Celebrando la gracia y el perdón por la vida de mis padres

El tercer domingo del mes de junio (17) se celebra el día del padre en EEUU. Y el sábado, 16 de junio, mi padre, Juan Francisco Martínez de la Garza cumplió años. Quisiera tomar este tiempo para agradecer a Dios por la vida de mi padre y también por mi madre, Bertha Guerra Martínez. 

De joven memoricé el Salmo 51 (aunque creo que ahora ya no lo podría decir de memoria). Pero el salmo me recuerda de la importancia de la confesión y del perdón divino en la vida y ministerio de mis padres.

El himno Si fui motivo de dolor por Roberto Savage hace alusión al Salmo 51. Nunca fue canto congregacional en nuestra iglesia. Pero mis padres lo cantaban en dúo con regularidad. Lo cantaban en ocasiones especiales y también lo interpretaban en inglés (traducido por mi madre) en conferencias de la agencia misionera de la cual eran parte.

Si fui motivo de dolor oh Cristo,

Si por mi causa el débil tropezó,

Si en tus pisadas caminar no quise,

Perdón te ruego, mi Señor y Dios.

Escucha, oh Dios,

mi confesión humilde,

Y líbrame de tentación sutil.

Preserva siempre

mi alma en tu rebaño

Perdón te ruego, mi Señor y Dios.

Si vana y fútil mi palabra ha sido,

Si al que sufría en su dolor dejé,

No me condenes Tú por mi pecado,

Perdón te ruego, mi Señor y Dios.

Este himno representa el impacto de mis pastores, mis padres, quienes han servido al Señor en pequeñas iglesias latinas en Texas, California y Colorado por más de 50 cincuenta años. El significado personal no es tanto la letra del himno, sino el compromiso de mis padres. Ellos siempre han dado testimonio de que Dios escuchó su confesión y les perdonó por medio de Cristo. No solo cantaban este mensaje de gracia, sino que lo han predicado todos estos años.

Fueron trabajadores migrantes y cuando Dios los llamó al ministerio se comprometieron a servir entre trabajadores agrícolas del centro de California. Han ministrado entre los inmigrantes, los marginados, los quebrantados, y los “desechables”. En estos últimos años han puesto mucho de su esfuerzo en compartir el mensaje de perdón y gracia con los encarcelados en diferentes prisiones en EEUU a través de sermones grabados y un ministerio epistolario.

Cientos de personas se han convertido por porque ellos le pidieron perdón al Señor e invitaron a otros a hacer lo mismo. Ellos reconocieron el daño que puede hacer el pecado, pero también el poder del perdón y el poder transformador del evangelio. El Señor usó su predicación y compromiso en la transformación de muchas personas.  Le doy gracias a Dios que mi papá y mi mamá conocieron la gracia divina y la compartieron conmigo y con tantas otras personas.

¡Feliz cumpleaños y feliz día del padre! ¡Gracias, papá y mamá, por el ejemplo y el compromiso!