Para quien quiera ver, es ilustrativo la celebración por la Triplecorona del tridentino concilio donde reformó y configuró su naturaleza. Predicó su evangelio en los autos de fe; y lo celebra. En nuestra Sevilla del XVI también celebramos el Evangelio predicado, enseñado, vivido; al que pretendieron quemar quemando a sus testigos.
A las puertas de uno de esos autos de fe (diciembre de 1560), con las puertas todavía abiertas del tridentino concilio (cerradas en diciembre de 1563). Con ese concilio la Iglesia papal pretendió reformar la expresión exterior de su corazón, pues la corrupción avisaba de que sin cambios no permanecería. Papas reformadores. Especial necesidad reconocieron de su reforma para que la Reforma no avanzara. Trento sigue vivo; nuevo papa reformador, contra la Reforma. La nueva evangelización papal no es más que la renovación de Trento, no su desaparición. Lo celebran.
Se persiguió a la Iglesia chica de Sevilla en medio de Trento, cuando el papado estaba fabricando el pan que les da vida, hasta hoy; y tienen que remozar su apariencia, por eso renuevan la evangelización. Y lo celebran. No se trata de quedarnos en un espacio temporal como si fuese un recinto sagrado sacramental, pero sí es muy útil ver nuestro presente teniendo en cuenta la Historia, en este caso viviendo cómo se mostraba un evangelio y otro en los autos de fe. Ya no es conveniente para el papado este modelo, pero en ese momento se consideró una renovación extraordinaria para asentar su mensaje en la sociedad. Entonces la
pedagogía del miedo, ahora la
pedagogía de la sonrisa fraternal.
El modelo tridentino, incluso antes de concluirse, ya se aplicó contra la iglesia de Sevilla. Los jesuitas moldearon Trento y fueron sus más eficaces promotores. Y empezaron aquí. (En la web que les indiqué hace dos semanas se han colocado varias conferencias de nuestros congresos sobre Reforma Protestante Española; es una simple muestra, de más de 50 ponencias, hay siete. Sobre este tema les recomiendo la de Gianclaudio Civale, “Canónigos, inquisidores y jesuitas en la Sevilla de la Reforma (1558-1564)”, corresponde al primer congreso, ocupa más de una hora.)
Hubo reuniones conciliares para intentar reformar algo; Constanza, Basilea. El emperador procuró arreglar la situación política con un concilio donde las partes hablaran y concluyeran. La Iglesia romana lo rechazó siempre; un concilio libre, para todos, es contrario a su esencia. Se sabe que especialmente los jesuitas torpedearon cualquier solución que dependiese de la autoridad imperial; su imperio era el papado.
Una de las formas óptimas de entender el concilio tridentino es verlo en su contexto de conflictos e intereses políticos. Lo religioso es parte.
Trento se desarrolla dentro de guerras abiertas, y forma parte de ellas; terrenales, que buscan ampliar terrenos y dineros. Un impedimento principal para seguir con la dinámica medieval de señorío es la aparición de la Reforma. No hay purgatorio; no se recogen en arca vaticana los dineros de los territorios liberados (verdad es que ahora cambian de manos, en muchos casos para nuevos príncipes, pero el pueblo empieza a caminar). Las enseñanzas de la Reforma tienen consecuencias sociales. Hay que contraatacar. (Puso el papa 20 mil ducados y 30 mil soldados en mano de Carlos para evitar tratos y compromisos con los protestantes.)
Corresponde al Farnesio Paulo III (1534-49) la condición de engendrador del concilio. Este Farnesio fue nombrado cardenal por quien fornicaba con su hermana, el papa Alejandro VI, el Borgia, ése que afirmó poseer todo lo que hay en el mundo como vicario de cristo (no puedo ponerlo en mayúscula), y por eso concedió los territorios, que eran “suyos”, a los reyes conquistadores de América, con sus bulas “alejandrinas”. Este Paulo III fue papa prolijo. Es el padre del concilio de Trento; de los jesuitas (1540); de la inquisición romana (1542); y de varios hijos a los que puso de príncipes de su Iglesia. Los que celebran y quieren remozar
su evangelio, que nos presenten la biografía del santo padre de Trento.
Luego de varios intentos fallidos, convocó el concilio en Trento, territorio imperial. La mano política siempre es fundamental para sostener el tridente romano, hasta el final. La bula de convocatoria es de 22 de mayo de 1542, pero tuvo que aplazarse su apertura por los conflictos políticos y territoriales del emperador con el rey de Francia. Esta será una constante durante todo el trámite conciliar, hasta su misma conclusión, que se acelera para prevenir que en Francia ocurra lo que en Alemania, el afianzamiento protestante. Por fin se inicia el 13 de diciembre de 1545 (tres delegados papales, luego dos serían papas, y 31 miembros presentes).
En la primera etapa (1545-47), con este modélico papado, se estableció la autoridad compartida solidariamente entre la tradición y la Biblia. La discusión teológica sobre esta materia no debería hacerse en habitación distinta de la que ocupa el papa y los suyos cuando se establece; eso es siempre muy útil para conocer la Historia. Lo mismo que con la sesión VI, donde se formula (enero de 1547)
su doctrina de la justificación. Otra vez, que se estudie esa materia siempre en la sala papal, en su contexto, con sus textos y gentes, con sus intereses políticos.
Frente a la enseñanza protestante de que la condición de justo delante de Dios se tiene por la fe y la
declaración por parte de Dios de que el pecador es
justificado (en Cristo), el papa y los suyos enseñan que esa justificación solo puede el pecador obtenerla por su
cooperación con la asistencia divina que, eso sí, Dios da gratuitamente al hombre; por eso es
internamente justificado (hecho justo) por la gracia
santificante, la cual lo hace apto para realizar
méritos por sus buenas obras (que son las que la Iglesia romana prescribe como tales). Ya me dirán cómo podrá luchar contra esta enseñanza fundamental del papado una buena parte del pueblo evangélico, cuando cree lo mismo en esencia.
En este momento también se formula la doctrina de los sacramentos papales. Se establece que los sacramentos, que son siete, confieren gracia no por la fe en las promesas que indican, sino por virtud propia en su administración. Cuenta ya el concilio con 71 miembros, pero las relaciones políticas del papa con el emperador empeoran. Decide llevárselo a Bolonia, en los estados papales. Allí sigue, pero por orden del emperador algunos obispos se quedaron en Trento. Mucho tridente, pero el mango lo tiene Carlos. Se suspendió.
La segunda etapa (1551-52) sigue con los mismos intereses. El papa Julio III (1550-55) decretó (noviembre de 1550, casi de estreno) que regresara el concilio a Trento. Allí se abrió de nuevo (mayo de 1551), con otra mano tirando del mango; los obispos franceses no acuden por orden de su rey, Enrique II. La esencia doctrinal papal se va fraguando en estos fogones.
En octubre (sesión XIII) se formula la doctrina de la transustanciación.Que se vea, que se vea, dónde la componen, quiénes son sus padres, y qué intereses la sustentan.
Ya la influencia jesuita es evidente. En la sesión XIV (noviembre) se dispuso la doctrina de la confesión auricular, y el carácter
judicial de la absolución. Saber de dónde viene el agua siempre es bueno antes de beberla. Luego, si alguien quiere, que la celebre y la beba.
De nuevo paralizado. Problemas con los príncipes alemanes. Quieren que se discutan de nuevo los temas sobre la eucaristía y la confesión, y requieren que los obispos no se encuentren
encadenados en sus territorios por la obediencia al papa. Después de Marcelo, Paulo IV (1555-59). Sin concilio. Pero en nuestra Sevilla con todos sus frutos ya lanzados contra la Iglesia chica.
Tercera y última etapa (1562-63). Nada más coronarse la Triple, Pio IV (1559-65) ordenó la reapertura. Había que actuar contra Francia.La bula es de 29 de noviembre de 1560, se abre el 18 de enero de 1562.
Lista de libros prohibidos. Confirmación de la presencia total de
su Cristo en las especies. La misa es verdadero y apropiado sacrificio de acción de gracias y propiciación, que puede ofrecerse por los muertos y en honor de los santos. Nueva evangelización. Lo celebran.
Se acabó que casi no acaba. Diez meses paralizado. Problemas políticos. Poderes. Las dos bestias, religiosa y política, a dentelladas. Su padre las apacigua. Hay que acabar esto; y se terminó el concilio. Celebración en la casa del padre; muestran su triunfo en auto de fe. Lo celebran.
La semana próxima, d. v., pondré unas reflexiones sobre el documento papal de la nueva evangelización. Anticipo: nada de nada, nada más que Trento; puro jesuitismo. Dios les envía espíritu de error.
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