En nuestro tiempo devocional, nos hacemos conscientes una vez más de que somos llamados por el Señor del cielo y de la tierra.
5. Cultiva una comunicación de dos vías
¿Alguna vez has escrito una carta a alguien en la cual has abierto su corazón? Probablemente te sentiste vulnerable mientras esperabas una respuesta. ¿Cómo te sentirías si la respuesta escrita a tu carta ignorara todo lo que has dicho y hablara solamente de asuntos que conciernen a la otra persona? Esta podría ser la perspectiva del cielo respecto a muchos tiempos devocionales que se hacen día tras día. La Biblia es una carta de amor de nuestro Padre celestial. No obstante, a menudo nuestras oraciones no reflejan la porción de las Escrituras que hemos leído. Más bien el contenido de la carta de amor se ignora cuando presentamos al cielo nuestras muchas necesidades apremiantes.
Sin embargo, lo que tiene que haber es una comunicación de dos vías.
Dios nos habla por medio de su Palabra. Primera de Samuel 3:21 dice que «el SEÑOR se revelaba a Samuel ... por la palabra del SEÑOR». La palabra hebrea para revelarse significa «mostrarse o destaparse».
El Creador descubre sus pensamientos, carácter y voluntad por medio de su Palabra. En la historia bíblica, Dios hablaba directamente o inspiraba su significado en el texto sagrado. Hoy, ilumina la Biblia para que nuestro entendimiento pueda ser guiado por el Espíritu Santo a medida que la leemos.
Al abordar una porción de las Escrituras hay un proceso clásico que puede contribuir a hacer que sea fructífero examinar la Palabra de Dios.
Antes que nada necesitamos preguntar: «¿Qué dice el pasaje?» Contestamos esto mirando las palabras reales del texto como se usan en el contexto. Deja que el pasaje bíblico hable por sí mismo en su marco original histórico y cultural. Por ejemplo, deja que el personaje bíblico se ponga una túnica y sandalias en lugar de esperar que lleve puesto un traje de negocios.
El segundo paso es preguntar: «¿Qué significa?» Dentro del pasaje bíblico hay una verdad espiritual eterna significativa para todas las edades. A menudo, la idea principal no está sujeta a una era de hace cientos?de años, sino que se puede ver en nuestra época contemporánea actual.
Por último, tenemos que preguntar: «¿Cómo se aplica?»?El Espíritu Santo que mora en nosotros cambiará nuestros pensamientos, nuestra forma de hablar y nuestra conducta cuando le permitamos usar los principios espirituales que encontramos en la Palabra de Dios. Una pregunta clave a hacer es: «¿De qué forma mensurable debe cambiar mi vida como resultado de estudiar este pasaje?»
Veamos ahora nuestra respuesta conversacional con Dios.
Respondemos a Dios en oración. Daniel 6:10 dice que «como lo solía hacer antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios». Un grupo de los consejeros del rey sabía del hábito de oración de Daniel y conspiraron para usarlo contra él. Estaban enojados y celosos porque el rey estaba considerando darle a Daniel poder político. Así que convencieron al rey para que aprobara un edicto por el que se ejecutaría a todo el que orara a cualquier dios u hombre que no fuera el rey mismo. No obstante, a pesar del peligro, Daniel mantuvo su cita con Dios ante una ventana abierta como lo había hecho siempre.
Durante este tiempo de oración establecido, Daniel sin duda pidió a Dios por sus propias necesidades personales e intercedió a favor de las necesidades de los demás.
Cuando Daniel estaba dando a conocer sus peticiones a Dios, un espíritu de gratitud permeó su tiempo de oración. La idea de dar gracias conlleva responder a Dios con gratitud por los dones ya dados. Forma parte del diálogo que expresa agradecimiento. La inmersión en la Palabra sirve de trampolín para la alabanza a Dios por quién es Él y lo que ha hecho por nosotros.
6. Tómate tiempo para digerir el alimento
«Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu nombre, oh SEÑOR, Dios de los ejércitos» (Jeremías 15:16).
Una comida deliciosa no es muy atractiva si después uno sufre indigestión. Tomarse un tiempo para la ingestión de la Palabra reflexionando en ella detenidamente también es esencial.
Cuando uno está frente a las páginas de la Biblia, es muy fácil leer superficialmente un pasaje determinado sin ver su significado. Pero el profeta Jeremías, con su profundo amor por la Palabra de Dios, lo hizo su prioridad número uno. La palabra hebrea que se traduce «se presentaban» significa tanto «adquirir y asegurar» como «encontrar». Cuando veamos un pasaje debemos detenernos y familiarizarnos con el texto hasta que esté bien asegurado en nuestra alma.
El pasaje entonces se refiere a uno de los aspectos más agradables de la experiencia culinaria: el degustar en sí la comida. La palabra comer puede significar «devorar, consumir comida» así como también «quemar combustible como un fuego». Cuando empezamos a «masticar» un pasaje empezamos a probar los maravillosos sabores espirituales que contiene.
¿Alguna vez has tenido hambre y te has hallado frente a una amplia gama de platos con sabores distintos? A medida que tu estómago empieza a llenarse de proteínas, grasa y carbohidratos, en realidad comienzas a sentir que tu estado de ánimo se eleva. Jeremías sintió una embestida de «gozo y regocijo» cuando ingirió la Palabra de Dios en su corazón. La palabra que el profeta usó para «corazón» significa «el hombre interior, pensamiento, reflexión en el asiento de los apetitos». La Palabra de Dios alimenta nuestros pensamientos y emociones y trae gozo.
El fundamento para deleitarse en la alimentación de la Palabra de Dios se puede ver en la sección concluyente de este pequeño pero significativo versículo: «porque se me llamaba por tu nombre, oh SEÑOR, Dios de los ejércitos». Para Jeremías, pasar un tiempo significativo en la Palabra de Dios siempre iba atado a nuestra relación con Él. En nuestro tiempo devocional, nos hacemos conscientes una vez más de que somos llamados por el Señor del cielo y de la tierra que existe eternamente. Y, el darnos cuenta de eso, transforma nuestra sequedad espiritual en un encuentro dinámico con Aquel que nos creó para tener comunión con Él.
7. Escríbelo
Sin que eso signifique enterrarse en papeles, escribir tu tiempo personal con Dios tiene algunas ventajas.
Nuestros pensamientos y sentimientos son una puerta giratoria constante de variadas experiencias de la vida. Si tenemos un registro escrito de lo que tratamos en nuestro tiempo devocional se revelarán varias tendencias en nuestro andar de fe.
Además de esto, veremos el progreso alcanzado en diferentes áreas de nuestra vida que no se notarían si no las escribiéramos.
La guía dada abajo se puede copiar en una libreta y mantenerse como registro conciso de tu tiempo diario devocional.
GUÍA DEVOCIONAL
Fecha: ________________
Pasaje leído hoy: __________________________
Tema central (capítulo y versículo): ____________
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Reflexiones: ______________________________
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Aplicación: _______________________________
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Tiempo de oración: _________________________
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8. Varía tus métodos
Hace poco, me encontraba en una librería cristiana local mirando libros. Pregunté a la señora que estaba detrás del mostrador si me podía indicar algunos títulos que ayudaran con el devocional diario. Me llevó a toda una sección de diferentes ayudas para tener un tiempo devocional personal.
Había un devocional diario popular. No lejos del mismo, estaba En pos de lo supremo, de Oswald Chambers, un devocional clásico adaptado para un tiempo diario devocional. Más adelante, en la misma fila, había otra selección de lecturas para leer la Biblia en un año.
En la mayoría de estos libros, un extracto o historia inspiradora saca una lección de una lectura bíblica sugerida. Una de las razones de la popularidad de este tipo de guía devocional es que tiene una lección corta y memorable que es tanto inspiradora como aplicable a la vida diaria.
Sin embargo, una precaución que hay que tener cuando se use este tipo de guía es la tentación de solo leer la historia y pasar por alto la lectura bíblica del día. Una vez que esto se convierte en hábito, el creyente puede descubrir que su vida está construida sobre pensamientos inspiradores y no sobre la Palabra de Dios, una vida espiritual edificada sobre un terreno muy tambaleante.
Si tú usas una de estas guías devocionales, como es el caso de Nuestro Pan Diario, asegúrate de leer el pasaje bíblico junto con las historias que ilustran la verdad bíblica. Si edificamos nuestra vida sobre anécdotas y extractos y no sobre la Palabra de Dios, podemos desarrollar una perspectiva impropia de la vida cristiana y provocarnos una caída. Dios ha prometido bendecir su Palabra, no nuestras ilustraciones sobre la misma (2 Timoteo 3:15-16).
Además de los maravillosos recursos para hacer devociones diarias que puedes encontrar en una librería cristiana, hay páginas de Internet en las que se puede hallar ayuda adicional (véase www.nuestropandiario.org).
La variedad de métodos para hacer devocionales eficaces y estudios bíblicos es tal, que de seguro hay algo apropiado para ti.
En nuestro esfuerzo por hacer que nuestro método funcione, es importante recordar nuestra motivación. Nuestra meta debe ser pasar tiempo con Dios para sentir su presencia, consuelo y guía, no para ser más «espirituales» ni aliviar la culpa por nuestras propias faltas.
Considera el ejemplo del Señor Jesucristo. Él era perfecto y nunca pecó; y, sin embargo, procuraba tiempo sin distracciones para pasar con su Padre. ¿Por qué? Porque Jesús funcionó en la tierra como cualquier otro ser humano: en total dependencia del Padre. Echemos un vistazo a la manera en que Él buscaba tiempo para tener comunión con su Padre celestial.
(Continuaremos en próximos artículos.)
Notas:
(Artículos extraídos y adaptados del librito Nuestras Citas con Dios, de Dennis Fisher, publicado por Ministerios Nuestro Pan Diario en su serie Tiempo de Buscar. Puedes encontrar este y otros libritos sobre diferentes temas aquí.
El link para la descarga de este librito en concreto es este.
Si deseas más información, puedes escribirnos a [email protected].
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