 2006. Se le entregará el 20 de enero en Madrid. El profesor Villacañas ha escrito ampliamente sobre la Reforma protestante y su actualidad e influencia. Suyo es el libro “Imperiofilia y el populismo nacional-católico” como respuesta a María Elvira Roca Barea y su libro “Imperiofobia y leyenda negra”. José Luis Villacañas escribe un artículo los martes en el diario Levante EMV.

El 31 de diciembre, recordando que “Emoji” (emoticonos, es un término japonés para las imágenes que se usan en mensajes electrónicos y páginas web, formando parte de la comunicación diaria) ha sido elegida la palabra del año 2019, ha escrito un excelente artículo con el título “Palabra del año”, del que incluimos dos párrafos: 

“Sería preferible que alguna institución se especializase en elegir una pequeña lista de palabras deseables para este año que empieza. Yo propondría algunas de ellas. Por ejemplo, probidad, honradez, integridad, buena fe, honestidad, lealtad, rectitud. Lo más curioso es que todas estas palabras, que nosotros tenemos que desgranar como si fueran diferentes, están encerradas en una sola palabra alemana, Redlichkeit. En otro tiempo fue todo un código de honor. Su sentido profundo es … aquélla que revela tu verdad examinada con rigor, sinceridad y franqueza.”

“En esa sencilla palabra, Redlichkeit, se encierra una cultura completa, la moderna. El acto fundacional de ella tuvo lugar en Worms, en mayo de 1521, cuando los poderes del mundo se dieron cita para evaluar los escritos de Lutero. Allí estaban el emperador, todos los príncipes alemanes, el legado del Papa, los dominicos. Lutero discutió sus tesis y exigió ser convencido bien por la Biblia o bien por la razón. Al final dijo que no podía pensar de otra manera porque no era sano ni bueno ir en contra de la propia conciencia. Poco después de ese acto fundador de la parresía* moderna, era frecuente entre los educadores hispanos defender que si un superior te dice que lo blanco es negro, tú debes creer que lo blanco es negro. La primera cultura se organiza alrededor de la Redlichkeit; la segunda, sobre el sacrificio del intelecto. Pensar que estas prácticas no dejan huella en la historia y en los hábitos de subjetividad de la gente es ingenuo. La primera opción forma individuos singulares que buscan su verdad; la segunda forja una hueste fanatizada. Redlichkeit es la capacidad de interrogarse con sinceridad sobre lo que uno cree realmente, y decirlo. …  Lo otro, es adherirse a los míos para cubrir toda sospecha de defecto y construir entre todos el Retablo de la Maravillas”. 

En Mateo 28:11-15 se nos narra cómo los principales dirigentes religiosos judíos se pusieron de acuerdo con un grupo de soldados para ocultar el hecho de la resurrección de Jesús, ofreciendo al pueblo una información totalmente distinta de la realidad. Este procedimiento se viene repitiendo a través del tiempo. La historia ha sido frecuentemente deformada y manipulada. Y muchas noticias de los medios de comunicación carecen de objetividad, rigor y profesionalidad. Y qué diremos de bastantes políticos. Lamentablemente, los evangélicos-protestantes en España podemos dar fe de ello, de manera excesivamente constante y actual.   

El teólogo protestante Kart Barth decía que el mundo necesita información de lo que Dios ya ha hecho en Cristo y que nos capacita para vivir como auténticos seres humanos, con dignidad, trascendencia y realización plena. Esta información, el anuncio del Evangelio, la buena noticia, también ha de darse de manera correcta y adecuada, no callándola u ofreciéndola parcial o equivocadamente. Sin duda que este principio puede incluir la necesidad de una buena información en todos los terrenos. Información objetiva, veraz, completa. Sin prejuicios ni temores. “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jesús en Juan 8:32).

*Parresía. “Hablar con franqueza y libertad, con la verdad, honestamente, sin manipulaciones.