Un estudio novelado de 1 Samuel 17.
En la morada del monarca que había desobedecido a Dios el ambiente estaba pesado y agobiador.
Al salir de la casa real David se siente liberado como si esa “ opresión que le embargaba ” se ha desvanecido. Los israelitas nuevamente corrían desesperados. “Todos los hombres de Israel al ver a aquel hombre, huían de su presencia y tenían mucho miedo ” (v.24)
Los soldados iban de un lado para el otro en un tremendo caos. El gigante había salido nuevamente para provocar al Dios de Israel. Se ha corrido la noticia que hay uno que va a salir a defender a Israel.
- ¿Quién es? se preguntan uno al otro. - ¿Es el famoso general fulano de tal?
- No es la respuesta. - ¿Será el aguerrido comandante XX? No responden otros.
Cuando se enteran que es un pastor sin experiencia militar se dicen unos a los otros:
¡Está loco de remate! ¡Pobrecito!, dicen otros es un fanático.
Otros opinan es un muchacho petulante y fanfarrón. . La realidad es que David es un joven que tiene una fe profunda en el SEÑOR DE los Ejércitos.
El ejército de Israel se ha agrupado y son miles los que están observando desde la ladera de una colina a una distancia más que prudencial
A todo esto el joven pastor se dirige al arroyo que atraviesa el valle de Elah. No sabemos que es lo que cruza en su mente al ir allá. Sabe que Goliat tiene cuatro hermanos que también son gigantes. Allí en el arroyo hay muchas piedras y el elige cinco. Todas son lisas, son buenos proyectiles.
Son pequeñas rocas que han sufrido por cientos de años el golpe constante y regular del movimiento de las aguas que al martillarlas contra las otras las han dejado bien pulidas.
¡Esas piedras que han sido machacadas miles de veces ahora van a tener la oportunidad de golpear en vez de ser golpeadas! David se acerca al campo donde Goliat está como de costumbre blasfemando el nombre del SEÑOR.
Los soldados están observando con atención. El joven se aproxima con toda tranquilidad. Si pudiéramos verle su rostro no hay temor. “Los ojos del SEÑOR están sobre los justos; sus oídos están atentos a su clamor” (Sal.34:15)
No es que David no tiene miedo. Sin duda que sus sentimientos en ese momento son complejos y difíciles de explicar. Su corazón palpita con fuerza porque sabe que su responsabilidad es muy grande. No ignora que está defendiendo el pabellón de Israel.
Es consciente que si el comete un pequeño error el gigante lo destrozaría. Pero tiene esa convicción muy profunda que el Señor está a su lado y que el resultado va a ser la victoria.
Es cierto que él sabe que humanamente hablando no tiene posibilidad de ganarle al gigante. Su currículo y sus cartas credenciales no son nada llamativas. Ha concurrido al conservatorio musical del SEÑOR y ha la Escuela Militar de Dios.
Allí, luchando contra el fiero león o contra el feroz oso, ha aprendido que Dios le da puede dar la fuerza y la victoria. Que puede con la ayuda de Dios vencer el miedo paralizador. El SEÑOR se lo ha demostrado varias veces en el pasado. El tiene la certeza que de la misma manera lo va a hacer ahora.
Cuando David arremete y corre hacia el gigante es como si estuviera viendo algo más grande por detrás del gigante. Las palabras de Hechos 2 lo enseñan “Veía al SEÑOR siempre delante de mí, porque está a mi derecha para que yo no sea sacudido.”
El ayudante de Goliat tenía un escudo a prueba de todo tipo de proyectiles.
Pero lo que el gigante no sabía era que David tenía un escudero invisible e invencible.
La noticia ha corrido y ha llegado a los dos campamentos. Goliat tiene un desafiante que va a defender el estandarte hebreo.
Ahora se aproximan una muchedumbre de soldados para presenciar el acontecimiento. Las tropas están en el valle de Elah (22 kilómetros de Jerusalén.) De un lado sobre las colinas están los filisteos. Del otro lado sobre los cerros están los hebreos.
Aquellos han traído sus instrumentos musicales para celebrar el triunfo tan pronto su paladín lo obtenga. No tienen duda cual será el resultado de la contienda. Nadie ha vencido a Goliat. La mayor parte de las veces el enemigo ha huido aterrorizado al sólo verlo.
“Cuando el filisteo miró y vio a David lo tuvo en poco, porque era un joven de tez sonrosada y de hermoso semblante… El filisteo maldijo a David por sus dioses” (v.43). Al hacerlo ha firmado su propia pena capital. La muchedumbre del ejército observan con miedo.
A la mayoría no les cabe duda cual va a ser el resultado. Pobrecito dicen algunos “tan joven y guapo para morir”. Algunos de los hebreos están orando al SEÑOR para que haga un milagro. Saben que ese JEHOVA que los sacó con mano poderosa de Egipto los puede libertar una vez más. Del otro lado en el campamento filisteo el ruido va en aumento.
-¡Viva Goliat! ¡Goliat que no ni no!
Los tambores y los címbalos filisteos suenan con compases infernales presagiando el triunfo. El ritmo se hace cada vez más rápido y más intenso.
Goliat hace una seña y todos guardan silencio. Con voz fuerte, grave y ronca dice:
-Ven a mí y daré tu carne a las aves del cielo y a los animales del campo!
Un enorme aplauso se escucha del lado del campamento filisteo. Otras vez se repiten las mismas frases:¡ Viva Goliat que no ni no!
Luego se escucha la voz del joven de buen aspecto. No trae coraza, no tiene casco, no tiene escudero y no tiene espada. Es un ejemplo viviente de la carencia instrumental bélica .Todo lo que lleva es su honda, su cayado , su zurrón y una fe inamovible en su la fidelidad de su Dios.
La voz de David suena clara y fuerte. Su palabra no denota miedo ni TEMOR.
“Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del SEÑOR de los Ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiad.”(v.45) David hace una breve pausa. Si pudiéramos ver al gigante cuyo rostro está tapado con partes del casco percibiríamos una sonrisa burlona y perversa. El joven pastor continúa:
- “El SEÑOR te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré. Te cortaré la cabeza… ¡Y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel! También todos los congregados sabrán que el SEÑOR no libra con espada ni con lanza.. ¡Del SEÑOR es la batalla! ¡Y él os entregará en nuestra mano!”
-Basta quizás piensa el gigante, “yo te voy a enseñar quien soy yo”. “El filisteo se levantó y se fue acercando al encuentro de David” (v,.48). Cualquiera de nosotros en una situación similar nos hubiéramos espantado y huido o a lo menos nos colocaríamos en posición firme para tratar de aguantar la embestida.
Pero David por el contrario “Se dio prisa y corrió al combate contra el filisteo”. La multitud que observa no lo puede creer. David en vez de huir está corriendo hacia el enemigo. ¿Pobrecito seguramente piensan muchos el monstruo lo va a triturar! “Entonces David metió su mano en la bolsa, tomo de allí una piedra y la arrojó con la honda hiriendo al filisteo en la frente. La piedra quedó clavada en su frente y éste cayo de bruces en tierra” (v.49)
Miremos en cámara lenta la trayectoria del improvisado proyectil. La piedra es arrojada con toda su fuerza y se dirige como si supiera a donde tiene que ir. Va con la misma precisión que un misil de los tiempos actuales dirigido por radar. Se entierra en la frente orgullosa del enemigo.
David actua como los artistas del teatro uqe han practicado la escena tantas veces que lo hacen con toda naturalidad. David no se detiene en su carrera.. Todo sucede en pocos segundos. Antes que el escudero pueda reaccionar David tiene en sus manos la enorme espada y el asistente del ogro caído huye despavorido.
“Entonces David corrió, se puso sobre el filisteo y tomando la espada de éste, la sacó de su vaina y lo mató cortándole la cabeza con ella” (v.51)
“Aíi venció David al filisteo con una honda y una piedra, y lo mató sin tener espada en su mano.”
Vuelve al Rey Saúl con el espeluznante trofeo en su mano.. Las multitudes se acercan para ver lo que les cuesta creer. El enemigo, el invencible ha sido derrotado. No hay ninguna duda . David trae en su mano la evidencia horrorosa pero definitiva que su victoria ha sido absoluta.
Los israelitas persiguen a los filisteos y obtienen una aplastante victoria.
La Historia Bíblica y Nosotros.
Cuando todo parece perdido el creyente puede obtener la victoria confiando en nuestro Dios. Todos tenemos que enfrentar un enemigo que parece invencible pero que no lo es. El presentarse para luchar contra el gigante no fue un acto espontáneo de tipo “ataque de locura” o de heroísmo.
La razón por la que él elige cinco piedras es que tiene una para Goliat y una disponible si fuera necesario para cada uno de los cuatro hermanos del filisteo. David no creía que el iba necesitar cinco piedras para derribar al gigante.
De alguna manera y el texto sagrado no lo dice el ha orado al Señor. Ciertamente hubo un período de oración y búsqueda intensa del favor y de la voluntad de Dios en la empresa. Ha tenido una respuesta definitiva y clara de Su Dios quien le ha instruido exactamente que hacer.
Notemos que el SEÑOR en este caso utiliza una habilidad natural de David con un instrumento que el está acostumbrado a manejar. Pero no es la destreza ni puntería de David lo que cuenta sino el hecho que Dios tiene un plan perfecto que se va a cumplir en todos sus pormenores.
Nosotros también tenemos la protección del Señor. “El angel del Señor acampa alrededor de los que lo temen y los defiende”.
Las intimidación de Goliat de dar el cuerpo de David para comida de los cuervos y las fieras del campo es una amenaza brutal. La imagen es muy grafica y clara para aquellos que han observado esos cuervos lanzarse sobre los cuerpos muertos hasta que no queda nada. El propósito de esto era atemorizar al enemigo. Nosotros hacemos bien en ocupamos de nuestro cuerpo.
Son palabras que Jesucristo pronuncia son consoladoras y nos animan. ” No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar al alma” (Mat.10_28).
No creo que Dios propulsó por de una manera extraordinaria a esa piedra de tal manera que fuera un proyectil que atravesar el casco. La piedra propulsada con la honda adquiere una velocidad tal que sin duda el impacto puede ocasionar el efecto que la Escritura nos dice. .
El prodigio está en la certeza absoluta del proyectil en localizar su blanco. Por supuesto que con Dios no hay casualidades sino causalidades. Algo semejante ocurre cuando “un hombre tiró con su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura y la coraza” (1 Rey.22 34).
Goliat venia con espadas lanzas y otras cosas. David viene con un Nombre. El de su Dios. Para David la batalla era algo más que una pelea física. Era algo que llegaba al ámbito espiritual. Se aplican aquí las palabras “Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne” (Efe.6:12)
Quizás como resultado de esta experiencia el puede decir: “Contigo desbarataré ejércitos; con mi Dios saltaré murallas” (Salm.18:29)
Notas para maestros:
Contrastes entre Goliat y el Señor Jesús:
Goliat:
Mientras que Jesús:
Aplicaciones a la vida diaria.
Indudablemente ninguno de nosotros va a tener que pelear con un gigante filisteo pero todos vamos a tener luchas contra “colosos” en nuestras vidas. Goliat tenia cuatro hermanos. Quisiera pensar en cinco gigantes enemigos de nosotros y especialmente de nuestra juventud.
David corrió hacia el gigante. Hizo con resolución lo que sabía que tenía que hacer. Muchas veces nosotros por el contrario nos asemejamos a los “hijos de Efraín. “Armados con excelentes arcos, volvieron las espaldas en el dia de la batalla” (Salm. 78_9). Estaban bien armados, tenían una historia de antepasados ilustres y osados pero huyeron y no enfrentaron la contienda.
David no le dio al gigante la oportunidad de levantarse nuevamente. El decapitarlo fue la única manera de estar seguro que ese enemigo estaba aniquilado.. Esta historia es muy cruenta y sanguinaria pero la realidad de la vida también lo es.
El enemigo tiene que ser muerto o destruido. Nuestros enemigos espirituales tienen que ser atacado y no deben ser tolerados ni mimados.. El mundo no va a desaparecer, no lo podemos matar pero nosotros si podemos “morir al mundo” (Gal. 6:14)
Notas Médicas
Algunos médicos han tratado de explicar la situación con la posibilidad que Goliat tuviera un tumor cerebral benigno de la glándula pituitaria. Estos tumores que segregan la hormona de crecimiento si aparecen en la juventud pueden ocasionar un gigantismo.
Se explicaría así que el impacto de la piedra en una persona que tenia un tumor va a fácilmente provocar la caída que sucede. Esta teoría no explicaría el hecho que Goliat tenia cuatro hermanos que también era gigantes. Es verdad que hay una forma rara genética familiar que se llama el síndrome MEN 1 (Síndrome de múltiples adenomas endócrinos)
Este tipo de tumores a menudo se acompañan de pérdida de la visión lateral debido a la compresión por el tumor del nervio óptico (hemianopsia)
Sabemos que los jugadores de baseball pueden caer muertos por el impacto de una pelota cuando adquiere una gran velocidad. Esos golpes “secos “ pueden provocar la muerte en ciertas personas susceptibles.
Esto puede suceder aún usando una protección en el tórax como se hace en el deporte. Del punto de vista médico sería improbable que el golpe de la piedra le causara la muerte instantánea. El historiador Josefus dice que la piedra se enterró en el cerebro.(1)
Normalmente (en una persona en posición erguida)frente a un impacto la persona cae hacia atrás. Aquí específicamente se nos dice que cayó sobre su rostro enfatizando lo que este golpe habrá sido para el orgullo de Goliat.
Notas al margen
Nos hace acordar de cuando los filisteos habían traído el arca de Dios y la colocaron en el templo pagano. “Dagón estaba caído en tierra sobre su rostro, frente al arca del SEÑOR” Los filisteos vuelven a colocar a su ídolo en su trono y al día siguiente encuentran a su fetiche “caído delante del arca de Jehová y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas (1 Sam.5 v. 3,4)
Algunos estudiantes han postulado que cuando Goliat insulta al Dios de Israel de alguna manera eleva su mano y en este proceso mueve parte de la víscera del yelmo quedando al descubierto parte de su frente . El texto no nos dice que penetro el casco pero sí dice que se incrustó en la frente.
Probablemente David suelta la piedra de su honda pastoría mientras que va corriendo. Esto lo hace a una distancia relativamente corta 20 o 30 metros del gigante. El hecho que el escudero no intenta atacar a David se explicaría por el hecho que David no se detiene en su carrera porque la caída del gigante no es algo inesperado para él sino exactamente lo que el esperaba
No necesitamos invocar un poder o una velocidad sobrenatural a esa piedra. El “milagro “ por así decirlo está en el hecho que David va a ejecutar un plan que Dios le ha mostrad y todo sucede como si estuviera “programado” Dios ha determinado la ruina del gigante blasfemo y el resultado final se va a alcanzar infaliblemente.
Todo esto loase Dios usando a un joven que está consagrado para servirle y tiene fe en El.
El Líder que Hay en Cada Uno
Saúl fue elegido rey pero en el momento de la confrontación con el gigante era obvio que había perdido su calidad de caudillo.. En el momento en que Saúl permite que David pruebe su armadura le está confiriendo el liderazgo sin saberlo.
En el liderazgo espiritual el adalid no se jacta de su posición. Quizás alguno ni se consideran a sí mismos líderes. Pero lo que los destaca es su disposición a tomar el puesto de responsabilidad y peligro.
David es el líder de Israel antes de matar al gigante. Desde el momento en que el declara en forma tajante que va a pelear se construye en el líder.
Dios normalmente no utiliza “improvisadores”. Cuando David fue a pelear con Goliat había egresado de la academia militar de más prestigio en el mundo. La Escuela de Dios.. David había aprendido en ese entrenamiento algunos de los fundamentos imprescindibles
En primer lugar el líder calcula y estudia el peligro pero este no lo paraliza. Para David usando los anteojos de la fe el gigante era un pigmeo. Por supuesto que no desestimó a su adversario.
Los encuentros previos con el león y el oso le habían enseñado verdad que “Si Dios está con nosotros quien en contra” revisar cita Rom.8
Temas para desarrollar
Los enemigos espirituales del creyente.
Las armas espirituales de Dios.
Fe en Dios que es omnipotente y está sentado en su trono.
Venciendo en la batalla contra el enemigo.
Tomado del libro “La lucha entre lo bueno y lo malo”, pulicado por Editorial Mundo Hispano (Casa Bautista de Publicaciones)
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