Introducción: Serie Juventud from
Yvan Pinto on
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Hoy comenzamos una nueva serie relacionada con la juventud. En estos ocho artículos intentaré acercarme a la realidad juvenil desde distintos vectores, intentando describir e identificar pautas que nos permitan desarrollar y educar integralmente a jóvenes. Con “desarrollo integral” del joven me refiero al hecho de que, aún el objetivo principal de esta serie sea el desarrollo espiritual del joven, no quiero dejar fuera otros aspectos, como son el intelectual, el afectivo/emocional o el físico; y ya iremos tocando varios de estos aspectos.
Espero que este, y los próximos 7 artículos te sean de ayuda, y también espero que tus comentarios puedan nutrir cada uno de ellos. No pretendo erigirme como una autoridad en la materia, tan solo
deseo que mi experiencia en el ámbito juvenil pueda servir para todas aquellas personas que tienen una carga por hacer de los jóvenes personas coherentes con su fe y su entorno, que vivan bajo los principios y consejos del Maestro y que puedan verse como agentes de cambio y transformación en medio de este sistema-mundo en el cual nos encontramos. Para vosotros va esta serie.
¿Cuándo hablamos de “Juventud”, de qué estamos hablando?
Escribir acerca de la juventud es una tarea que a priori no pareciera ser tan complicada. Pero, ¿Cómo podemos acercarnos a la categoría “juventud”? ¿Es acaso la “juventud” un objeto en sí mismo del que podamos hacer un análisis como si de una piedra se tratase, estudiada por un geólogo? Lo primero que viene a la mente cuando pensamos en “juventud” es el hecho biológico, el paso de la niñez a la edad adulta, el cambio hormonal, emocional, intelectual y afectivo que se muestra en ese estado “liminal” (si podríamos denominarlo así) en el que se encuentran millones de personas en el planeta. O en su defecto
¿Podemos decir que la juventud es un estado del alma, un “state of mind”, por el cual pasamos muchos, y otros no dejan de estar, independientemente de su edad biológica o intelectual?
¿Qué es lo característico de la “juventud”, lo que nos hace preocuparnos por ella, crear literatura, crear políticas y movilizar un magacín digital para crear una serie de artículos acerca de ello?
La verdad, no pretendo dar respuesta a estas cuestiones, tan solo,
a través de este artículo y los subsiguientes, hacer una aproximación a la categoría “juventud”, intentar identificar qué es y cómo ha llegado hasta nosotros, para luego proceder a utilizar esas perspectivas y aplicarlas a la preocupante tarea de desarrollar integralmente a las personas dentro del rango de edad que denominamos juventud.
¿Qué es “JUVENTUD”?
Creo que podríamos comenzar diciendo que la “juventud” no existe, al menos no como se nos hace querer entender. “¿Cómo? Si estoy lidiando con uno de ellos en mi casa en este momento”. Creo que podrías estar pensando esto o muchas otras cosas en este instante, pero mi afirmación tiene que ver con que la categoría “juventud” solo tiene fundamento en el plano biológico, como un estado de paso entre la niñez y la madurez, y fuera de este estado biológico, la categoría “juventud” ha sido construida socialmente desde que pasamos a ser una sociedad hiper-compleja, que ya hasta resulta paradójico y cómico que hablemos de “juventud” cuando nos referimos a personas de 34 años (edad para la cual es el límite para los políticas gubernamentales relacionadas con juventud). Y es esa realidad social y la modificación de nuestras pautas a nivel de personas jóvenes que hemos creado un espacio “juvenil”, una etapa “juvenil” que tiene sus propias raíces en la socialización y no en la biología. ¿Qué estoy diciendo? ¿Qué no hay jóvenes? No, no es eso, lo que intento decir es que
muchos de los que denominamos “jóvenes” ya no lo son, que biológicamente ya poseen el desarrollo para ser llamados maduros. “Pero, ¿Cómo va a ser maduro si aun se comporta como un niño?” Dejadme que haga una nueva pregunta para responder la anterior, ¿Es esa “inmadurez” un resultado de su juventud biológica o acaso el resultado de una socialización y culturalización que impide que se comporte como maduro? Como dice un buen amigo mío, ¿Me he sabido explicar con suficiente claridad?
El mejor ejemplo para esto es ver como las sociedades antiguas poseían y muchas aún poseen “ritos de paso” (Bar Mitzvá en el caso de los hebreos), para definir en el tiempo el proceso de dejar atrás la niñez y entrar en la madurez.
El único punto que me gustaría dejar claro en este artículo, para poder basar los subsiguientes en eso, es que
la juventud sí existe, pero separada del ámbito biológico. Es solo una categoría que hemos construido a nivel social y que hemos ido modificando a través del tiempo. Fuera de este contexto, no existe fundamento para hablar de lo “juvenil”. Perdóname, pero si tienes más de 30 años de edad, no eres joven, eres un ser adulto, maduro, con capacidad física, anatómica, biológica, hormonal, intelectual y afectiva para comportarte como tal. Y ojo, que los 30 años han sido un valor arbitrario, que lo mismo podríamos decir de uno o una de 25 años, y de 20 también.
Por ello, creo que mucho de lo que padecen aquellos que denominamos jóvenes, es el hecho que su madurez no es contemplada como algo natural, sino que se les sigue tratando como joven cuando ya no lo son, por lo anteriormente descrito. Y asimismo,
creo también que mucho lío ahorraríamos si comenzáramos a tratar a personas de ciertas edades como personas adultas, maduras y capaces de relacionarse como tales. Esto les daría una visión distinta de su espacio vital, y le permitiría crear un auto-concepto de responsabilidad y coherencia. Pero ya ves, seguimos tratando a los adultos como jóvenes, y a veces queremos que los jóvenes biológicos se comporten como adultos. Vaya lío!!
Dejadme terminar con una pregunta:
¿Qué tendría que pasar para que comencemos a tratar a muchos jóvenes como personas responsables y autónomas?
A través de los artículos subsiguientes intentaré acercarme a la realidad social que es la juventud, intentaré analizarla desde distintos ámbitos y buscaré aplicar esas conclusiones al desarrollo espiritual e integral del “joven”. ¿Joven Biológico o Joven Social? Lee y verás a cual me refiero.
Este artículo forma parte del Número 1 de la Revista Protestante Digital Verano. Puedes leerla a continuación odescargarla aquí (PDF).
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