El poder transformador de la palabra (IV)

Si nada sucede por casualidad, seguro que tiene un sentido que vaya rescatando de la hoguera, metafóricamente hablando, como me ha pedido mi amigo el poeta, los libros que han ido pasando por mis manos, o me han ido pasando los que han pasado por mi camino o se han cruzado conmigo a lo largo del tiempo pasado, del presente y tal vez del futuro.

Sin buscarlo, apareció uno sobre Simón Bolívar: El general en su laberinto, en el que se relatan los sucesos acaecidos los días finales de la vida del libertador. Hace algo más de veinte años, viajando por el País Vasco, tuve conocimiento que sus ancestros eran oriundos de un pueblo llamado la Puebla de Bolívar (Vizcaya). Hace más de veinte años lo visité por casualidad, y allí estaba un pequeño museo cargado de la historia familiar de este personaje. Recuerdo que cuando lo leí mucha tristeza me produjo rememorar sus últimos días, teniendo como compañera la soledad; azotado por la enfermedad y el olvido. ¿Dónde estaban los compañeros de otrora cuando era el héroe rescatador que todos ovacionaban? Me hizo recordar al apóstol Pablo cuando dice: "Ya sabes que todos los de la provincia de Asia, incluidos Figelo y Hermógenes, me han abandonado. ¡Ojalá el Señor tenga misericordia de Onesíforo y su familia, pues él fue muchas veces mi paño de lágrimas y no sintió vergüenza al verme encarcelado!".

¿Qué pasaría por los pensamientos de Bolívar? O tal vez pensara como el personaje del libro de Julio Verne El eterno Adán, que "imaginaba el drama terrible que se desarrolla perpetuamente en el universo, y su corazón estaba lleno de piedad. Sufriendo por los innumerables males que otros habían soportado antes que él, agobiado bajo el peso de aquellos vanos esfuerzos acumulados en el infinito de los tiempos... adquiría, lenta, dolorosamente, la íntima convicción del eterno recomenzar de las cosas".

Cómo me hubiera gustado decirle que el mismísimo Jesús sufrió la soledad cuando estaba en la cruz... Y además había dicho: "No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa". Pues tal vez eso le haría descansar. Tal vez.

Ejemplo de liderazgo dejó Jesús, pero no es fácil. No es fácil para un líder vivir en integridad, de manera coherente. Vale la pena leer el trabajo de Jonathan Lamb, Integridad. Liderando bajo la mirada de Dios (Andamio-Certeza). Hay otro que también me ha gustado mucho, de Harold Segura: Más allá de la utopía (Kairós-Vision Mundial). Destaco el tomar como modelo de liderazgo a Jesús, sólo así podremos servir con humildad y sencillez, mostrando los valores del reino a una sociedad que ya descree de todo, casi sin referentes.

¿Cómo diseminar la fe cristiana hasta lo último de la tierra? Ésta es la pregunta que sin lugar a dudas se han hecho miles de cristianos a lo largo de la historia del cristianismo desde que Jesús soltó aquel contundente: Id y predicad… En su libro Cómo comprender la misión (Andamio), el teólogo Samuel Escobar nos va a ir dando, a lo largo de 11 capítulos, respuesta a tal interrogante, desvelándonos aspectos relevantes en esta tarea de invitar a otros al gran banquete de Jesús, ya que la iglesia existe para la misión; y si se limita a mirar hacia adentro no es verdaderamente la iglesia. Interesante su análisis de la misión desde el punto de vista bíblico y teológico, pero considerando el contexto actual. No deja de incorporar los cambios que se han ido sucediendo en estos veinte siglos de actividad misionera, ni tampoco los desafíos a los que hoy se enfrenta ésta, entre ellos la globalización, por ejemplo, ni la llegada a Europa de misioneros de Asia, África o América Latina.

Escobar no sólo es un teórico en el tema que aborda, pues es amplia su hoja de vida en el campo misionero ya desde 1959, cuando, junto a su esposa Lilly, se dedicó a formar a estudiantes universitarios en varios países latinoamericanos, España y Canadá.

La Misión de Dios (Andamio) es el libro donde Christopher Wright nos aclara que "la Misión no es simplemente una de una lista de cosas sobre las que habla la Biblia, solo que con algo más de urgencia que sobre otras. La misión es, valiéndonos de esa frase muy abusada por cierto, justamente 'de lo que se trata". Wright dice que su preocupación principal en esta obra ha consistido en desarrollar un enfoque sobre la hermenéutica bíblica que vea la misión de Dios, y la participación en ella del pueblo de Dios, como un marco dentro del cual podamos leer toda la Biblia.

Hablando de la misión recuerdo que en el año 2013 me encontré con la Guía de Estudio sobre el Compromiso de Ciudad del Cabo, un libro, editado por Andamio-Movimiento de Lausana, que contiene material que sirve para que las iglesias se alineen con la misión de Dios, trabajando sobre los 34 temas que integran la segunda parte del Documento de Ciudad del Cabo, elaborado en el tercer congreso de Lausana.

Brevemente comentaré que el Movimiento de Lausana surgió del Congreso Internacional de Evangelización Mundial en Lausana, Suiza, en 1974 convocado por el Rvdo. Billy Graham y el Obispo Jack Dain.  Aquella reunión de 2.700 líderes cristianos de 150 naciones produjo el Pacto de Lausana, el cual ha sido  aclamado como quizás “la confesión ecuménica más significativa sobre evangelismo que la iglesia jamás haya producido en su historia.”  El comité de redacción del Pacto de Lausana fue presidido por John Stott.  El tema unificador del Movimiento de Lausana y el Pacto de Lausana es una cooperación en la evangelización holística mundial. Después vendría el Encuentro de Manila, que produjo el Manifiesto de Manila y por último el tercer congreso realizado en la sudafricana Ciudad del Cabo, que produjo el Documento de Ciudad del Cabo. Como dice en el prólogo del citado documento: "El tercer congreso de Lausana para la evangelización mundial (Ciudad del Cabo, 16 al 25 de octubre de 2010) reunió a 4.200 líderes evangélicos de 198 países, y se extendió a cientos de miles más que participaron en reuniones en todo el mundo y a través de Internet. ¿Su meta? Plantear a la Iglesia global un desafío renovado a dar testimonio de Jesucristo y de toda su enseñanza en cada nación, en cada esfera de la sociedad y en el mundo de las ideas. [...]

El Compromiso de Ciudad del Cabo forma parte de una línea histórica que se apoya tanto en el Pacto de Lausana como en el Manifiesto de Manila. Consta de dos partes. La Primera Parte presenta convicciones bíblicas, que hemos recibido a través de las Escrituras, y la Segunda Parte hace sonar el llamado a la acción. El Compromiso de Ciudad del Cabo funcionará como una hoja de ruta para el Movimiento de Lausana durante los próximos diez años. Esperamos que su llamado profético a trabajar y orar lleve a iglesias, agencias de misión, seminarios, cristianos en el lugar de trabajo y comunidades de estudiantes universitarios a abrazarlo y a encontrar cuál es su parte en llevarlo a cabo. [...] ¿Cuáles son nuestras esperanzas para el Compromiso de Ciudad del Cabo? Confiamos en que se hablará de él, se lo discutirá y se le reconocerá su importancia como una declaración unida de los evangélicos en todo el mundo; que dará forma a los planes en el ministerio cristiano; que fortalecerá a los líderes intelectuales en el ámbito público; y que se originarán iniciativas y asociaciones a partir de él.

Que la Palabra de Dios ilumine nuestra senda, y que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros". Fuente: http://www.lausanne.org/es/contenido/compromiso-de-ciudad-del-cabo/compromiso

Esa segunda parte del documento, el "Llamado a la acción", que se obtuvo como resultado de la reflexión de los participantes al congreso, propone 34 temas sobre los que deberán trabajar las iglesias para culminar el trabajo empezado allí. Y es ahí donde la mencionada Guía de estudio, elaborada por el Movimiento de Lausana España, facilita el trabajo a las iglesias para poder seguir la hoja de ruta marcada por el Compromiso de Ciudad del Cabo. Y enmarcarse en lo que es el espíritu de Lausana. Yo no soy una experta en el tema pero voy leyendo el material contenido en las web del movimiento, tanto nacional como internacional; y también sugiero la lectura del número 40 de la revista Alétheia, dedicado por completo a informarnos qué es y qué contiene el Compromiso de Ciudad del cabo.

Y a quien le interese el tema de la Educación Teológica, también mencionado en el citado compromiso, puede leer el número 46 de la revista Alétheia en el que se reflejan las opiniones de quince educadores teológicos de España, fruto de unas entrevistas que hice desde Protestante Digital, ya que la ET es uno de los temas contenidos en la segunda parte del Compromiso de Ciudad del Cabo denominado "Llamado a la acción". El teólogo Samuel Escobar se encargó de seleccionar y comentar las respuestas de los entrevistados logrando un valioso material para realizar un diagnóstico del estado de la educación teológica evangélica. Además, el número de la revista se completa con dos interesantes artículos de Escobar sobre el tema tratado.

He recordado que en mi época universitaria tuve que leer El capital de Karl Marx y La riqueza de las Naciones (1776), de Adam Smith. Y conocer un poquito de Stuart Mill, Jean-Baptiste Say, David Ricardo y Malthus, quienes junto a Smith eran los representantes de la economía clásica luego de salir del sistema feudal. Se los considera como reformadores de la economía de su tiempo... Más tarde conocería también un poquito de John Maynard Keynes. No recuerdo mucho... Lo que sí constato es que todo está en continuo movimiento, con sus pros y sus contras, y que hay que estar preparado con buenos fundamentos.

Y hablando de economía, mucho tiene que ver, creo yo, la conservación del medioambiente, así que resulta alentadora la publicación del libro Ecología y cambio climático. Una reflexión cristiana de la autoría de Miguel J. Wickham Redman y Terence-Pablo Wickham. Este es un punto también considerado en el Compromiso de Ciudad del cabo; cito: "Somos mayordomos, responsables del bienestar de la creación de Dios. La iglesia debe evidenciar formas prácticas de compromiso ecológico...". Los autores nos demuestran su preocupación por un tema de gran relevancia para todos los pobladores del planeta Tierra, donde, sin embargo, muchos permanecen indiferentes. Lo mismo podemos decir de nuestro ámbito evangélico que recién comienza a despertar, como dice René Padilla en el prólogo de este libro: “… con contadas excepciones -entre las cuales cabe destacar el ministerio de “A Rocha” (una entidad ambiental internacional fundada en Portugal en 1983 y registrada en Inglaterra)- en el movimiento evangélico hemos sido lerdos en ocuparnos de este tema”.

Sí, se empieza a tomar conciencia de lo peligrosos que pueden ser los desequilibrios ecológicos para nuestra supervivencia. Los cristianos empiezan a buscar las causas y consecuencias de los mismos en la Biblia. Incluso se buscan a la luz de la Palabra posible soluciones para paliar esta situación. ¿Qué hacer? Contundente es la afirmación de los autores al decir: “Esperamos que este libro despierte una nueva conciencia, especialmente en los jóvenes. Los mayores no hemos dado importancia al mandato de mayordomía que nos ha sido encomendado”.

Este tema está considerado en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se aprobaron hace muy poco.

Alguna vez leí Cumbres borrascosas (1847), de Emily Brontë. Para mí fue un libro duro, trágico, pero que lo sigues leyendo a pesar del desamor, la venganza, el odio que dura por generaciones... porque en él también hay un resquicio para el amor. El libro nos presenta al ser humano en toda su crudeza, donde el perdón no tiene cabida. Lo cual me lleva al otro extremo para mencionar El asombro del perdón (Andamio), libro de José de Segovia. Resulta interesante que te va introduciendo el tema a través de películas y personajes que conocemos y esto le da frescura a sus líneas. A través de esos ejemplos te va diseccionando al ser humano hasta que incluso el lector se puede ir reconociendo y asumiendo y no reconociendo, o sí, cosas. El libro te habla de tomar conciencia de nuestra necesidad del perdón de Dios, de que tenemos un problema, y que somos incapaces de resolverlo por nosotros mismos. Debemos mirar a la cruz; solo así nos perdonaremos y podremos perdonar a otros. Leedlo.

Y cuando Dios nos abraza con su amor, y nos da esa libertad que solo obtenemos a través de su Hijo Jesucristo, es cuando podemos compartirlo con otros. Eso es lo que nos llama a hacer Juan Simarro, mostrar el amor de Dios deteniéndonos en el camino para aliviar el sufrimiento de los marginados y excluidos de la sociedad. En su libro Sendas de sufrimiento (Clie) nos adentra en el sufrimiento humano, nos hace reflexionar desde una base bíblica y valiéndose de sus experiencias en la Misión, o de ciencias como la Psicología. Claramente dice que la Biblia no explica el sufrimiento, ni va a dar fórmulas exactas para eliminarlo. Partiendo de ahí, nos insta a reconocer que aunque tengamos que pasar por la prueba del sufrimiento debemos depender de Dios y confiar que él nos ayudará a salir adelante, porque su amor es mayor que cualquier dolor. Simarro nos deja claro que Dios asume el dolor de los hombres, llamándolo un grito de solidaridad divina, y que si los hombres siguieran su ejemplo, asumiendo el dolor de los otros, no serían necesarias las llamadas a la solidaridad ni a la defensa de los derechos de las personas. Más claro nos lo pone en Diaconía o las obras de la fe (Clie) o en Inmigrantes, el multiforme rostro de Dios.

Voy leyendo poesía y hoy quiero recordar dos libros: uno es Libro de las primicias, de Isabel Pavón, publicado en la Colección Kyrie de Literatura (ADECE). Dice Juan Carlos Martín Cobano en el prólogo: "En las dos partes bien diferenciadas de este libro encontramos, primero, a la salmista, que nos habla de su creer, de las experiencias luminosas y de los momentos de oscuridad de la fe, de conocer al Dios vivo y real, de entender y no entender sin dejar de saber. En la segunda parte predominan, más que salmos, pequeños cantares, oraciones más breves, íntimas y densas". Va una muestra de su poesía:

Sobre la palma de tu mano

Sobre la palma de tu mano estoy,

sumisa e inclinada.

Yo, que acostumbro a venir para pedir limosna,

no sé qué decir para adorarte.

Ata mi lengua el silencio,

postrada estoy y avergonzada.

Tú, que tanto y tanto das

y yo sin poder decirte nada.

Doblo mis rodillas, inclino mi cabeza... y callo.

El otro es Cristo del Alma (Verbum, Madrid, 2009), un libro que contiene cincuenta poemas de 13 versos cada uno (como simbología de Jesús y sus doce apóstoles). Fue escrito por Alfredo Pérez Alencart en menos de tres meses, pero "tras una gestación de cinco años, leyendo la Biblia y asistiendo a las clases dominicales", como dice él. Tiene un lenguaje que mezcla el castellano del XVI, en claro homenaje a Casiodoro de Reina, con neologismos propios del XXI. El libro obtuvo un premio importante en Venezuela y fue traducido al portugués, publicándose en Río de Janeiro el año 2011, obviando todos los pronósticos.

Va el poema X de la última parte del libro:

Porque anémicos pasan mis hermanos, hoy sufro una descarga

en la sien y mi aflicción vuélvese mostrenca y exhortadora, como

antorchado profeta sobre la vieja alma in fraganti. ¡Nacer y que

ya no perturbe el adiós! ¡Sudar la prototípica frente acostumbrada

al ámbar de lo sagrado! ¡Rápido, rápido, mis gemebundos, el

domingo a las dos serán las tres y el lunes clavará sus fémures

en la lengua subastada de los acomodados! ¡Acórtase el tiempo

ennostalgiado y la orfandad del que revienta cantos en el ascensor

de las invocaciones! ¡Ah de la contrahecha escenificación repetida

con desgana! Y porque hablo de la vida del Hijo, debo impugnar

la firma de pactos espurios y el acopio de hielo en las iglesias.

¡Una misión apura sus pasos en la diáspora de mi Apocalipsis!

¡Un futuro va reanudándose al beso ancestral del último Adán!

Este año, en Salamanca, se reconoció el aporte teológico dejado por Ernesto Trenchard (1902-1972) mientras se presentaba el voluminoso tratado antológico titulado ‘Comentario Expositivo del Nuevo Testamento’. La obra, escrita por Trenchard, quien vivió en España cerca de cinco décadas, ha sido actualizada o completada por varios amigos y colaboradores suyos, como Samuel Escobar, José María Martínez, Timoteo Glasscock, Antonio Ruiz, Pablo Wickham, Pedro Inglés, Daniel Saguar. Esta edición, aparecida recientemente bajo el sello de  Ediciones Clie  y el Centro Evangélico de Formación Bíblica de Madrid (C.E.F.B.), recoge en un volumen de 1984 páginas, toda la obra publicada por él referida al Nuevo Testamento, es decir, se pueden leer aportes sobre los 27 libros de esta parte del Libro Sagrado. 

Trenchard fue presidente de la Alianza Evangélica Española (1953-68), desde la cual luchó por la defensa de los creyentes evangélicos, por su libertad religiosa en un medio hostil. Así es como surgió la Comisión de Defensa Evangélica. También fue Presidente de la Unión Bíblica (1953-69) y fundador de la editorial Literatura Bíblica, además de autor de unos 22 libros de exégesis bíblica.

Qué acertado fue agregar a nuestra pequeña biblioteca el libro Así leo la Biblia (Certeza Unida), donde Jorge Atiencia, John Stott y Samuel Escobar nos responden a estas interrogantes: ¿Cómo leer la Biblia para reconocer en ella la voz de Dios? ¿Qué hacer para que los personajes de ese mundo antiguo dejen de sernos extraños? ... Nos hablan desde su experiencia de una vida de relación íntima con Dios. En estos tiempos que reflexionamos acerca de la importancia de la predicación de la Palabra de Dios y de cómo mejorarla, este libro nos da pautas.

De las experiencias recorriendo países de todo el mundo, Lindsay Brown nos regaló su maravilloso Brillando como estrellas (Andamio) donde nos da una panorámica de lo que es la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos (CIEE) con sus características particulares, idiomas, nacionalidades... Son historias que te emocionan viendo cómo Dios actúa en las universidades del mundo, llamando, cuidando, haciendo crecer, dándose a conocer. Es bueno introducirse en la historia de todo proyecto, solo así entiendes y te puedes comprometer. Me quedo con una frase: "Nunca subestimes lo que los estudiantes pueden hacer".