EL EDIFICIO DE LA IGLESIA ES UNO (II)
“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”(1)
Es un hecho que ningún edificio será perdurable si su responsable desestima la importancia que tiene el terreno donde lo construirá. Otro aspecto de la construcción, tan importante como el primero, es que el fundamento debe estar calculado en relación con el peso que tendrá el edificio cuando esté en pleno uso. Ese peso final es el que incluye las cargas adicionales: el mobiliario con que estará equipado, las personas que lo usarán y la incidencia de factores climatológicos típicos de su ubicación.
Generalmente, los reglamentos técnicos oficiales obligan a calcular las estructuras con la inclusión de un “coeficiente de seguridad” con el cual se incrementa la capacidad resistente de la estructura del edificio. En conclusión: el cimiento, base o fundamento de un edificio -aunque la mayoría de las veces sea invisible- es de vital importancia para asegurar la sostenibilidad de una construcción.
2. El fundamento del edificio. Ya aclaramos en nuestra anterior que a lo largo del NT no hay ningún indicio sobre una organización apostólica con Pedro actuando como delegado especial de Jesucristo. Tampoco Pedro se comportó como tal, dando pruebas de todo lo contrario. Siguiendo la enseñanza del Señor sobre el hombre prudente, Pablo les enseñó a los corintios sobre la iglesia de Dios
cuyo fundamento es Jesucristo (2).
Sin embargo, el mismo apóstol enseña a los efesios de manera clara que los creyentes en Jesucristo somos:
“(…) edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”(3)
El apóstol Pablo les dice a los corintios que Jesucristo es el único fundamento; y a los efesios les dice que los apóstoles y profetas son el fundamento.
¿Existe una contradicción de parte del apóstol a los gentiles?Sólo en apariencia; y eso, para quienes aún no tienen en claro el alcance limitado de las figuras frente al misterio de la Revelación, como ya comentáramos en nuestra nota anterior. Leyendo en el contexto de todo el NT vemos que Pablo utiliza “fundamento” de las dos maneras: como vocablo figurativo y como verdad revelada. El contexto indica al lector la variante en cada caso.
3. La principal piedra del ángulo.Esa es en una piedra de mayores dimensiones que las demás, que se ubica en las bases de las esquinas formadas por dos muros. También en el arco, común en aquella época, la piedra central cumple la misma función (
ver a ambas en la ilustración). Esos son elementos del conjunto material del edificio, son parte integral de él. Si no estuviesen donde están, la construcción quedaría expuesta a riesgos previsibles.
Jesucristo asegura su presencia en toda asamblea reunida
en su nombre (4), y en ella construye el edificio espiritual “
para morada de Dios en el Espíritu”. También lo hace con el cuerpo del que es su cabeza.
Uno de los misterios del evangelio es que su figura central y fundador de la iglesia no estuvo físicamente con los primeros testigos después de su ascensión. Pero estuvo en el Espíritu con el que los empoderó
(5). Desde el comienzo de su misión, el Señor de la iglesia nunca los abandonó, siempre estuvo con ellos como principal piedra del ángulo. El hecho que Jesucristo esté en el fundamento junto con quienes dieron testimonio de él a lo largo del primer siglo, reafirma el cumplimiento de la promesa dada a ellos cuando les encomendó la misión
“y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (6)
Para Pablo el fundamento es Jesucristo: anunciado en la predicación, invocado en la exhortación y central en la enseñanza apostólica y profética. Los testigos oculares del ministerio terrenal de Jesucristo al cumplir con la misión encomendada fueron constituidos un monolítico cimiento afirmado en la Roca, junto con Jesucristo glorificado. Recién después de poner esta sólida base otros habrían de sobreedificar.
Así lo interpretó Pablo cuando les declara a los corintios:
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento.”
(7)
Analicemos qué les informa: en primer lugar, que él obra como consecuencia de la gracia que le ha sido dada por Dios; no porque tuviese sabiduría o conocimientos adquiridos en una universidad. En segundo lugar, que la tarea que él cumplió es comparable a la de un perito arquitecto. No dice “yo perito arquitecto” sino
“como” (
de la misma manera que,
con la misma capacidad de) un
perito arquitecto.
El “perito arquitecto” tiene como función la elaboración de informes periciales, peritajes, dictámenes, reconocimientos y demás pruebas requeridas por los tribunales de justicia para ilustrar a los jueces que deben decidir sobre puntos en litigio. A pesar de no haber estado con Jesús, como los doce apóstoles, Pablo estaba en condiciones de saber sobre quién descansa el edificio de la iglesia. Al predicarles el evangelio –poder de Dios para salvación a todo el que cree
(8) - Pablo pone el fundamento que es Cristo, porque es el único capaz de unir a judíos con gentiles
(9).
Gracias al conocimiento que había recibido por directa Revelación del Espíritu
(10); podría desnudar los enfrentamientos personalistas y poner fin a los litigios que dividían a la asamblea de Corinto; y con su intervención también nos dejó una guía metodológica a seguir por los que somos testigos de Jesucristo.
Hay un evangelio, hay un solo fundamento: Jesucristo.
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto.”(11)
4. Los materiales que usa Cristo para edificar su iglesia.El apóstol Pedro nos dice que somos piedras vivas antes de ser edificados una casa espiritual
(12). Las piedras vivificadas por Jesucristo son las únicas usadas para edificar la casa espiritual. La iglesia de Cristo no vivifica a las piedras, estas son vivificadas en Cristo. Todos los que creemos en Jesucristo estamos unidos los unos a los otros gracias a nuestra relación individual con Él.
Pablo habla de un edificio que se va levantando y no deja de crecer. ¿Cómo ocurre esto? Porque no son sus siervos sino el Señor el que cada día añade a Su iglesia los que habrán de ser salvos
(13); las piedras nuevas que se incorporan al edificio son todas piedras vivas escogidas para ocupar un sitio ya prefijado en el muro
(14) hasta llegar a ser
“un templo santo en el Señor para morada de Dios en el Espíritu”
(15).
Así, el edificio de la iglesia de Jesucristo no es el lugar de culto al que se llega yendo en coche, andando o en autobús. Es un edificio espiritual con vida real, cuyos muros crecen y se convierten en murallas que detienen furiosos embates del enemigo; provisto con alarmas que detectan y espantan la presencia de falsos constructores cuya misión es ocultar vicios constructivos; que tiene equipos especializados en todo lo que hace a un edificio inteligente, sostenible y bien ejecutado; cuyo proceso constructivo se ajusta al Manual de construcción entregado por Jesucristo a sus amanuenses escogidos. Este edificio crece, se va perfeccionando y limpiando, y quedará completado el día de la segunda venida de su dueño
(16).
5. ¿De qué manera es construido el edificio de la iglesia?“Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”(17)
La iglesia de Jesucristo tiene una comunión viva que se verifica durante el proceso de su construcción. Por ser espiritual e invisible no deja de ser real; se hace visible allí donde los creyentes se congreguen en el nombre y para la gloria de Jesucristo: esto es lo que se conoce en el NT como
iglesia local.
En las congregaciones locales no hay dos creyentes iguales; cada creyente aporta aquello que Dios le ha provisto gratuitamente para contribuir a la edificación. Debido a que no todos están en el mismo grado de desarrollo espiritual se hace imprescindible la solidaridad entre todos; un reconocimiento de las responsabilidades de cada uno y del apoyo que todos deben brindarse para un crecimiento armonioso del conjunto. Ese aporte de cada uno refleja la unidad en Cristo, y será probado con fuego, trayendo el Señor la recompensa a cada uno en su venida
(18).
Aquí deseo hacer una observación, desde mi parcializada visión de arquitecto con experiencia en construcciones:
Construir un lugar de culto para la congregación local es una excelente ocasión para saber de primera mano lo que Dios, el Arquitecto, hace con Su iglesia espiritual. Este es todo un tema en sí mismo, que amerita ser tratado aparte. Por eso, solo me limitaré a observar, por ahora, que muchos voluntariosos creyentes caen en la trampa del
“ahorismo”; palabra inventada para resumir esa equívoca convicción que invade a los que habiendo puesto entusiasmo, expectativas, tiempo, trabajo personal, sacrificios y dinero en el dificultoso operativo de construcción, el día de la inauguración del edificio celebran entusiastas:
¡Ya está! ¡Tarea cumplida!
Para librarles de caer en espejismos materialistas, cada vez que siento la necesidad de hacerlo, les comparto a esos esforzados hermanos mi visión:
el edificio material nunca es más importante que el espiritual (19); la dura decisión tomada por ellos es una oportunidad que Dios les brinda para desarrollarse como templo donde mora su Espíritu. Sé bien que, involuntariamente, mi enfoque colisiona con el de no pocos líderes. Los que separan lo secular de lo espiritual solo desean ver en mí al profesional, no al consiervo. No ven que exista conexión alguna entre lo técnico y la edificación mutua. Me duele comprobar el daño que se causa a propios y extraños, en esas congregaciones locales donde, por años, el lugar de culto está por encima de la misión de la iglesia.
“Cada uno mire cómo sobreedifica” (20). Si valoramos el fundamento sobre el que aportamos nuestro servicio, cuidaremos de no menoscabarlo mezquinando nuestra entrega allí donde Él nos puso. Pablo se esforzó en
“predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado”(21); él pone en evidencia a los que crecen en número seduciendo a miembros de otras congregaciones. La iglesia de Cristo está unida por los que tenemos en común: el nuevo nacimiento
“de agua y del Espíritu”(22), la fe en Jesucristo y el bautismo en su muerte
(23). Cada miembro es un ser único individual e irrepetible; pero en el mundo todos somos un real sacerdocio en misión
(24).
La Biblia enseña que
ser iglesia es vivir en comunión solidaria unos con otros; es vivir como piedras vivas edificadas sobre el único fundamento que es Cristo. Él es garantía de unidad; y Él completará Su obra
(25).
En nuestra próxima comenzaremos con: “La iglesia es Santa”; gracias por participar. Hasta entonces, D.M. Paz del Señor.
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Notas
Ilustración del autor
; en ella se resaltan la piedra del ángulo (esquinera) en el fundamento, y la clave del arco sobre la puerta. Ambas piedras nos hablan de la función de Jesucristo en el edificio espiritual que es Su iglesia: unificar todas las partes en un todo, darle solidez, coordinar su crecimiento, asegurar su estabilidad y hacerla indestructible
1. 1ª Corintios 3:9-11
2. 1ª Corintios 3:11
3. Efesios 2:20-22
4. Mateo 18:20
5. 2ª Corintios 3:17a, “Porque el Señor es el Espíritu”
6. Mateo 28:20
7. Ibíd. 2
8. Romanos 1:16
9 Efesios 2:11
10. Gálatas 1:11,12; “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí
ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”
11 Ibíd. 2
12. 1ª Pedro 2:5; “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”
13. Los Hechos 2:47
14. El creyente en Cristo es una piedra escogida por el Arquitecto desde antes de la creación del mundo para ocupar un lugar
preciso en el edificio diseñado por Él y abundar en buenas obras (Efesios 2:10; 1ª Timoteo 5:24,25; 6:18; Tito 2:7,14; 3:8,14; Hebreos
10:24; 1ª Pedro 2:12). Esto me lleva a recordar la epopeya vivida por Nehemías al reconstruir los muros de Jerusalén, ver Nehemías 4;
y a leer una y otra vez el maravilloso Salmo 122, agradeciendo a Dios por su gran amor y paciente fidelidad para con los suyos
15. Efesios 2:22
16. 1ª Juan 3:2b, 3; ver también: Efesios1:4; 5:27; Filipenses 2:15; Colosenses 1:22; 2ª Pedro 3:14; Judas 1:24
17. 1ª Corintios 3:12-16
18. Apocalipsis 22:12; 1ª Corintios 3:8; 9:17; Colosenses 3:23,24
19. Los Hechos 7:48-50 “si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: ‘El cielo es mi trono, y la tierra el
estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas?’.”
Isaías 66:1,2; Salmo 127:1 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”
20. 1ª Corintios 3:10
21. Romanos 15:20
22. Juan 3:5; algunos confunden esta “agua” referida por Jesús a Nicodemo, con la del bautismo. En realidad, aquí se refiere al agua con
la que prometió limpiar a su pueblo de todas sus transgresiones (Ezequiel 36:25-27) única manera de ser regenerados como Tito reitera
en 3:4-7. El agua que purifica no es otra que la Palabra de Dios (como le explicó a la mujer samaritana junto al pozo de Jacob); esa
agua viva que salió de la Roca que seguía al pueblo de Israel en el desierto y lo sació, y que es Cristo. Jesús se presentó así a la gente y
lo enseñaron así los apóstoles después. El agua de la Palabra, al saciar la sed del pecador es la que genera fe en Jesucristo, el Verbo
encarnado. Así produce el Espíritu el nuevo nacimiento con quien Él quiere
23. El bautismo que asegura la unidad en el cuerpo de Cristo es el que él mismo enseña en Marcos 10:38,39; Lucas 12:50; para que nadie
lo confunda con otros bautismos, recomiendo leer las explicaciones de 1ª Pedro 3:17-22; Romanos 6:4; Colosenses 2:12
24. 1ª Pedro 2:9; es muy interesante que sea nada menos que el apóstol Pedro quien hable del sacerdocio universal de los creyentes
25. Apocalipsis 6:9-11; al abrirse el quinto sello se les dice a los mártires que están debajo del altar hasta cuándo deberán de esperar para
que se haga justicia con ellos: “hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser
muertos como ellos.” Leemos a diario de los cientos y miles de hermanos y hermanas perseguidos, encarcelados, atormentados,
ejecutados sin juicio alguno ni piedad internacional, ni derechos humanos, ni Naciones Unidas que valgan. Ellos son los mártires que
aceleran la construcción de la iglesia y acortan la espera del día en que la iglesia estará completa. Dios es justo, y cumple Su palabra.
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