El Gobierno de Estados Unidos está casi paralizado mientras el país vive con la necesidad de sacar adelante una adecuada ley que garantice el cuidado médico de sus ciudadanos.
El pasado viernes la Cámara de Representantes de EEUU votó por una autorización de gastos para el nuevo año fiscal sin fondos para la nueva ley de salud pública comúnmente llamada “Obamacare”.
Este voto es crucial porque
1) el 1º de octubre es cuando comienza el año fiscal y sin un voto de autorización el gobierno no podrá implementar los planes de gobierno a partir de esa fecha
y 2) el 1º de octubre también es la fecha en que se comienzan a implementar muchas de las cláusulas de la ley Obamacare.
Los republicanos argumentan que la ley tiene muchos defectos, tantos que aún la propia administración Obama está permitiendo que algunos de los reglamentos no lleguen a entrar en vigor en este próximo año.
Pero es evidente que muchos republicanos ven este momento como la última oportunidad para frenar la realización esta ley. Ellos nunca han aceptado que se aprobara esta ley, y lamentan que no pudieron sacar a Obama de la Casa Blanca en 2012 entre otras cosas para dar marcha atrás a la misma.
Siendo que el Senado no votará por esta versión de autorización de gastos es posible que el país, la economía nacional y aun la economía mundial queden adversamente afectados a partir del 1º de octubre.
Pero hasta la fecha
los republicanos sólo han podido decirnos que no están de acuerdo con el Obamacare; nunca han propuesto una alternativa que responda a las necesidades de salud del país.
Esto se da dentro de varias realidades que nuestro país, donde por ejemplo se opta por ignorar que:
1) Gastamos más
per cápita para la salud que cualquier país industrializado;
2) Tenemos un nivel de salud muy por debajo de la comparación con esos mismos países,
y 3) tenemos el porcentaje más alto de personas sin seguro médico de cualquier país industrializado.
Sin embargo, cualquier esfuerzo por mejorar estos problemas crea una oposición vehemente y divide al país. A día de hoy más de la mitad de los estadounidenses están en contra de Obamacare como sistema, aunque están a favor de mucho de lo que establecería.
La realidad es que Obamacare no es un plan muy bueno, pero es lo mejor que se pudo aprobar dentro de la situación política del momento.
Pero incluso este plan limitado peligra con dejarnos trabados a nivel nacional.
Incluso a los demócratas no les importa demasiado que no logren lo que buscan, ya que están seguros de que esta acción republicana les favorecerá en las futuras elecciones del 2014. Así que no parecen tener voluntad política para evitar esta parálisis.
Como siempre los que son más adversamente afectados por este debate incesante son los más pequeños. Si se cierran oficinas de gobierno, afectará a trabajadores y a los ciudadanos que dependen de servicios gubernamentales.
Si no se implementa Obamacare los millones de personas sin seguro sanitario seguirán así. Y si queda bloqueado el Gobierno de EEUU podría afectar adversamente a la economía mundial, algo que haría más daño a los pobres del mundo.
Y en medio de este parálisis gubernamental se pierde de vista la necesidad de lidiar con otros asuntos que urgen en el país, tales como la reforma migratoria.
Así que, sigue sufriendo el que menos puede defenderse.
Mientras los republicanos y los demócratas se siguen peleando y existe la posibilidad de que el gobierno quede paralizado otros tienen que salir en ayuda de las necesidades de los pobres y los inmigrantes.
Que el Señor nos de la disposición a seguir sirviendo a los necesitados abandonados por nuestro gobierno y el compromiso de seguir llamando a nuestros líderes políticos a cumplir con su compromiso de legislar a favor del pobre y el inmigrante.
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