Sigamos creciendo en edificar el reino heredado

ESPAÑA NO ES DURA, ES QUE NO HEMOS DESCUBIERTO EL CAMINO AL CORAZON DE SU GENTE

Estoy convencido de que España es un país y una sociedad alcanzable con el Evangelio de la Gracia, la Cruz y el Señorío de Cristo. Porque España no es más dura que cualquier otra nación; solamente es una sociedad que responde a Dios o a los temas de espiritualidad de manera diferente. Es a nosotros a quien toca ser capaces de entender el ser del español y una vez hemos aprendido a descubrir las “puertas a ese ser interior del alma, del corazón y de la mente del español”, es que podremos entrar por miles o incluso millones de ellos.

SOBRE NOSOTROS PESA UNA APREMIENTE DEMANDA DE URGENCIA

Dios no tiene todo el tiempo del mundo para alcanzar a la humanidad con su proyecto de salvación; nosotros mucho menos. Si él siendo Dios ha establecido un día y ese día está cada día más cerca de cumplirse, entonces debe ser comprensible el que entendamos que sobre la Iglesia (cada creyente, sobre cada líder, cada denominación, cada agencia misionera) pesa una apremiante demanda de diligencia, de apremio y de trabajo de evangelización sin entretenimientos en proyectos, negocios y fabricación de imperios religiosos personales, denominacionales de ningún género.

¡NO ESPERARÁN A MORIRSE HASTA QUE LLEGUEMOS!

Esta es una llamada para ejercitarnos por amor a cada español que muere sin haber escuchado al menos una presentación básica de lo que Dios está dispuesto a hacer por él. Las personas que están en los pueblos y también en los barrios de las grandes ciudades; no esperarán a morirse hasta que lleguemos nosotros, como iglesia hasta ellos, para hablarles del evangelio; no, ellos se morirán, hayamos llegado o no. 

NO PEREZOSOS SINO FERVIENTES

Entonces, siento que estamos muy necesitados de que seamos envueltos por Dios en una llenura de su Espíritu, sin lo cual nuestro real grado de conciencia, seguirá estando por debajo de lo que se requiere para que actuemos con urgencia y diligencia “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración” (Rom. 12:11,12).

TENGAMOS CLARO QUE SIN PASIÓN NO HAY MISIÓN

Desechar la dilación, o la procrastinación, la pereza, la negligencia, la indolencia y el pensar en darle a nuestros pequeños reinitos la fuerza, los dones, los recursos, el tiempo y la vida que le pertenecen al Reino de los Cielos. De seguir así, lo más que podemos alcanzar es a hacer juegos de ficción, entretenimientos de religión.

NECESITAMOS UNA INTERVENCION DE DIOS

Para alcanzar ese nivel de involucramiento en las diversas vertientes de misión en nuestro contexto español, precisamos de un avivamiento personal, de cada uno de nosotros y dentro de las propias iglesias; una serie de intervenciones divinas acompañadas de esfuerzos intencionales de parte del liderazgo y de cada creyente.