La importancia de la comunicación visual

Vivimos una era en la que la comunicación visual es una herramienta fundamental en prácticamente todos los sectores.

Muchas iglesias, a lo largo de los años, han realizado un importante esfuerzo para comunicar el mensaje del evangelio de diversas maneras. Los locales donde se reunían las congregaciones han sido denominados muchas veces como «puntos de testimonio», lo cual hacía referencia a que el local en sí mismo era una herramienta de comunicación. Por ello, carteles y rótulos indicaban la presencia de la iglesia, vitrinas mostraban los horarios de reuniones, etc. Por otro lado, muchas congregaciones se han preocupado de alcanzar a las comunidades en las que se encontraban a través de folletos, carteles, actividades y otras muchas iniciativas.

Hoy en día, además de todas esas actividades de comunicación, muchas iglesias poseen páginas web, presencia en redes sociales, usan proyectores para las letras de las canciones, etcétera.

Aunque todo eso está bien, lo cierto es que muchas veces no existe una planificación en cuanto a la mejor manera de aprovechar todos esos recursos.

Evidentemente, cada iglesia es libre de decidir cómo desea que sea su comunicación visual. De la misma manera, no pretendemos aquí imponer criterios ni establecer estándares que «deban» ser seguidos. Solo daremos consejos basados en la experiencia tanto ministerial como profesional.

A la hora de establecer un elemento de comunicación visual, debemos hacernos 5 preguntas:

1. ¿Qué? Es decir, qué es lo que deseamos comunicar. Lo fundamental de toda la comunicación siempre debe ser el contenido, o sea, el mensaje. Está muy bien tener una página web, ¿pero qué queremos comunicar en ella? Disponemos de redes sociales, ¿pero qué vamos a transmitir desde ellas a las personas que vean las publicaciones?

2. ¿Dónde? Tenemos un mensaje para enviar, un contenido que transmitir. Pero, ¿dónde vamos a hacerlo? O, dicho de otra manera, ¿cuál es la herramienta de comunicación más útil para ello? Hace unos pocos años, muchas iglesias disponían de boletines impresos donde se encontraban los anuncios. Hoy en día, en muchos casos esos boletines han sido sustituidos por listas de difusión en WhatsApp. Es importante que pensemos en cuál es la herramienta de comunicación idónea para lo que queremos transmitir.

3. ¿Cómo? Podemos tener un hermoso mensaje, elegir el mejor medio para transmitirlo y fallar al entregarlo. Por ejemplo, imaginemos a una orquesta que tiene una bella partitura, unos magníficos músicos pero cuyos instrumentos no están bien afinados. ¿Cuál será el resultado? Normalmente, será terrible. No se logrará transmitir la belleza de la música, y los oyentes no saldrán satisfechos. De la misma manera, el «cómo», en la comunicación visual, hace referencia al diseño, a la apariencia, al aspecto que tendrá aquello que verán los receptores.

4. ¿Cuándo? No se nos ocurriría anunciar una celebración de Navidad en marzo, ni colocar los carteles para un concierto dos minutos antes del mismo. De la misma manera, es importante que pensemos cuándo es el momento adecuado para que la comunicación visual tenga más impacto. En ocasiones, esta pregunta puede tener como respuesta «¡en cualquier momento!». Pero será importante que nos la planteemos.

5. ¿Cuánto? No nos estamos refiriendo a inversión financiera, sino a cuánto tiempo permanecerá activo un determinado elemento de comunicación visual. Creo que hay pocas cosas que den tan mala impresión como ver carteles de eventos que han terminado hace meses, o páginas web que no han sido actualizadas en años. Los elementos de comunicación visual casi siempre deben tener un plazo de validez transcurrido el cual deberán ser retirados o sustituidos.

Por todo esto, hay un concepto muy importante a la hora de establecer los elementos de comunicación visual que queremos implantar. Creo que es importante que seamos soñadores, y que deseemos alcanzar la excelencia en todo lo que hacemos. Pero también debemos ser realistas y no abarcar más de lo que somos capaces de mantener. He visto a iglesias que han realizado maravillosos boletines, con artículos magníficos, muchísima información interesante pero que no han ido más allá del tercer ejemplar, bien porque se han quedado sin contenido, o porque nadie era capaz de mantener el ritmo de trabajo y dedicación que se requería. Podemos plantearnos tener una maravillosa página web, pero debemos preguntarnos: «¿Vamos a ser capaces de mantenerla actualizada?». Hemos preparado un magnífico equipo de trabajo para poner carteles por todo el barrio anunciando una determinada actividad. ¿Pero hemos preparado otro magnífico equipo de trabajo para retirarlos una vez que termine?

Como dijimos en el artículo de presentación de este blog, nosotros nos vamos a centrar inicialmente en la comunicación visual multimedia. Para ello, en los próximos artículos hablaremos de la proyección multimedia y de cómo sacarle el mayor partido a una herramienta que puede ser excelente, pero que normalmente no está bien aprovechada.