Mi versículo top: Romanos 11:36

Me encanta Romanos 11:36. Es mi versículo favorito.

En Romanos 11:36 el apóstol Pablo está concluyendo la exposición doctrinal de los primeros once capítulos de la carta de cartas, Romanos. Se queda asombrado ante la misericordia de Dios revelada hacia los judíos y gentiles. No puede contenerse más. Se ve obligado a alabar al Señor. Su teología se convierte en doxología.

¿Qué dice el texto en sí?

Cuatro puntos:

1. DE ÉL SON TODAS LAS COSAS

Todo es “de Él”. La creación y la redención son de Dios.

En el principio Dios creó los cielos y la tierra. La creación sirve como un testimonio de la gloria del Creador. Los cielos, el día, la noche, el sol, los árboles, las cuestas, los arroyos, las playas. ¡Todo es fruto de la mano creadora del Todopoderoso! Todo es un regalo del Señor.

Además de crearnos, Romanos revela que Dios también nos salva por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo. El gran plan de redención fue ideado y efectuado por el Dios Altísimo. No tuvo porqué salvarnos pero quiso hacerlo por amor a su pueblo. ¡Grande es la gracia del Señor!

La creación es un maravilloso regalo de Dios.

2. POR ÉL SON TODAS LAS COSAS

Todo es “por Él”, tanto la creación como la redención.

Todo lo que Dios creó en el principio sigue en pie porque el Señor lo sostiene todo con la palabra de su poder. Es la providencia de Dios la que mantiene todo lo creado en existencia. Dios no es una deidad distante al estilo deísta que creó el planeta para luego abandonarlo.

El bendito Creador sigue sustentando la creación por misericordia. Hasta los ateos respiran por el puro beneplácito del Omnipotente.

En cuanto a la redención, la única razón por la que los creyentes perseveramos en la fe es gracias al poder sustentador del Salvador. El que comenzó en nosotros la buena obra la está perfeccionando y la perfeccionará sí o sí.

Estamos en sus manos. Él no nos soltará. Su Hijo sigue intercediendo por nosotros y su Espíritu sigue intercediendo en nosotros. Tenemos la seguridad de la salvación debido a la bondad del Redentor.

3. PARA ÉL SON TODAS LAS COSAS

Todo es “para Él”. La creación y la redención existen para Dios.

¿Por qué Dios creó todas las cosas? ¡Para la gloria de su santo nombre! “Todas las cosas ha hecho el Señor para sí mismo” (Proverbios 16:4). La creación da a conocer la belleza, la sabiduría y la fortaleza de su Creador. ¿Quién como Él, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?

¿Por qué Dios salva a su pueblo? De nuevo, ¡para la gloria de su santo nombre! “Para alabanza de la gloria de su gracia” (Efesios 1:6). “Para hacer notorias las riquezas de su gloria” (Romanos 9:23).

Dios exhibe sus preciosos atributos de amor, compasión, gracia y misericordia cuando aplica la perfecta justicia del impecable Cristo a la cuenta de los impíos y malhechores. Dios es tan sumamente bueno.

Dios promete guardar a los suyos hasta el fin.

4. A ÉL SEA LA GLORIA

Ya que todo es de Él, por Él y para Él, es lógico que reciba toda la gloria. Y por esta razón Pablo acaba su reflexión con las siguientes palabras, “A Él sea la gloria por los siglos. Amén”.

No hay nada más que añadir. Él es infinitamente digno de ser engrandecido, exaltado y glorificado porque es un pedazo de Creador y Redentor. ¡Cuán grande es nuestro Dios! Romanos 11:36 nos sumerge en el río de la gloria de Dios y por eso me encanta tanto.

Gloria a Dios por Romanos 11:36.

¿Cuál es tu versículo top? ¿Y por qué?