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Protestante Digital

 
Obediencia a la fe (8)
21
 

El Vaticano y los beneficios de la corrupción

Todo esto, tan aberrante, ¿sería algo durante un corto periodo de tiempo, de especial corrupción? No; durante siglos.
REFORMA2 AUTOR Emilio Monjo Bellido 08 DE NOVIEMBRE DE 2013 23:00 h

Seguimos con nuestro Constantino de la Fuente y sus sermones al Salmo 1, tomando sus advertencias respecto a los malos con sus consejos y asientos. Pero lo retomamos con una mirada en el pasado congreso sobre Reforma Protestante Española celebrado en la Complutense; que se inició acercándonos a la ciudad donde él predicó y publicó estos sermones, cuando en junio de 1391 la población común de Sevilla, nada de ejércitos o grupos de mercenarios o sicarios, cerró en su barrio a la comunidad judía y se dedicó a la degollina de hombres, mujeres y niños. Según crónicas fiables, 4000 muertos; el resto, vendidos como esclavos a los moros. Así somos de nuestro natural corrompido. Así se inició el camino a las persecuciones contra esas comunidades en otras localidades.

Verdad es, y así se indicó en ese comienza del congreso, que el Mesías, el Cristo, del que había tomado el nombre el anticristo y los anticristianos que estas fechorías hicieron, a cuyo bautismo obligaron, bautizados en el anticristo, este Mesías, digo, se encontró con los suyos, tanto en un bando como en otro, y formó en Sevilla una congregación, su iglesia chiquita, que luego sería perseguida por el anticristo y sus anticristianos, de un bando y de otro, culminando con la misma quema de los restos de nuestro Constantino en auto de fe de 1560.

Impulsó el pogromo aquel miserable Arcediano, pero tenía mentores. Uno principal es, incluso, santo, Vicente Ferrer (1350-1419). En cualquier biografía de éste puede leerse que su padre compró un beneficio de la Capilla de Santa Ana en la parroquia de Santo Tomás (no importa mucho si son así los nombres), del que Vicente tomó posesión con once años. Por otros vericuetos de derechos familiares parece que podía haber accedido a otro beneficio por allí cerca. Beneficios.

De eso se trató en una conferencia en nuestro congreso. La presentó el investigador Antonio J. Díaz Rodríguez, que es la línea de trabajo que le ocupa desde su misma tesis doctoral.

Con el nombre de “beneficio” incluyo un modelo variado de actuación, no pongo aquí términos específicos ni variantes. Se trata, y así quedó patente, del sorprendente entramado financiero que el Vaticano, sí la Iglesia romana, tenía desde siglos. Indicó nuestro conferenciante que no se trataba de simonía. Eso también se daba, y es conocido ampliamente; pero la simonía supone un acto fuera del orden jurídico. Este entramado de beneficios y su conservación era, sin embargo, propio de derecho, del derecho vaticano. (El Derecho Canónico lo trata con amplitud, en el último ajuste de 1983 se menciona de pasada; hoy ya no es lo que era.)

Vean un esquema de la corrupción tremenda, pero que era legal, conforme a derecho, pues ese derecho se conforma a la corrupción.

Primero; ¿qué es un beneficio? Resulta que los cabildos, bajo la autoridad de su obispo, disponen de un arca donde se ingresa el dinero que, por diezmos y primicias, los adscritos a su comarca tienen que pagar. Varía, pues, la dimensión de ese arca según sea un cabildo u otro. Algunos, como el de Toledo eran riquísimos; otros más menguados. Luego, de ese dinero que procede del pueblo (nobleza exenta) el obispo dispone un beneficio anual para asuntos propios de su territorio. Para tal capilla, para tal canonjía, para tal parroquia, etc. Y lo otorga a una persona concreta que debe, en teoría, “beneficiar” espiritual y religiosamente esa parcela de la que es responsable por su título. Esos beneficios están tasados (cada obispado tiene sus variables según sus riquezas), y se pagan por años (o medios años).

Como aquí se trata solo de pintar el esquema, supongamos, saltando el espacio temporal, que un beneficio le ha sido otorgado a Manrique, corresponde a la parroquia Esperanza, y está tasado en mil euros. Cada año, Manrique recibe de la “Iglesia” (del pueblo que pagó diezmos y primicias, claro) esos mil euros. Bueno, eso está muy bien; ¿qué tiene que ver el Vaticano con esto? Llega un momento en que el papa se autotitula única autoridad para otorgar beneficios. Los siguen otorgando los obispos en sus cabildos, pero ya con la nota de que el papa puede intervenir en cualquier momento (no se asusten, hoy el Derecho Canónico nombra al papa Administrador Único de todos los bienes de su Iglesia). Además, el Vaticano, el papado, interviene de otra manera, y esa es la fuente de la corrupción.

Resulta que ese Manrique, el del beneficio, que es todo un señor, no se le pasa por la cabeza siquiera saber dónde se encuentra esa parroquia Esperanza, menos todavía atenderla. Nombrará un vicario. De momento los mil euros van a las manos de Manrique, y éste le dará alguna cantidad mínima a su vicario. Nunca los parroquianos de esa localidad para los que teóricamente estaban destinados los mil euros verán en su parroquia más de unas monedas, si tienen suerte. Manrique vive (pongamos) en Barcelona, donde tiene su palacio y tierras y servidores; la parroquia de la que es “beneficiario” se encuentra en (pongamos) Sevilla. Legalmente no puede recibir el beneficio, pues se requiere por ley que esté en la localidad a la que debe “beneficiar”. Manrique debe comprar una bula de dispensa, simplemente. ¿Y dónde las venden? En el Vaticano. ¿A cuánto? Depende del beneficio; ésta pongamos que le cuesta cien euros. ¿Va personalmente al Vaticano a comprarla? No, allí hay oficinas de compraventa, que son las encargadas de estos trámites jurídicos conforme a derecho, no se olvide.

Este Manrique es hombre de negocios, sabe los riesgos de la vida. Si él muere, se pierde el titular del beneficio. Pues le pasa el título de ese beneficio a su hijo (pongamos) Pedro, para que no se pierda. ¿Entonces los mil euros ahora se los dan a Pedro? No, que Manrique es hombre de negocios. Se compra una bula de dispensa para que él siga recibiendo los euros (los nombres técnicos no los menciono para no liarnos). ¿Dónde? Sí, también, allí; ya saben. De manera que Pedro no recibe nada de momento, pero está ahí por si su padre se muere o lo mata alguien. De la parroquia de Sevilla ya ni nos acordamos; y era de donde procede el dinero.

Pero puede ocurrir que ese Pedro, que ahora es el titular del beneficio aunque el dinero lo siga recibiendo su padre, se muera. Entonces legalmente el beneficio no tiene titular y el obispo lo puede otorgar a quien disponga; y Manrique se queda sin sus beneficios dinerarios. Ya lo han adivinado; otra bula para que en ese caso el título vuelva a Manrique. ¿También hay que comprarla en el Vaticano? Claro. Pues allí debe haber un montón de servicios de compraventa. Un mercado.

Vale, ¿y qué pasaría si se mueren los dos, el padre y el hijo? Otra bula. Había la posibilidad de sumar a todo lo anterior un nuevo modelo, el de coadjutor, o podríamos llamarlo “repuesto provisor”. Se nombraba a un tercero, que era normalmente otro hijo o sobrino predilecto, quien se hacía con el beneficio (legalmente, no lo olvidemos, que esto no es simonía) en caso de fallecer todos los receptores.

Podemos ya hacernos un poco de idea de cómo quedaba al final ese beneficio “religioso” en cuanto a beneficio económico. Para garantizar su permanencia en la familia Manrique, éste se podría gastar al año entre bulas y bulas unos (digamos) cuatrocientos euros. Le quedan seiscientos que es su “renta”. (Puede que llegue algo a la parroquia de Sevilla, pero para eso no había bulas, solo un poco de suerte.) El tal Manrique dispone de esa renta fija cada año; es su “patrimonio”, tiene varios beneficios, que forman parte de su estatus de familia rica y poderosa. Si alguna vez pasa por la parroquia de Sevilla, le besarán la mano y le llamarán gran señor.

Como los malos consejeros, esos del Salmo 1, tienen entre ellos malos consejos también. Es la mafia, vamos. Pues había un procedimiento de obtener beneficios los de las familias del Vaticano, los que compraban y vendían. No era regular, pero estaba regulado. Se trataba de que cuando en alguna oficina recibían peticiones de comprar bulas por una persona que sabían tenía buenos beneficios, se planteaban cobrar algo más. Entonces le informaban al interesado que sobre el beneficio para el que pedía dispensa, tenían delante a otro personaje que reclamaba su titularidad. Esto se podía producir legalmente. Pero, además, como el papa era la suprema autoridad para decidir sobre esto, pues se tenía que dirimir el asunto en Roma. Un juicio en Roma era una ruina. Así que a Manrique le dicen que, sin embargo, el Fulano que reclama la titularidad es buena gente y por un precio razonable estará dispuesto a olvidar sus derechos. Ese año a Manrique le ha salido un gasto extra. Se paga y no pasa nada.

Harán mercadería de vosotros. Y todo esto en nombre del cristianismo. No es el cristianismo, sino el anticristianismo, del anticristo.

Este entramado de corrupción financiera, especulativa, de un capitalismo como el que ahora domina la economía mundial (nada que ver con el fruto del trabajo y del esfuerzo y del ahorro, el capitalismo protestante, bíblico), se fragua en medio del sucesor del de la bolsa, aquel de las treinta monedas. Y eso es el modelo externo que tanta gente y durante tantos siglos ha recibido como si fuere el cristianismo del que murió en la cruz. Miserables.

Pero todo esto, tan aberrante, ¿sería algo durante un corto periodo de tiempo, de especial corrupción? No; durante siglos. Y según derecho, del derecho vaticano, claro. ¿Y cuándo se terminó con esto? Pues la Revolución Francesa; las desamortizaciones, etc.

Una duda; y esas bulas ¿en qué moneda se pagaban? Pues no en las nacionales de los interesados, sino en una propia que establecía el Vaticano. Asombroso. ¿Y qué valor de cambio tenía? El que el Vaticano decidía. Increíble. Y con los bancos propios que el Vaticano decidía. Todo en casa. La casa que ya queda desierta. La piedra que desecharon los quiebra. Viene su quiebra. Ya.

Esto es solo una pincelada. Gracias al doctor Antonio J. Díaz por su conferencia. Estaremos al tanto cuando publique parte de sus investigaciones. (Al terminar su exposición dije, y lo reitero, que estaba muy cabreado por dos cosas. ¿Por qué un investigador joven, que lo hace con gran acierto, tiene que estar fuera para poder seguir investigando? ¿Y por qué una investigación así no la hemos hecho los “evangélicos”? Quizás algún día le demos importancia a lo que realmente lo tiene, y no a tantas cosas irrelevantes y secundarias.)

Y la semana próxima, d. v., seguimos en Sevilla con nuestro Constantino y la Reforma Española.
 

 


17
COMENTARIOS

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Respondiendo a

ikari
18/11/2013
21:54 h
17
 
Esta bien hermano Sergio, ya no me obseciono por Vd. Pero si mal no recuerdo fue Vd mismo (C.10) el que decidió hablar conmigo al leer mis opiniones y al recibir, como es de esperar, respuestas a los comentarios que ha dirigido hacia mi. Por mi parte, cuando quiera dialogar conmigo, con mucho gusto. Dios, nuestro Padre, le bendiga.
 
Respondiendo a ikari

Sergio de Lis
18/11/2013
15:32 h
16
 
¿Por qué pierde el tiempo, Ikari? Desde el principio se emperra en un absurdo (14), y volveré a contestarle que, amigo y, sobre todo, hermano mío puede serlo cualquiera que es de Cristo. 'Nadie puede servir a dos amos a la vez', le contesta a usted -mucho mejor que yo- la Palabra de Dios; ¿lo comprende ahora mejor? ¿La corrupción? Usted no lo sabe, claro, pero si fuera cristiano sabría que cualquier hecho opuesto a la santidad de Dios, me repugna, sea protestante, evangélico, etc. Y, bueno, ya está bien. Tanto alargar este tema me sugiere la misma actitud de otros católicos, y le pido lo mismo que a ellos: Deje de obsesionarse conmigo. Y lea la Palabra de Dios; verá que es tan misericordios
 
Respondiendo a Sergio de Lis

Jose Macìas Corredera.
16/11/2013
21:03 h
15
 
DEMASIADO FUTBOL EN ESTE PAIS LLAMADO ESPAÑA¡¡¡ Y LLENAS BOCAS DE BLASFEMIAS AL TODOPODEROSO.
 
Respondiendo a Jose Macìas Corredera.

ikari
16/11/2013
21:03 h
14
 
Mi amigo y hermano Sergio, en su comentario dice no interesarle las corrupción católica, pero le causa repugnancia. Y sin embargo se muestra indulgente y por poco no complaciente con la corrupción protestante que nombra en su comentario Nro. 9. ¿Acaso la corrupción en general no debiera causarle repugnancia?, ¿o por haber sido protestantes los protagonistas de corrupción son menos repugnantes? Es esa la misma tendencia de EM y es esa justamente la conciencia que quiere instalar en sus lectores. Sea coherente con lo que cree y con lo que dice, sino pasa lo que ahora, pierde seriedad mi querido hermano.
 
Respondiendo a ikari

manuel mora
14/11/2013
23:19 h
13
 
Es inviable que una conciencia bíblica y protestante que camina ante Jesucristo sea dada al saqueo y al robo, pues su ambición es lo conseguido por un trabajo honrado hecho en amor sin prisa y sin pausa con esfuerzo. No obstante la mala gestión, el abandono y la dejadez de aquellas conciencias masacradas por la idolatría totémica y los vicios consecuentes abandonan y malvenden bienes que son gestionados por otros con mayor precisión.
 
Respondiendo a manuel mora

Sergio de Lis
14/11/2013
23:19 h
12
 
Volveré a contestar a Ikari, como a otros católicos, que, ni soy su amigo, y mucho menos, su hermano. Y sigo corrigiéndole: la corrupción católica, en sí, no me produce sino repugnancia, no interés. Y, tampoco creo ser digno de lástima, como usted, si es que no trato de justificar pecados cometidos por protestantes al haberlos cometido la ICR, también. Como lo ha olvidado, se lo repito: no defiendo a capa y espada, como ustedes, mi Iglesia. Defiendo la fe; la verdad, porque la amo; la justicia, porque no podría vivir sin ella; el testimonio evangélico, ¡libre de cualquier manipulación, personal o eclesial! Defiendo -o, trato de hacerlo- ÚNICAMENTE lo que Dios nos ha revelado en Su Palabra. C
 
Respondiendo a Sergio de Lis

ikari
14/11/2013
00:21 h
11
 
Pobre Sergio de Lis, te contesto así: 'Las propiedades de los conventos y monasterios fueron saqueados en grandes cantidades en muchas partes, en Escandinavia, las Islas Británicas, el norte de Holanda, gran parte de Alemania y en muchos cantones en Suiza. Los bienes de los hospitales, colegios, escuelas, gremios, fueron incautados en su totalidad. Sin embargo, un cambio económico de esa magnitud en tan corto tiempo, es algo que la civilización no ha vuelto a ver. Los nuevos aventureros y los aristócratas, que de la noche a la mañana se habían enriquecido, consideraron que el regreso de la Iglesia Católica representaba una amenaza para sus inmensas nuevas fortunas (El saqueo como un Agente d
 
Respondiendo a ikari

manuel mora
13/11/2013
12:10 h
10
 
Comentario 5, continuación. También he tratado a personas con un magnífico carácter y un temperamento amable, que cultivan prácticas religiosas prohibidas por el Señor en la Biblia; humanamente me resulta fácil tener relación amistosa con estos últimos, tengo un carácter imperfecto y fuerte, pero espiritualmente me es imposible tener comunión ante Jesucristo con ellos, no por mi sino por ellos. (¿queda clarificado?). Respecto al asunto de Irlanda, me temo que la sucesión de agresiones mutuas es diversa y compleja, pero como antes le comentaba lo importante que subyace en estas tensiones es cual de los dos áreas se acoge a la doctrina dada por Jesucristo y sus apóstoles, esto es lo que inter
 
Respondiendo a manuel mora

Sergio de Lis
13/11/2013
12:10 h
9
 
Pobre Ikari. La inmoralidad, supuestamente, protestante no anularía jamás hechos históricos, y comprobables, de la ICR. Entonces, ¿para qué tanta defensa inútil de su Iglesia y de lo católico? Además, cualquiera que le responda a uno que es anglicano, después tendría que aclararle si cercano a Roma o si es evangélico; aquellas tropelías que detalla, ¿no se cometerían a beneficio de Roma? Me ha parecido un buen trabajo el de el señor Monjo, y, ni me interesa especialmente, ni me alegra conocer más de la corrupción católica.
 
Respondiendo a Sergio de Lis

manuel mora
13/11/2013
12:10 h
8
 
Comentario 5 lo que usted dice nadie aquí lo dice excepto usted que lo dice; mire en las iglesias reformadas hay varias opciones, las reformadas presbiterianas y la reformadas episcopales, en las primeras el gobierno es a través de ancianos y en las segundas a través de obispos y arzobispos . De lo que se ha venido tratando, al parecer usted no se ha dado cuenta, es la defensa del trazado de la doctrina correcta, esto es, aquella propuesta por Jesucristo y sus apóstoles, en ningún caso se ha defendido a los parroquianos ni la denominación en el sentido de postulado o significación. Personalmente me he encontrado en iglesias de una exquisita predicación doctrinal con personas cuyo trato es pe
 
Respondiendo a manuel mora

Javier
12/11/2013
22:54 h
7
 
(SIGUE) Lo que demuestra que el modelo bíblico es el que defendemos tanto el Sr Monjo como otros lectores: el reformado y calvinista de separación estricta Iglesia-Estado. No el cesaropapismo anglicano o luterano, ni, por supuesto, el de Roma y el papado.
 
Respondiendo a Javier

Javier
12/11/2013
22:54 h
6
 
Jejeje, qué bien se sabía que Ikari iba a salir con el “y tú más”. Sin querer… ha terminado dando la razón al Sr. Monjo: las iglesias que se mezclan con el Estado, ya sea que estén controladas por él (la anglicana u otras protestantes en Europa del norte) y las que pretenden estar aún por encima de la ley y el Estado (COMO LA IGLESIA DE ROMA), son grandes focos de corruptela humana.
 
Respondiendo a Javier

ikari
12/11/2013
22:54 h
5
 
Perdón don Mora, estos cuentos no me los trago. Hablando de los beneficios de la corrupción es de recordar el despreciable papel chantajista del clero anglicano y los ingleses durante la 'hambruna de la Patata' en la católica Irlanda, Las propiedades desahuciadas y embargadas, incluso los terrenos de terratenientes en bancarrota se subastaron, siendo adquiridas por subitos anglicanos y la misma Iglesia Anglicana, que subieron las rentas con el objetivo de expulsar a las familas. Esto a más de elevados impuestos que recaían sobre la producción en un proceso de exterminio de la nación catolica irlandesa. Perdón don Mora, que no me venga a decir EM que los reformados fueron todos angelicales e
 
Respondiendo a ikari

jrmm
12/11/2013
22:54 h
4
 
De aquí la frase ''Sin oficio ni beneficio''
 
Respondiendo a jrmm

manuel mora
11/11/2013
19:20 h
3
 
Aun a riesgo de que Ikari baje como un estuka en los primeros años de la segunda guerra mundial, me parece muy acertado y clarificador lo expuesto por usted, sr Monjo. También sería atronador si las paredes de los registros de la propiedad y de los notarios 'hablasen' sobre donaciones 'legales' hechas por personas solas, enfermas, ancianas y con debilidades mentales a la eclessia por la visita reiterada y confesión in extremis de ciertos religiosos que nunca se ocuparon de repartir estas riquezas, pertenecientes a los familiares de los fallecidos, entre los mas miserables y necesitados, sino que se ocuparon de retener los bienes y dineros para su uso privado o de la orden a la que pertenecía
 
Respondiendo a manuel mora

Ikari
11/11/2013
19:20 h
2
 
No, esto no corre, ¿y los tributos impuestos por las iglesias reformadas a sus fieles? Famosa es la de la Iglesia Anglicana por ejemplo. ¿Y para cuando hablamos de los beneficios que acarrea la corrupción en ambientes protestantes? Esto hace muy prosperos a iglesias que abarcan al 64% del total de los evangélicos. Sr. Emilio Monjo, acaso la historia que del que Vd con un sesgo impresionante trata no arroja luz sobre las realidades presentes en que Vd y los suyos viven?, ¿de que sirve hablar de la historia si no ha de sacar lecciones válidas para no repetir los mismos errores pasados? No, esto no corre, especialmente entre los que nos conocemos en demasía don Emilio.
 
Respondiendo a Ikari

jrmm
10/11/2013
22:30 h
1
 
Espeluznante
 



 
 
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