De entrada debo decir que el título de este “Desde el Corazón”, no es mío. Es de un renombrado periodista, excelente divulgador científico, que no es lo mismo que “ser” científico, autor de excelentes artículos, columnas periodísticas y director de popular revista y varios libros de divulgación científica, es decir, Jorge Alcalde, quien ha inventado tan interesante título: “¿por qué los monos no hacen preguntas?” y que desde el primer momento, me provocó a profundizar sobre el tema, y a pensar en artículos, que llegado el verano no me hicieran sudar mucho, ni cavilar demasiado; simplemente no perder el ritmo de mi particular disciplina.
Investigando, desde la mente, no tanto desde el corazón, he leído cosas tan bizarras como interesantes, que entroncaban con los estudios que hacíamos en mi clase de Escuela Dominical sobre el vigor de la mente, en contraste con la vejez cronológica. Ejemplo de ello, he descubierto que no pocos evolucionistas (digo evolucionistas no cristianos) dicen que
el ser humano comparte el 99% con el ADN del chimpancé, sin embargo los simios no tienen capacidad de hacerse preguntas, así que en algún momento el hombre desarrolló la capacidad de dudar y en ésta la de hacernos preguntas; bueno, en tono de humor irónico, hay muchos hombres que no se hacen nunca pregunta alguna, y mucho menos aquellas que tienen que ver con la vida espiritual, el más allá y el sentido de sus vidas.
Así que si tenemos el 99% de afinidad con los chimpancés, y la facultad de preguntar se nos ha desarrollado –según dicen algunos‑, por evolución, tenemos el 1% restante de tal afinidad. Y ya de entrada me pregunto si la popular expresión que usamos, como
“me pica la curiosidad” sería la evolución de cuando los monos se rascan, siendo uno de sus 66 gestos, que estudiados por eruditos de la Universidad Saint Andrews (Escocia) determinan los 19 mensajes específicos de los simios. ¡Qué bien, tenemos algo que no tienen los chimpancés!, somos más poderosos con nuestra capacidad de hacernos preguntas. Y algo más listos, porque como muchos educadores dicen, no son más listos los que más respuestas tienen sino los que hacen las mejores preguntas.
Así que para alejarme de los chimpancés, voy a dedicar algunos artículos a hacerme preguntas, algunas de ellas, con las respuestas implícitamente contenidas. Otras dejando que el lector se responda, y atreviéndome por hoy, a prometer que si de alguna me solicitan respuestas, trataré de responder, pues curiosamente, las veces que más notas, cartas, comentarios y llamadas he recibido, es cuando he escrito algún artículo de preguntas.
“Desde el Corazón”ahora,
pienso que preguntamos cosas, precisamente porque no somos simios, pero también porque sentimos curiosidad, y ésta es una aliada del saber, de la investigación, de la búsqueda. Precisamente, la primera frase de Jesús, en el comienzo de su ministerio oficial, fue: ¿qué buscáis?” y la hizo a dos curiosos seguidores.
Así que como curioso, en este tiempo veraniego,
compartiré muchas preguntas, tanto de índole sociológico, como espiritual, político y humano.
· ¿Por qué tan pocas cosas conservan su función pura, original, y se adulteran, de forma que, a quiénes sirven los Bancos, los políticos, sindicatos y medios de comunicación?
· ¿Qué motiva la emisión de tantos programas basura, sucios, destructivos de educación y moral, es que acaso la bazofia tiene magnetismo?
· ¿Por qué en el lenguaje coloquial confundimos enseñanza con educación, como si la educación quedara resumida a las horas lectivas?
· ¿Cómo es que está tan de moda la seria definición de: “por una educación integral” y se desvaloriza la formación espiritual; es que ésta no forma parte del ser humano?
· ¿Por qué el hombre del Siglo XXI se siente tan triste?, cada vez que veo buena publicidad acerca de acuarios, me pregunto ¿por qué algunos de los animales más hermosos de la Tierra están escondidos para todos los seres humanos, excepto para aquellos que saben usar equipos de buceo bien sofisticados?
· ¿Por qué tantos Pastores que tienen temor de denunciar las prácticas poco éticas, doctrinas heréticas, o los sistemas sectarios acampan a sus anchas por el mundo evangélico?
· ¿Cómo en no pocas organizaciones, también en las Iglesias, las mismas personas o sagas familiares ocupan cargos de por vida?
· ¿Cómo es que hemos llegado al momento en el que no importa que los mejores, los más cualificados, los más genuinamente éticos, hagan las cosas, sino los que están más cerca del poder, los que se dedican a “politiquear” o los que tienen más labia?
Hombre sin preguntas… mundo oscuro. Pueblo sin respuestas, clon de chimpancé.
Si quieres comentar o