Martin Luther King Jr.: Necesitamos seguir soñando

El 4 de abril se cumplieron 50 años del asesinato del Dr. Martín Luther King Jr. En esta fecha nos acordamos que él nos invitó a soñar, a creer que otra manera de ver la vida era posible. El día de hoy los creyentes reconocemos que necesitamos seguir soñando, seguir creyendo que Dios quiere algo mejor para los Estados Unidos.

King soñaba, pero también llamó a EEUU al arrepentimiento. Como buen predicador, nos recordó que el país tendría que pasar por un cambio radical de sus valores, si se iba a cumplir el sueño. El nos llamó a creer que era posible la igualdad racial, que se podía alcanzar la justicia social y económica y y que se podía romper con el poder la muerte espiritual que estaba ligado al militarismo. Ese cambio radical tendría que incluir un cuestionamiento: 1) de la injusticia de políticas pasadas y presentes; 2) de la gran desigualdad económica y 3) del presupuesto nacional que gastaba más en lo militar que en programas para servir al necesitado.

Al cumplirse los 50 años de su muerte podemos señalar muchos lugares donde se ha visto cambio de fondo. Ha habido mucho movimiento positivo en las relaciones raciales, aunque todavía hay mucho que hacer. También existen muchos programas de ayuda social, aunque nos debiera avergonzar ver el porcentaje de la población que es pobre en un país tan rico como el nuestro.

Pero todavía nos tenemos que arrepentir el los tres males de racismo, militarismo y explotación económica. El profeta King nos llamaría a reconocer que una marcha y una protesta son importantes. Pero más importante es confrontar nuestros pecados como país. Nuestro país se formó destruyendo a los pueblos nativos, con la mano de obra de esclavos y gente pobre abusada y quitándole tierra a México. Nuestra economía depende de la mano de obra de obreros pobres y de los indocumentados. Y seguimos gastando más dinero en armas que todo los otros países del mundo juntos. 

Estos pecados se demuestran en la gran desigualdad económica de nuestro país tan rico, en el trato desigual hacia personas minoritarias, en la retórica nacional con tendencias racistas y en la defensa de la venta de armas de guerra, a pesar de la violencia que está creando.

Queremos creer en un futuro más justo. Y como cristianos debemos hacer justicia y luchar por ella. Pero porque somos cristianos sabemos que el cambio profundo sólo viene cuando hay arrepentimiento. Así que, en este 50 aniversario del asesinato del Dr. King llamo a nuestro país al arrepentimiento para que recibamos el perdón y la bendición plena del Señor. Y al recibir su bendición podremos ser de bendición al mundo.

Sigo soñando, Dr. King.