A lo largo de esta serie, hemos propuesto revisar los conceptos de salvación, misión, espiritualidad, discipulado, iglesia y liderazgo con el fin de afrontar los retos del S. XXI. Sin embargo, no podemos ignorar cuál es el epicentro de la renovación que necesitamos y quiero dedicar el último artículo al mismo.
En estos días, muchos cristianos han expresado a través de las redes sociales que Jesús es una persona viva que no puede reducirse solamente a lo siguiente:
- Palabras...Pues Él es la realidad de todas ellas.
- Doctrinas... Sus inescrutables riquezas desafían toda definición.
- Verdades... Él es una Persona Viviente, y no sólo una proposición.
- Principios... Él es la viva personificación de toda virtud.
- Moral... Nuestro estándar no es un código de conducta sino un carácter, el suyo en nosotros.
- Teologías... Él es la manifestación viva del carácter de Dios.
- Religiones... Él no vino a traer religión sino vida.
- Sistemas... Todo intento por contenerlo llevará indudablemente al fracaso.
- La Biblia... La Escritura nos alumbra, mas Él es la luz.
Lo dicho a lo largo de estos artículos solo tendrá valor si nos ayuda a expresar mejor la vida de Jesús a este siglo
. La iglesia necesita expresar una vida cristiana genuina y esto no es ni más ni menos que volver a vivir su vida. Rick Joyner dijo
“Esta es una de las razones de la gran incapacidad de la iglesia de nuestros días; hemos convertido a la gente a NUESTRAS iglesias, a NUESTRAS doctrinas, a NUESTROS proyectos y organizaciones -a casi cualquier cosa excepto a Cristo mismo”. ¿Será porque a veces olvidamos de vivir su vida?
Rolland Allen, en su libro “The Compulsion of the Spirit” dijo:
“La expansión espontánea de la iglesia reducida a su elemento es una cosa muy sencilla. No exige una organización elaborada, ni grandes finanzas, ni montones de misioneros asalariados. Al principio puede tratarse del trabajo de un solo hombre y de un hombre sin experiencias de las cosas de este mundo, sin la riqueza de este mundo. Lo que se necesita es fe. Lo que se necesita es el tipo de fe que al unir a un hombre con Cristo, le hace arder”.
¿Por qué el movimiento de la iglesia primitiva y el de la iglesia clandestina en China ha crecido como pocos en la historia?, ¿podría ser porque se trataban de verdaderos creyentes?.
Sin duda, si uno está dispuesto a dar su vida por la fe en Jesús, estamos hablando de altos niveles de amor genuino hacia él. En china fueron despojados de sus lugares de reunión, de sus líderes, de sus teólogos, de toda conexión externa. La persecución les obligó a correr ligeros de equipajes, pero también a aferrarse al epicentro del asunto, y al hacerlo, parece que se desató un poder que a veces estamos poco acostumbrados a ver.
Alan Hirsch en su obra “Caminos Olvidados” dice al respecto:
“Aferrarse a Jesús desesperadamente, empaparse de la oración, depender del Espíritu y hacer del evangelio el mensaje llano y sencillo de que Jesús es Señor y Salvador, todo ello sirvió de catalizador al potencial misional inherente al pueblo de Dios”
Creo que
necesitamos rendir nuestras vidas a Jesús y permitir que él nos haga su viva, libre y genuina expresión. Si hay que hacer deconstrucción, que sea para liberarnos de todo a lo que nos abrazamos más fuerte que a él mismo. Dios nos ayude a aferrarnos al epicentro del asunto sin la necesidad de una persecución como la del primer siglo o la china comunista, las cuales parecen muy buenas para destapar la verdadera fe y dejar a un lado lo que nos distrae tanto.
La obra redentora de Jesús no solo nos permite pasar la eternidad con Dios, sino que da el poder de reproducir el ministerio del Maestro hoy, ¿creemos que hay poder suficiente en la cruz para ello?.
No podemos separar la Cruz de la vida de Cristo y es esa Cruz la que permite que su vida se reproduzca en nosotros y que las pisadas del Maestro puedan ser las que podamos pisar en el S.XXI.
En nuestros círculos cristianos, hemos relacionado las obras con el mérito personal. Esto nos ha llevado a entender la gracia separada de acciones y a vivir una fe de pensamiento que deja a nuestro cuerpo sin entrenamiento para enfrentar los retos de la vida cristiana. Sin embargo, la salvación no es sólo perdón de pecados, es también vida.
“Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” dijo el Maestro y “ya no vivo yo, más vive Cristo en mí” dijo uno de sus discípulos.
No podemos perder el norte, no se trata de nosotros, sino de él, ni siquiera de nuestras obras, sino de las suyas.
La vida de Jesús es la única que su cuerpo necesita para impactar a esta generación y enfrentar los nuevos retos.
Cuando empezamos
www.andandoenelcamino.com decidimos despojarnos de toda tradición y fórmula para establecer iglesias, simplemente preguntamos: “¿Señor, dónde podemos colaborar contigo?, queremos vivir tu vida”.
En los siguientes meses fuimos llevados a un piso semi-okupa donde vivían jóvenes que practicaban parkour, un deporte urbano donde los chicos se desplazan saltando cualquier obstáculo.
Allí un joven cristiano, al cual las iglesias clasificaban como “apartado del Señor”, había orado por su amigo enfermo de cáncer que ahora manifestaba que Jesús le había sanado. También habló de Jesús a otro chico prácticamente olvidado por su familia, quien entregó su vida a Cristo; ninguno de los dos “parkurianos” conocían las iglesias institucionalizadas como tú y yo las conocemos, pero se bautizaron en la playa delante de sus amigos aún no cristianos y descubrieron que ellos eran la iglesia en el contexto del parkour; Jesús viviendo entre ellos y desde ellos.
Después una chica enfadada con Dios por todo lo que pasó en su país de origen, descubre que el Creador escuchó su oración y acaba confesando entre lágrimas que le habla de manera inexplicable cuando lee su Biblia. Confiesa que nunca será parte de una estructura católica o evangélica, pero descubre que ella es iglesia porque forma parte del cuerpo de Cristo.
Una iglesia que salta los muros de la ciudad es una imagen muy diferente a la que siempre tuve de ella. Nunca me imaginé que personas formarían la iglesia fuera de mis queridas y seguras estructuras evangélicas, pero si la iglesia es el cuerpo donde habita Cristo, no puedo negar que ésta puede nacer donde menos nos imaginamos.
En esta generación algunos se sienten atraídos por Jesús a la vez que huyen de las religiones institucionalizadas. Nuestro llamado no es a convencerlos de que nuestras estructuras eclesiales son las mejores, nuestro llamado es a ir y hacer discípulos, sabiendo que el fin es que el carácter de Cristo sea formado en las vidas. Además, Jesús ha dicho que él edificaría la iglesia.
Lo que pasa, es que nosotros hemos dejado de hacer discípulos y nos hemos puesto a edificar la iglesia.
Llegados a este punto permíteme resumir brevemente la serie: cuando vimos que nuestro pecado ha roto nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, con el prójimo y con el entorno, entendimos que Jesús ha venido a restaurar todo lo estropeado. Su vida en nosotros es la que nos lleva a recuperar una espiritualidad integral, de obediencia 24/7 y la que permite una misión integral en este mundo a través de nosotros, su iglesia. Su vida es la que debe determinar la organización de nuestras comunidades cristianas, de manera que él se manifieste a través de cada miembro del Cuerpo y reproduzca la vida de Jesús en nuestros lugares de estudio y trabajo, en nuestros vecindarios y en nuestras calles.
Cristo es y debe ser el centro gravitacional que de significado, sentido y valor a los conceptos que hemos visto, sin él, estaríamos hablando de elementos desconectados y perdidos en el espacio. Jesús crucificado, resucitado, entronado y vivo hoy debe ser nuestro destino, nuestra pasión y nuestra vida. La vida misional no es otra que su propia vida.
El Dios de paz en su misericordia nos saque de toda comodidad y nos haga decir como el apóstol Pablo
“a Dios le ha placido revelar a Su Hijo en mí” , porque en cierto sentido, la encarnación continua.
Te dejo con un video que me anima a no quedarme quieto con información en mi mente, espero que te emocione tanto como a mi y que respondas adecuadamente para que su vida sea tu vida y este siglo la vea:
Este artículo forma parte de la revista P+D Verano/08 quepuedes descargar aquí (PDF), o leer en el navegador a continuación:
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