Una voz evangélica latina en Los Ángeles

El 1º de mayo se unieron varias organizaciones evangélicas latinas en Los Angeles para participar en la marcha con inmigrantes y obreros. Decidimos hacerlo porque entendimos que urge dar un testimonio público a favor de los inmigrantes. En medio de un ambiente anti-inmigrante nacional creímos que era indispensable que se presentara una voz evangélica que dijera a los inmigrantes “estamos contigo” en nombre de Cristo. En ese día estuvimos representando a redes pastorales, a seminarios e universidades cristianas e iglesias locales bajo el lema común “una voz evangélica”.

No pretendimos ser “la voz” evangélica, ni quisimos reclamar un protagonismo que no era nuestro. Pero decidimos marchar para compartir el mensaje de que Dios ama a los inmigrantes y que nosotros queremos demostrar ese amor y ese acompañamiento de formas concretas. Nos unimos para proclamar el mensaje de Miqueas 6:8; queremos hacer justicia, amar misericordia y humillarnos ante nuestro Dios. Muchos de los que marcharon en Los Angeles se identifican como cristianos, aunque también había mucha gente que confesaba otra fe o que no confesaba ninguna. Sin embargo, los organizadores nos dieron el espacio para proclamar el mensaje de Miqueas 6:8 en el programa formal y al marchar.

Sabemos que una marcha tiene impacto limitado. Pero lo hicimos como testimonio y para confrontar las realidades injustas que estamos viviendo en nuestro país al momento. Acompañamos muchas causas importantes, como el derecho al cuidado médico, el salario justo, el movimiento #metoo y el dereco de recibir un trato con respeto por parte de las autoridades del estado. Sin embargo, nuestro testimonio se enfocó en las realidades que están viviendo los inmigrantes.

Nuestro testimonio también era una denuncia profética.

• ¿Quién dará testimonio a favor de la dignidad de todo ser humano creado a la imagen de Dios?


• ¿Quién proclamará que Dios llamó a Israel, y por ende también a los cristianos, a tener cuidado particular del huérfano, la viuda y el extranjero?


• ¿Quién confrontará un sistema económico que se aprovecha de la mano de obra del inmigrante y a quien le conviene que los inmigrantes no puedan legalizarse para que sigan siendo mano de obra desechable?


• ¿Quién cuestionará un sistema de cárceles privadas que se están haciendo ricas a causa de la manera que el sistema migratorio detiene a los indocumentados?


• ¿Quién recordará a los evangélicos del país que un gran porcentaje de los inmigrantes son cristianos?


• ¿Quién le recordará a nuestros conciudanos que nuestros ideales nacionales dicen que somos un país que recibe a los inmigrantes y que casi todos nuestros antepasados llegaron como inmigrantes a este país hace pocas generaciones? 

Así que, somos una voz evangélica que sigue trabajando a favor de los inmigrantes vulnerables de nuestro país. Marchamos, hacemos vigilias de oración, damos capacitación sobre el tema, hacemos cabildeo cuando se abre la oportunidad y proveemos acompañamiento pastoral a los inmigrantes que Dios pone en nuestro camino. Sabemos que Dios ama la justicia y que ama al inmigrante. Así que, nos unimos para dar testimonio de ese Dios. Seguiremos trabajando hasta ver una reforma migratoria justa e integral.