El poder transformador de la palabra VII

Continúo haciendo inventario de los libros que hipotéticamente liberaría de la hoguera. De pronto he recordado a aquellos de la Biblioteca de Alejandría que no pudieron ser rescatados. O también aquellos que lo han podido ser gracias a iniciativas de unos jóvenes sirios.

Cómo la intolerancia lo destruye todo. Incluso reyes, a los que se les ha concedido el honor de dirigir un país; como Joacim hijo de Josías, rey de Judá, quien rasgó y echó en el fuego que había en un brasero el rollo de libro donde Baruc, hijo de Nerías escribió de boca de Jeremías todas las palabras que Dios le había hablado contra Israel y contra Judá y contra todas las naciones...

Escenas de la vida misionera en España  

Y otra vez me encuentro con unas Escenas de la vida misionera en España (Centro Evangélico de Formación Bíblica de Madrid); esta vez son de Ernesto Trenchard (1902-1972), quien fue misionero en tierras españolas por 46 años, junto a su esposa Gertrudis Willie, con quien se casó en 1927. Me ha encantado leer, en el prólogo escrito por Samuel Escobar, que Trenchard se sumergió en la realidad española llevado por la vocación de servicio a Dios y al pueblo español. Realmente es de valorar porque a medida que te sumerges en estas escenas que retratan la vida de los Trenchard por pequeños pueblos, durante los primeros ocho años de su estancia en España, la verdad es que no era la panacea. Aprendió el idioma de manera excelente, tanto que esto le permitió editar un buen contingente de literatura en español y desarrollar el ministerio de la enseñanza y la predicación por toda la geografía española.

Comenta Escobar, quien lo conoció cuando vino a España para realizar sus estudios en la Universidad Complutense, que "Trenchard amaba a España y a los españoles; y le preocupaba el avance del evangelio y la edificación de las iglesias en el país".

Hasta poder asentarse definitivamente en España, tuvieron que residir entre este país e Inglaterra ya sea por el inicio de la Guerra Civil o la caída de Francia en la Segunda Guerra Mundial, se comenta en el libro. Posteriormente, se conoce que una vez instalados en Barcelona, empieza una actividad fructífera de docencia y producción literaria plasmada en la obra de Cursos de Estudio Bíblico. En 1953 contribuye ampliamente a realzar la actividad de la Alianza Evangélica Española como su presidente, creando también una Comisión de defensa de los evangélicos. En ese mismo año es elegido presidente de la Unión Bíblica.  Entre sus libros cito: Bosquejos de Doctrina Fundamental, Consejos para jóvenes predicadores, Introducción a los Cuatro Evangelios, Hechos de los Apóstoles, Comentarios sobre Romanos y Primera Corintios, etc. Con José María Martínez escribe Escogidos en Cristo. Importante ha sido su preparación de maestros bíblicos, dice Escobar, lo cual dio lugar al surgimiento de nuevos misioneros como Pablo Wickham y Jaime Stunt; otros dedicados a la tarea docente como Juan Solé, Juan Federico, Pedro Gelabert, Pedro Inglés y otros que desarrollaron su tarea en plataformas como Cursos de Estudio Bíblico y la editorial Literatura Bíblica.

Estas escenas, objeto de mi mirada en este día, fueron publicadas en inglés el año 1934. Constato que retratan tantos lugares que hoy yo misma he visitado, algo cambiados pero que conservan la esencia que caracteriza cada lugar, que fue lo que se incrustó en el corazón de Ernesto Trenchard.

Leo: "... hay caminos que solo pueden ser transitados por esos carros indestructibles que son los conducidos por bueyes. Todos los lugares donde tenemos obra son bastantes accesibles, y a otros se puede llegar en burro".  "Durante nuestro primer año en Piedralaves, los fondos escaseaban, y los autobuses resultaban caros e inconvenientes, así que muchas veces fuimos andando desde Piedralaves a Sotillo, y viceversa, una distancia de unos doce kilómetros ida y vuelta. ... A veces pedíamos prestado el burro de la Sra. Felisa; y un día, cuando iba a ser vendido, nos atrevimos a comprarlo por la cantidad de unas 600 pesetas.. Lo llamaban "el Evangélico", por causa de sus servicios al Evangelio...". 

En el libro se describen las costumbres y condiciones de vida del área rural de España, o mejor dicho, de algunas zonas de España. Trenchard las describe con tantos detalles y al mismo tiempo con tal pasión, que te enganchas en la lectura queriendo transportarte a esa época tan difícil para el Evangelio. "Uno de los encantos de la vida en las aldeas de España es que se pueden ver fielmente reproducidas muchas de las escenas y costumbres que aparecen en la Biblia y que en nuestras islas británicas son nada más que nombres... Los olivares nos recuerdan a Getsemaní...", dice.

Y yo recuerdo a Rut en la era de Booz, recogiendo las gavillas que para los pobres dejaban caer los trabajadores de acuerdo a la Ley de Dios.

Cuenta que gracias a un colportor, un señor llamado Julián García, de Arenas, quien junto con su esposa se convirtió. A través de mucha pruebas, este matrimonio y sus hijos, menos uno, permanecieron firmes en la fe... Yo he podido conocer a los descendientes de estos hermanos aquí en Salamanca. 

Es como si fueses viendo escenas de una película, todo es tan real, como cuando describe la llegada de unos misioneros enviados por el Obispo a Arenas, justo cuando estaban construyendo la capilla: "Ya estaba colocado el techo cuando algunos 'Padres misioneros' vinieron al pueblo para celebrar una 'Santa Misión' por orden del Obispo. Ya nos imaginamos que nada bueno traería esa visita. Y así fue. Hasta entonces la gente fanática del pueblo había soportado nuestra presencia con mucha calma, y habíamos sido tratados con mucho respeto y consideración. Pero los 'Padres misioneros' deliberadamente se pusieron manos a la obra para encender la mecha del fanatismo, denunciando a los protestantes y todas sus obras. Manifestaron su sorpresa de que los jóvenes de Arenas no hubiesen actuado contra los protestantes... Así fuimos declarados solemnemente gente inmoral, que podíamos tener hasta cinco esposas a la vez". Eran épocas en las que a los protestantes se les escupía e insultaba.

Algunos pasajes me hacen recordar a la iglesia en sus principios: "En la habitación al fondo de la casa de María se celebró la primera reunión unida de los grupos de Arenas y Guisando, después del bautismo de la mayoría de ellos en Sotillo; fue un tiempo de gran regocijo y de gran promesa...". A medida que vas leyendo el corazón se emociona viendo con cuanto tesón estos precursores del Evangelio en España se encarnaron en esta realidad, y la amaron. No me imagino grandes colas para venir para acá. O sí.

El gran desafío de la Biblia para niños

Hace un tiempo ya, pude asistir a la presentación que David Pritchard, coordinador nacional de la obra entre niños de la Unión Bíblica de España y presidente de la asociación Godly Play,   hizo en Salamanca del interesante libro El gran desafío de la Biblia (Unión Bíblica), una versión de E100 para niños. Es uno de los ejemplares que tengo en nuestra humilde biblioteca. Invitado especialmente por los profesores de la Escuela Dominical de la iglesia evangélica de Salamanca, Pritchard comentó acerca del plan de lectura bíblica que éste contiene, y que abarca 100 temas esenciales de la Biblia, denominado 100 Esenciales (E 100), con el fin de animar a la lectura de la Biblia entre los niños. Es una forma atractiva, con muchas ilustraciones y consejos, para que se adentren en el mensaje bíblico y se interesen por conocer a Dios. Este libro, editado en su versión castellana por la Unión Bíblica, ha seleccionado cuidadosamente cien temas breves, 50 del Antiguo Testamento y 50 del Nuevo, de modo que los niños entre 8 y 12 años puedan tener una perspectiva de la Biblia en su conjunto, y también las respuestas a muchas de sus interrogantes  respecto a Dios. Algunos niños estaban encantados.

En busca de Cristo en América Latina 

Prefiero describir  En busca de Cristo en América Latina (Ed. Kairós), utilizando las palabras del propio autor, Samuel Escobar: "Lo que vamos a intentar en el presente estudio es una breve exploración en la vida espiritual de nuestros pueblos iberoamericanos, examinando diversas manifestaciones  de la cultura predominante, en busca de la imagen de Cristo subyacente en ellas. Esta búsqueda se irá relacionando con el esfuerzo de pensadores cristianos de Iberoamérica por articular su propia experiencia y visión de Cristo, en diálogo con la realidad latinoamericana  y la tradición cristiana de la cual son herederos. No se puede negar que la cultura iberoamericana refleja una definida presencia de lo cristiano. La trajeron primero los conquistadores y misioneros, españoles y portugueses en el siglo dieciséis; y más tarde los emigrantes protestantes y los misioneros evangélicos, desde comienzos del siglo diecinueve".

Par mí fue gratísimo leer que el autor señalaba, ya al inicio del capítulo primero, Del pobre Cristo al Cristo de los pobres, que siendo el desarrollo cristológico en el siglo veinte al que se dará mayor énfasis, debería considerarse como punto de partida el libro El otro Cristo español, de Juan A. Mackay, que en otra de mis entregas ya mencioné; y en el que Mackay comparaba ese Cristo de la religiosidad oficial y lo que él llamó "el otro Cristo español", aquel de los místicos como Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz... y el de cristianos "inquietos" como Unamuno.  También enfatizó sobre "la esterilidad del catolicismo predominante".  Pero dice Escobar que cuando Mackay iba a escribir su libro, decía que había percibido un "cambio en la actitud intelectual, tanto del clero como de los laicos en referencia a la religión...". Él consiguió atraer a multitudes de jóvenes que escuchaban sus conferencias. Y estaba convencido de que se estaba dando un redescubrimiento de Cristo en las esferas social, política y cultural del continente.  

Si leéis "El otro Cristo español" veréis que menciona y comenta sobre la obra de la chilena Gabriela Mistral, del uruguayo Juan Zorrilla de San Martín y de los argentinos Ricardo Rojas y Julio Navarro Monzó.

Ha sido bueno conocer algo más de otras publicaciones de Mackay, así como ver que Escobar matiza algunas de sus afirmaciones citando las de otros autores. Ha sido muy enriquecedor para mí. Estoy hablando de una forma personal, como una aprendiz en este peregrinaje.

Me volví a encontrar con otra afirmación de la influencia que Unamuno tuvo en Mackay, en lo que era su apreciación de la religiosidad española. Mackay valoró la obra de Unamuno desde una perspectiva evangélica, pues dice Escobar que éste criticaba acerbadamente muchas de las características del catolicismo español que cualquier protestante también criticaría. Y que "el valor de Unamuno estaba en haber sacado la reflexión teológica a la palestra cultural y literaria de su tiempo". También Mackay habla de una cristología docética en Iberoamérica. Al igual que lo hace el filósofo español al estudiar la moral y la sociedad en la vida española del siglo diecinueve.

En este mismo capítulo dice Escobar que hay una evolución considerable en cuanto al recorrido de la historia espiritual del continente en el siglo XX: "Entre el 'Pobre Cristo' de Rubén Darío y el 'Cristo de los pobres' de Gustavo Gutiérrez, la literatura y la teología realizaron un vasto recorrido, no siempre fácil de trazar".

En el capítulo cuatro, El Cristo de la predicación protestante inicial,  tengo subrayada la mención que se hace de esos primeros distribuidores de Biblias, como ese viajero llamado Diego Thomson. Allá entre los años 1810 y 1824, en medio de las tensiones del movimiento emancipador, dice Escobar que aparecen los primeros ejemplares de la Biblia en puertos como Buenos Aires, Valparaíso o el Callao. "... para los lectores audaces que se atrevían a comprar y leer estos libros prohibidos, las páginas de los Evangelios iban a empezar a propagar la imagen y el mensaje de un Cristo diferente al que había predominado en tres siglos de vida colonial". Los colportores iniciaron una labor que serviría para los misioneros que los siguieron. Destaco todo esto porque he recordado a colportores como Jorge Borrow, quien en su periplo por esta España también pasó por Salamanca.

En el capítulo cinco, Inicios de una cristología evangélica latinoamericana, señala que el vigor de una experiencia inicial con Cristo en las primeras expresiones evangélicas latinoamericanas se encuentran el periodismo, la himnología, la poesía y, sobre todo, la predicación.  Fue familiar para mí leer que el autor dice que los evangélicos de las primeras décadas del siglo XX leían la Biblia y cantaban en buen castellano. Su vocabulario se enriquecía por la lectura de la Reina Valera y de los himnos. Va relatando su propia experiencia personal de la niñez y adolescencia...

Nos señala a los fundadores del pensamiento evangélico latinoamericano como los mexicanos Gonzalo Báez-Camargo (1899-1983) y Alberto Rembao (1895-1962), que anunciaron el Cristo de los Evangelios desde sus púlpitos periodísticos y literarios en forma fiel a las fuentes de la fe cristiana y pertinente al pueblo latinoamericano.

Interesante fue leer en el capítulo seis que en la década del 50 se perciben alusiones a Cristo en la prosa y en la poesía. Cita la novela de Eduardo Caballero Calderón, El Cristo de espaldas. Al poeta argentino Francisco Luis Bernárdez (1900-1978), quien expresa su fe en sus versos. O también a Alejandro Romualdo, poeta peruano que tanto conocí y que su poema Canto Coral a Túpac Amaru que es la libertad impacta, por su fuerza y su utilización de figuras extraídas de los Evangelios. También surge en esta etapa una generación llamada "del protestantismo ecuménico", ya que se origina en las denominaciones protestantes que se habían sentido atraídas por el movimiento ecuménico  que había propiciado la formación del Consejo Mundial de Iglesias en 1948. Más adelante el protestantismo latinoamericano se divide en uno ecuménico y otro de tinte más conservador. Cita la revista ecuménica Cuadernos Teológicos fundada en Buenos Aires.

El capítulo siete, Cristología en tiempos de revolución, habla de la atmósfera revolucionaria, en la década de los 60. Dice Escobar que esa situación confrontó a los pastores y teólogos  evangélicos latinoamericanos con la necesidad de responder a los desafíos que los hechos revolucionarios planteaban a la vida cristiana y a la militancia evangélica.  Escobar cita su libro Diálogo entre Cristo y Marx, como una respuesta cristiana al desafío del marxismo. También cita los trabajos de José Míguez Bonino y Valdo Galland. Dijo Míguez Bonino: La Iglesia cristiana en América Latina debe aprender el camino de la encarnación. También en el Seminario Bíblico Latinoamericano se estaba llevando a cabo un trabajo de investigación bíblica básica como fundamento de una teología de la evangelización; aquí cita la tesis de licenciatura del profesor Plutarco Bonilla, El concepto paulino de Logos (Publicaciones de la Universidad de Costa Rica, 1966). Dice Bonilla que Pablo presenta a Cristo como el mensaje, el kérygma cristiano.

Me llama la atención lo que se llamó Evangelismo a Fondo (EVAF), "un esfuerzo por movilizar al mayor número de iglesias  y de miembros de las iglesias de un país para difundir el evangelio en todos los ámbitos de la sociedad durante un año". Esta idea fue formulada por el argentino Kenneth Strachan y un equipo de diferentes países. Según Strachan, "entre las convicciones en que se fundamenta EVAF, está el hecho de que todo cristiano sin excepción está llamado a ser un testigo de Cristo, de acuerdo con sus dones y su situación". "El ímpetu con que una iglesia da su testimonio  y su expansión son afectados directamente por el grado de participación de sus miembros". También se menciona otros focos de reflexión teológica relacionada con la evangelización, que tuvo lugar en el ámbito universitario. Esa generación se congregó alrededor de la revista Certeza que había sido creada en 1959, y de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos. 

Surgen aquí los nombres de René Padilla y Samuel Escobar. Dice éste que se fue desarrollando "un esquema de discipulado y responsabilidad social arraigado en los puntos fundamentales de la Cristología. Encontraron afinidad con el trabajo de John Stott, quien en el Congreso de Evangelización de Berlín, de 1966, había destacado la gran importancia de la Gran Comisión de Jesús como fundamento de una teología de la evangelización, no obstante, su propuesta era que la versión juanina de la Gran Comisión (Juan 20.21) encerraba una riqueza cristológica más adecuada  para el contexto actual que la versión de Mateo, que era la que habían venido usando los evangélicos...". Esta etapa finaliza con la celebración de CELA III (Conferencia Evangélica Latinoamericana) y CLADE I (Congreso Latinoamericano de Evangelización), vinculado al congreso de evangelización de Berlín (1966).

Siguen los capítulos ocho, nueve, diez... Y me quedo con el once, América Latina entra en la escena teológica, en la que subrayé que en 1970 América Latina entra como protagonista en la escena teológica mundial. En el ámbito católico menciona nombres como Gustavo Gutiérrez, Leonardo y Clodovis Boff, Juan Luis Segundo, Jon Sobrino y Hugo Assmann, cuyos libros fueron traducidos al inglés y a otros idiomas europeos y tuvieron buena aceptación. En el ámbito evangélico fue René Padilla quien constituyó un ejemplo de repercusión más allá de lo teológico con su ponencia El evangelio y la evangelización, que había circulado con antelación en varios idiomas, y presentada en el Congreso Internacional de Evangelización Mundial realizado en Lausana en 1974. El evento había sido convocado por Billy Graham y representaba la élite del activismo misionero evangélico del momento. En su exposición oral Padilla respondió a las críticas recibidas desde muchos puntos del orbe. Hubo gran debate. Partes importantes de su texto fueron consideradas en el llamado Pacto de Lausana, documento resultante del mencionado congreso. Dice el autor que tanto en el ámbito ecuménico como en el evangélico, la Cristología que se iba forjando en América Latina vino a ocupar un lugar de importancia en el debate teológico. Aquí también se mencionan las teologías de la liberación que en el caso de América Latina esta palabra se vino a usar en el sentido de una alternativa social y política distinta  y opuesta a la alternativa del desarrollo siguiendo los patrones de Estados Unidos. 

Otra vez Cristo en la cultura latinoamericana se titula el capítulo doce. Nos encontramos que en la década de los 70, una vez más Jesús vino a ser un personaje de actualidad en el mundo y en América Latina. Surgen movimientos juveniles en torno a él. Aparecen los gurús. Y los que los buscan. Y surgen las preguntas de por qué se da este fenómeno. 

De un encuentro intercontinental realizado en Lima en 1977, nos cita las obras resultantes del mismo como: Jesús: ni vencido ni monarca celestial, un volumen colectivo editado por Míguez Bonino. Son doce trabajos agrupados en cuatro secciones en las que participaron Maraschin, Boff, Dias de Araújo, Juan Stam, Saúl Trinidad, Pedro Negre Rigol, George Casalis, Ignacio Ellacuría, Segundo Galilea, Severino Croatto, Hugo Assmann, Raúl Vidales y Lamberto Schuurman. Dice Escobar que Míguez Bonino advierte que "no se trata de hallar un nuevo camino hacia una nueva especulación irrelevante", es decir de reformular textos, doctrinas y conceptos para llegar a saber quién es Jesucristo hoy en América Latina: "En términos de fe, seguramente hay que decir que sólo Él mismo puede revelar su presencia. 'Yo soy el que soy'... vale también en cristología. Y esa automanifestación ocurre en el contexto de una obediencia activa, como lo destacan los escritos juaninos en el Nuevo Testamento".

Ahora que estamos hablando asiduamente de la misión, interesante me resultó releer el capítulo catorce titulado Jesús y el estilo de vida y misión del Reino. De los libros que cita Escobar me quedo con el de René Padilla, publicado en 1986, Misión integral. Ensayos sobre el Reino y la iglesia. Llama la atención porque dice que esta obra da cuenta del desarrollo teológico  que se había venido dando  a nivel global en el Movimiento de Lausana. Cada capítulo había sido originalmente una ponencia que Padilla había presentado en las consultas misiológicas que tuvieron lugar después del encuentro de 1974 (en Lausana-Suiza).  

A partir de los 80 hay una búsqueda de una Cristología misiológica motivada por la crisis de los modelos tradicionales de misión que no habían sobrevivido a la finalización de la etapa colonial.

Hay que leer todo el capítulo. Pero subrayé una parte que dice: "Cuando la Escritura se examina con una mirada nueva, una de las primeras preguntas que surgen es: ¿Quién fue, entonces, Jesús de Nazaret? [...] Otras preguntas que surgen tienen que ver con la manera en que Jesús cumplió su misión... La misión comprende también la compasión, como resultado de una inmersión entre las multitudes [...] Una tercera área de investigación se centra alrededor de la pregunta: ¿Qué es el Evangelio?". Dice más pero no quiero abusar de los lectores.

Concluyo. Quedan otros capítulos que cierran el libro. Sólo he destacado acontecimientos puntuales para despertar el interés por la historia del otro lado del charco, pero que mucho tiene que ver con la de este lado. Y viceversa.

Crisis - Europa en la encrucijada

De esta historia paso a contar brevemente otra, contenida en el libro Crisis - Europa en la encrucijada (Mundo Bíblico, 2013), en el que el autor, José Hutter, Vice-Director y profesor del Seminario Europeo de Formación Teológica y Evangelización, aborda la crisis que azotó nuestro país, y de la que aún quedan resabios, metiéndose de lleno en sus causas, y atreviéndose a hablar de soluciones en las que los cristianos deben, sin lugar a dudas, implicarse y comprometerse. Después de leer el libro, se puede estar o no de acuerdo con sus postulados, pero difícil resulta negar que es un tema que amerita un debate.

Empieza recordando la catástrofe de ese 15 de septiembre, cundo el cuarto banco más importante de EE.UU., Lehman Brothers, declaró su insolvencia. Dice que muchos analistas intentan explicar las causas con cierto éxito, pero también que casi nadie pudo predecir esta hecatombe. Para él las causas son fáciles de explicar, así como que eran previsibles. Y que además, los resultados de la gestión de la crisis son también previsibles. Eso lo escribió en 2013.

Comenta que lo que lo motivó a escribir el libro fue la envergadura de esta crisis: "Mucha gente no tiene ni idea de la magnitud y del peligro de la crisis actual. El libro se dirige en primer lugar a creyentes para avisarles de lo que está en juego. Pero me consta que también personas que se definen como agnósticos o no religiosos han leído mi libro y coinciden con muchas conclusiones".

A la pregunta de si la crisis tiene causas económicas y financieras dice: "Precisamente forma parte del engaño de nuestra casta política y de muchos 'expertos' en hacernos creer que esto solamente tiene que ver con la economía y con el sistema financiero. No es cierto. Estos fenómenos solamente son la punta del témpano de hielo. La dimisión sistemática de los valores cristianos de la vida pública y privada en Europa ha convertido este viejo continente en un árbol que parece que está bien. Pero por dentro está podrido y hueco".

Para el autor aparte de las causas económicas y financieras hay que incluir las políticas, éticas y espirituales. Dice que "es precisamente gracias a un cristianismo descafeinado que no ha dado respuestas alternativas a los problemas de la humanidad que estamos sufriendo la(s) crisis que nos azota de momento".

Hutter no sólo habla de las causas de las crisis en cada uno de los ámbitos mencionados, sino también de soluciones. En el capítulo seis que contiene la Solución para la crisis espiritual, dice que es optimista no porque crea en la capacidad humana de sacarnos del embrollo, sino en el poder de Dios y de su Evangelio. Es contundente a la hora de aseverar  que los líderes en Europa tienen que darse cuenta de la magnitud del problema. Menciona el abandono de las verdades bíblicas, la no existencia de colegios evangélicos, el problema de que muchos creyentes no crean que la Biblia hable de todas las áreas de la vida sino solamente de la espiritual, falta de contenido bíblico en las predicaciones... Recalca que la iglesia tiene que recuperar la voz profética de proclamar la voluntad de Dios en todas las áreas de la vida. Ser influencia en el mundo; recuperar el espíritu de sacrificio. Dice que hace falta un profundo arrepentimiento, que es la base de todo avivamiento. Expresión de la fe en una himnología adecuada, tomar en serio el tema del cielo y del infierno...

¿Podía haberse evitado la crisis? "Sin lugar a dudas", dice Hutter. "Y con una receta muy sencilla: todo el mundo –también los estados– tienen que vivir dentro de sus posibilidades y no por encima. Se puede gastar solo lo que se ingresa. Punto".