Los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, trajeron consigo una serie de cambios políticos que sacudieron a Cuba. En términos generales, esos cambios fueron el resultado de la divergencia entre el ideario emancipador y los intereses de grandes potencias.
Durante la segunda mitad del siglo xix, los cubanos libraron una larga batalla contra el régimen colonial español. En 1868, se inició la llamada Guerra Grande, que terminó diez años más tarde con el Pacto de Zanjón, acuerdo que no garantizó ninguno de los objetivos del conflicto: la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud.
Al final, España ganó la contienda, pero la pérdida de vidas y la destrucción física prácticamente acabaron con la economía insular, y muchos cubanos tuvieron que exiliarse.
El 24 de febrero de 1895, estalló la Guerra de Independencia. Entre sus grandes figuras estaban los mayores generales José Martí —también delegado del Partido Revolucionario Cubano—, Máximo Gómez y Antonio Maceo. La contienda condujo, obviamente, a una situación de inestabilidad política y económica en el país.
En medio de tales circunstancias, los Estados Unidos intervinieron en Cuba usando como pretexto la voladura de su buque acorazado Maine, mientras se hallaba fondeado en la bahía habanera.
De esa forma, se desató la Guerra hispano-cubano-norteamericana de 1898, que puso fin al dominio español sobre Cuba y marcó el inicio de la ocupación estadounidense.
El 1ro de enero de 1899, quedó constituido oficialmente el primer gobierno de ocupación en la Isla, que se prolongó alrededor de tres años. Según la administración estadounidense, su presencia provisional respondía a la necesidad de instaurar el orden, detener la hambruna y reducir las epidemias producidas tras la reconcentración que había sido decretada por el penúltimo capitán general español, Valeriano Weyler.
Sin embargo, los años que siguieron al “desastre del 98” vieron agudizarse problemas económicos y sociales anteriores. En 1901, se aprobó la famosa Enmienda Platt, que, hasta su derogación en 1934, reguló las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, permitiendo que estos últimos intervinieran cuando lo estimaran necesario.
Con la proclamación de la República de Cuba, el 20 de mayo de 1902, se inició una nueva época en la historia nacional. Si bien el proceso de reconstrucción detuvo la ruina que amenazaba la Isla, los tratados comerciales, los desmanes contra obreros y campesinos y el impacto de las dos guerras mundiales fueron factores decisivos en el contexto sociopolítico y cultural del país.
Durante este período, se produjeron acontecimientos relevantes, como una segunda intervención estadounidense, entre 1906 y 1909, provocada por la renuncia de Tomás Estrada Palma, primer presidente republicano.
Tales condiciones produjeron varios resultados. Uno de ellos fue la dependencia de Cuba de la política interior y exterior estadounidense. Otro, el surgimiento de políticas dictatoriales, como las desplegadas por los presidentes Gerardo Machado (1925-1933) y Fulgencio Batista (1952-1958).
En lo social, varias leyes fueron aprobadas durante la denominada Revolución del 30 y ampliadas por gobiernos posteriores. Después de una etapa caracterizada por ciertas libertades, pero también por corrupción administrativa, se produjo, en 1952, un golpe de Estado encabezado por Fulgencio Batista.
El resultado fue la insurrección contra su gobierno, que
consiguió el triunfo en 1959 de una nueva revolución liderada por Fidel Castro. Con el tiempo, esta fue radicalizándose hasta convertir a Cuba en el primer país socialista de América.
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