Como parte del tercer programa de la serie “Sacro y profano”, del Canal 11 de la televisión pública mexicana (www.canalonce.mx) conducida por el sociólogo y periodista Bernardo Barranco, la emisión del lunes 21 de abril estuvo dedicada a la participación de las mujeres en las iglesias. Barranco, quien hasta hace unos meses fue el titular del programa radiofónico “Religiones del Mundo”, grabó ya una temporada completa que comenzó a transmitirse el pasado 7 de abril.
Sus invitadas en esta ocasión fueron la profesora
Claudia González Benassini, integrante de la Cátedra de la Teología Feminista de la Universidad Iberoamericana, y quien cursa actualmente una maestría en dicha universidad, además de la presbítera
Amparo Lerín Cruz, quien fue ordenada como tal en octubre de 2011 por la Comunión Mexicana de Iglesias Presbiterianas y Reformadas (CMIRP), luego de la tajante negativa por parte de la Iglesia Nacional Presbiteriana (INPM). Lerín también es licenciada en Administración y maestra en Divinidades por el Seminario Presbiteriano.
Barranco
introdujo el tema al referirse a la escasa apertura para la participación de las mujeres en diversas religiones e iglesias, y centró el asunto en lo que sucede mayormente en las segundas, pues aunque hay signos de cierta esperanza en la sociedad en los últimos años, las decisiones de las iglesias parecen ir a contracorriente de tales transformaciones. En su primera intervención,
González Benassini se refirió a los orígenes de las culturas matriarcales y la manera en que esas prácticas fueron siendo sustituidas por el control masculino de las sociedades y de las creencias religiosas. En el mismo sentido se pronunció
Lerín al destacar que, en los inicios del movimiento de Jesús, la acción de las mujeres fue mayormente reconocida, incluso mediante la formalización de algunos cargos y ministerios, pero que progresivamente las cosas fueron cambiando en las sociedades y en las iglesias.
El conductor
orientó el debate hacia las evidencias que existen en el sentido de que, en efecto, aun cuando la inmensa mayoría de fieles en las iglesias son femeninas, las minorías masculinas se han adueñado del control y del poder y son quienes autorizan y sancionan el comportamiento y espiritualidad de las mujeres. Al referirse a la Iglesia Católica, insistió en que la profesora González Benassini opinara acerca de los signos surgidos recientemente, ya en el pontificado del papa Bergoglio, y de la denominada “teología de la mujer”. Para ella, esta terminología de alguna manera sigue siendo un recurso para evadir la supuesta agresividad de las teologías feministas, tan temidas en muchos espacios católicos, pero también señaló que
las propias mujeres católicas deben estar atentas a lo que acontezca en el próximo sínodo sobre la familia.
Por el lado protestante,
la presbítera Lerín, al ser cuestionada, recordó lo sucedido en 2011 cuando un concilio teológico de la INPM determinó cancelar las ordenaciones a los ministerios (ancianas y diaconisas, sobre todo) y no volver a discutir el asunto luego de varias reuniones que se han realizado en poco más de dos décadas. Con ello, explicó, se abrió la puerta para su salida de dicha iglesia e integrar, junto con otros militantes de la misma la nueva confesión reformada, la CMIRP.
No dejó de afirmar
la necesidad de que esta búsqueda continúe a fin de consolidar los avances que se han dado en otras iglesias y confesiones. Citó a algunas pastoras y militantes feministas en las iglesias para reforzar su idea de que las mujeres no deben cejar en su empeño por hacer más visible su labor.
Dada la brevedad del programa (media hora), Barranco concluyó observando que
el debate sigue abierto aun cuando muchas instancias eclesiásticas se nieguen a reconocerlo.
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