UNA POETA DE NICARAGUA
Sólida y a la vez ardiente escritura la de esta teóloga, poeta y narradora nicaragüense nacida en la ciudad de Granada el año de 1946. Sus obras, publicadas casi siempre combinando géneros literarios, son las siguientes:
El Viento armado(poesía, 1971),
Augurios (poesía y cuentos, 1981),
Ars combinatoria (aforismos y cuentos, 1988),
Caminos de la estrella Polar (prosas poéticas, 1990),
Cantos de Ifigenia (poesía y cuentos, 1991, y, finalmente
, La soledad sonora (poesía mística, 2005).
La suya es una poesía labrada sobre los poderes del Amor. Así no se extravían los sentimientos; así se entrega a fuego lento al Señor. Y dice:
Me recosté en Tu corazón
para encontrar el mío.
Magníficos versos en torno a la carne que se hace Verbo, siempre en redención apasionada. Como cuando se prepara para hablarle a Él: “Saldré a buscar mi voz/ para decir Tu Nombre”.
Ella se licenció en Ciencias de la Educación, con especialidad en Filología. Posteriormentehizo Estudios de Teología en el Seminario Bautista de Managua y en la Facultad de Teología del Centro Intereclesial de Estudios Teológicos y Sociales (CITES), también de la capital nicaragüense. Entre 1962 y 1972 enseñó Literatura en institutos y colegio de dicha ciudad, pero luego dio clases en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad Centroamericana.
Creyente cristiana y practicante de los Evangelios, ni duda en dejar bien clara su postura al respecto, como cuando habla de las contradicciones de las iglesias cristianas, desde cuando hubo la alianza con el poder político: “El Constantinismo es lo contrario del Cristianismo porque se pone el Evangelio al servicio de un determinado gobierno y esto ha producido catástrofes a lo largo de la historia. La primera fue con Constantino en el siglo IV, cuando el Cristianismo deja de ser una religión de los pobres, de los oprimidos, de los perseguidos y se convierte en una religión del Imperio, y empieza a copiar todas las estructuras del imperio y a someterse a las necesidades del imperio. Con Hitler hubo muchas familias cristianas que arriesgaron sus vidas escondiendo judíos, comunistas, homosexuales o gitanos, pero a nivel de jerarquía hubo una gran complacencia con el fascismo, y Hitler no tenía reparo en declararse ferviente católico. Cuando una iglesia, la que sea, se alía incondicionalmente con un determinado sector o partido político, pierde su capacidad profética en el sentido de denuncia y anuncio”.
Pero volvamos a su prístina poesía. Aquí una bella esquirla, antes de los poemas que he antologado para esta ocasión. Ella pide al Amado:
Ayúdame a cruzar
la temible frontera del silencio,
vaciarme hasta de Ti,
mirar sin miedo
los ojos vacíos de la nada
y encontrarte.
SOBRE LA RELIGIÓN EN NICARAGUA
En una entrevista que le hacen, Michéle traza una radiografía sobre la religiosidad de su pueblo: “La religión no es percibida y ejercida de la misma manera por todos. Para algunos, la religiosidad es parte fundamental de su vida cotidiana. Por ejemplo, en los mercados: muchos pasan el día ahí con la radio encendida, escuchando emisoras evangélicas; en su lenguaje hay constantes alusiones a la religión. Otras personas limitan su religiosidad a los cultos dominicales, pero mantienen su creencia en la providencia divina. Para otras, más que de ‘religiosidad’ tendríamos que hablar de una ‘espiritualidad’ de signo no confesional, sin dogmas ni fundamentalismos. Es importante señalar que el tipo de religiosidad que se practica suele tener relación cercana con las necesidades de las personas. Así, entre menos poder –económico, social, laboral– tiene una persona, más fácilmente se puede inclinar por una religiosidad fundamentalista”.
Y luego, ella, sigue con su grande poesía:
Hoy te llamo silencio
palabra siempre insuficiente
música callada, Dios,
soledad siempre sonora.
CINCO POEMAS A TENER EN CUENTA
Parabienes a Michèle Najlis, por slos relámpagos breves de su poesía y, también, por el compromiso en torno al Evangelio integral.
Voz profética la suya, pero también voz de ámbar para el Amado.
SANCTUS
Santo, santo, santo, es el Señor, Dios del universo.
Llenos están, Amor, los cielos y la tierra de tu gloria.
Llenos de Ti mis ojos cegados por tu luz.
Llenos de Ti mis labios que repiten tu Nombre en cada nombre.
Llenos de Ti mis manos que buscan el claro manantial de tu sonrisa.
Llenos están mis pies de tu extravío.
Lleno de tu amor, Amor, está mi vientre bañado por el agua de la Vida.
Llenos de gozo mis cabellos, mis hombros cubiertos por tu gracia,
encendido de amor mi frágil corazón que a tientas ama.
Llenos están, Amor, los cielos y la tierra de tu gloria.
TU NOMBRE
Tienes todos los nombres
¿cómo te habré de llamar?
Gregorio Nacianceno
Tienes todos los nombres,
¿con qué nombre, Amor, he de nombrarte?
¿Cómo decir tu nombre
si he quemado mis labios
mi sexo, mi piel, mis ojos,
la palma de mis manos,
si he quemado mis naves
para que la memoria olvide
otro nombre que el Tuyo,
oh Tú, cuyo nombre
nadie puede nombrar?
¿Cómo decir Tu nombre
si tejes el horizonte de sus letras
como el mar teje el alba cada día,
como el viento teje el aire que respiro?
¿A quién he de quejarme
en esta soledad de amor herida?
¿Cómo decir mi queja dolorida
si tu nombre se escapa —como el agua—
entre mis manos
si tu boca rehúye
mi aliento enamorado?
Tienes todos los nombres.
¿Con qué nombre, mi Amor, he de nombrarte?
TOMA MIS OJOS
Toma mis ojos para que yo te vea
mis labios para que yo te hable
mi piel para que yo te toque.
Dame tu oído
para escuchar mi lamento de amor.
Dame tu boca
para decir tu nombre impronunciable.
Dame tu aliento
tu voz
tu brisa vespertina.
Dame tus manos
tus pies
tu arroyo en la montaña
tu silencio de la luz amanecida.
Dame tu amor, Amor,
para tocar al fin tu esquivo corazón.
PARA ESTAR, MI AMOR, DESAPARECES
Sellas mis labios con tu ausencia
hieres mi corazón con tu silencio
porque para estar, Amor, desapareces.
Si en soledad de amor te busco a tientas
si mis ojos ciegos y mi ciega razón
y mi mano que tiembla en cada letra
no alcanzan tu aliento que da vida,
déjame oír tu presencia en tu silencio
porque para estar, Amor, desapareces.
Si no hay luces ni sombras
ni claros desafíos, ni plácidos arroyos
ni playas, ni campos florecidos
ni lunas, ni tormentas,
déjame entonces encontrarte en el vacío
porque para estar, Amor, desapareces.
CANTOS DE IFIGENIA (fragmentos)
¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?”
Juan de la Cruz
¿Qué flores no te tomado de tus manos?
¿Qué fieras no he vencido por tu amor?
¿Qué oscuridad no he desafiado hasta el cansancio por tus ojos?
¿Qué centinelas no abatí para llegar al lecho en que reposas?
¿Qué auroras no he agotado tras tus pasos?
¿Qué bosques, qué peligros, no he cruzado valerosa?
¿Qué espinas no han herido mis manos y mis pies?
¿Qué lágrimas fatigan mis ojos doloridos?
¿Qué límites no he roto por tu cuerpo?
¡Cuántas veces abrí la puerta de mi alcoba
buscando tus palabras, tus besos, tus caricias!
¡Cuántas veces oí tu voz que me llamaba
y el aire de tu cuerpo danzando tras mi puerta!
Mi alma se escapaba al escucharte,
pues mi amor se alzaba hasta lo alto de los cielos
y mi llanto fecundaba el agua de los mares
Pero esta llama que arde ¿habrá de consumirme?
Este fuego que abrasa ¿habrá de calcinarme?
Este fulgor ardiente ¿habrá de aniquilarme?
¿No me darás un día el vino de tus labios?
¿No curarás mi cuerpo lacerado?
¿No me llevarás a tu viña florecida?
¿No me conducirás al monte donde sopla la brisa?
¿No me harás beber el agua del arroyo?
¿No habrá luz para mis ojos ni música que alivie mis oídos?
¿No habrá para mí descanso entre tus brazos?
¿No reposará mi cabeza reclinada en tu pecho?
¿No pastarán mis palabras cansadas
en el dulce remanso de tus besos?
¿Por qué, pues me has llagado
no tomas esta vida que robaste?
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