La semana pasada el Pastor Rick Warren de la Iglesia Saddleback en California creó controversia entre líderes cristianos de trasfondo asiático cuando puso una figura de la Guardia Roja china del tiempo de la revolución cultural en su Facebook. Quería hacer un chiste diciendo que esa era la actitud de los que trabajaban en Saddleback.
Los líderes que reaccionaron negativamente hicieron notar que la Guardia Roja tuvo mucha dedicación, pero fue una fuerza destructiva en China, causando la muerte y el sufrimiento de millones, incluyendo de muchos cristianos.
Estos líderes sintieron que la acción de Warren reflejaba una insensibilidad al sufrimiento del pueblo chino, particularmente a pocos días de abrir una “sucursal” de Saddleback en Hong Kong.
Warren pidió disculpas, aunque se dice que también ha hecho alusiones similares con relación a la juventud nazi y movimientos similares.
Los defensores de Warren argumentan que los que reaccionan negativamente no están abiertos a su humor.
Este evento se da en medio de la cambiante cara del movimiento evangélico en EEUU. Tradicionalmente este ha sido un movimiento “blanco” con pequeñas comunidades de otros trasfondos raciales y étnicos. Sin embargo, el crecimiento actual de las iglesias evangélicas en EEUU se está dando casi exclusivamente entre los grupos minoritarios. Este cambio demográfico significa que las relaciones inter-culturales son una parte cada vez más importante del crecimiento del movimiento evangélico en EEUU.
Uno de los problemas del humor transcultural es que lo que hace reír a uno al ver al “otro” no siempre tiene el mismo valor humorístico para ese “otro”.
Símbolos y costumbres que son risibles para un pueblo pueden suponer significados negativos y dolorosos para otros.
Por supuesto que siempre existe la posibilidad de la hipersensibilidad. Sin embargo,
la primera regla de los chistes inter-culturales debiera ser que un pueblo se puede reír de sí mismo, pero no debe reírse de otro pueblo.
Y
la segunda regla estaría ligada a la primera; el hecho de que un pueblo se ría de sus debilidades no me da a mí el derecho de reírme de ellos. Si “ellos” me invitan me puedo reír con ellos, pero no hacerlos objetos de mis chistes. Y por supuesto siempre debo recordar que lo que es humorístico desde mi perspectiva no lo es necesariamente desde la experiencia de la otra.
El intento de humor de Warren se hace más complicado en un país donde la mayoría blanca ha tenido el poder y ha podido decidir cuando y cómo definir a los otros pueblos de EEUU.
Históricamente ha habido muchos chistes “evangélicos” que eran un insulto a otras etnias y nacionalidades. Sin embargo, una iglesia global necesita una consciencia global. Hacer chiste de la experiencia o del dolor ajeno, por más inocente que sea, nos aleja de quien carga la memoria de ese dolor.
La realidad es que todos somos propensos a reírnos de “los otros”. Se nos hace fácil minimizar el dolor ajeno causado por nuestra acción. Y ese peligro siempre será más fuerte para quien está en posición de poder con relación a quien es el objeto de la risa.
En la vida del Reino necesitamos saber no tomarnos muy en serio. Pero también necesitamos darle pleno respeto al otro, particularmente a quien es diferente a nosotros.
El mejor chiste inter-cultural evangélico será uno en el que aprendo a comunicar mis debilidades a mi hermano de otra cultura y donde aprendemos juntos a reírnos de nuestra común experiencia y debilidad humana.
Todo esto me hace recordar que había una pastora chicana que no dominaba muy bien el español y que fue invitada a predicar en México…. ;-)
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