Hemos considerado que la iglesia es Una porque Dios es Uno, Su pueblo es Uno y su Reino es Uno (1). Con la misma brevedad con que debimos tratar las verdades ya mencionadas, analizaremos ahora por qué la iglesia es Una, desde esta afirmación:
IV. LA ESPOSA DE CRISTO ES UNA
Hay traducciones de la Biblia que mencionan a la “novia” y el “novio”, otras a la “esposa” y el “esposo” (2). Al escribir esta nota no pude evitar preguntarme: ¿por qué escogió Dios a la mujer como símbolo de Su iglesia?
Puede parecer una pregunta banal pero, sin repetir lo dicho ya, leyendo distintas fuentes serias podemos afirmar que si el trato que recibe la mujer occidental fuese el mismo que recibía la mujer contemporánea de Jesús sería el tema central en los medios; tal el debate actual sobre los derechos humanos e igualdad de género
(3). Entonces, vale la pena indagar para obtener mayor luz sobre esta elección divina.
Como introducción, citaré algunos de los datos recogidos respecto al lugar que se le asignaba a la mujer en la sociedad antes, durante y después de Jesús.
Platón consideraba que la mujer era necesaria para procrear varones, únicos a los que consideraba sujetos de Derecho
(4). Aristóteles afirmó que la mujer posee una naturaleza inferior y defectuosa respecto a la del varón
(5).
Por su parte, las normas derivadas del Decálogo dado por Dios a Moisés limitaban a la mujer a ocuparse de su hogar; su candidato a marido era elegido por sus padres; su casamiento dependía de una suma de dinero a pagar por el consorte; su ocupación de casada era la de procrear y asistir en todo a la familia. Debía andar siempre con la cabeza cubierta con su manto. En el Templo no podía pasar del vestíbulo; nunca podía tomar la palabra en la sinagoga, ni leer las Escrituras en público. Su palabra no tenía valor en los juicios, salvo si era avalada por la de dos o más varones. La adúltera era lapidada hasta morir (raramente le ocurría lo mismo al adúltero). Por algo los judíos consideraban una desgracia tener hijas y diariamente daban gracias a Dios por no haber nacido mujer
(6).
Como ya mencionamos, esta cultura se hizo sentir con fuerza en los inicios de la iglesia apostólica; e influyó siglos después en la teología de San Agustín; él decía que la mujer es un animal que se complace sólo en mirarse al espejo; y, más adelante, en la de Santo Tomás quien, basándose en Aristóteles, escribió
Suma Teológica - base de la teología de la ICAR – llegando a afirmar en ella que era dudoso que la mujer tuviera alma
(7).
Opiniones aparte, Dios ya tenía decidido utilizar a la mujer como figura de los destinatarios de Su amor perfecto.
LA ESPOSA EN EL ANTIGUO PACTO
Las palabras hebreas “Beula” (esposa, mujer desposada) y Hefzi-bá (mi deleite está en ella)se usaban en el Antiguo Pacto para expresar la relación estrecha que Dios mantenía con su pueblo Israel. Salomón define en uno de sus proverbios que “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová” (8). Además,él plasma ese símbolo en el Cantar de los Cantares al describir la relación conyugal de los enamorados; en la que enfrentan indeseadas separaciones y, no obstante, siempre esperan re encontrarse para no separarse jamás.
Los profetas Isaías y Jeremías interpretaron como ningún otro el deseo de Dios para con su esposa escogida:
“Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.(…) En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.(…)Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.”
“Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. (…)
Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.”(9)
Hay, pues, en Israel una conciencia de pertenencia a Dios, así como la esposa le pertenecía a su esposo. Ese es un pre anuncio en el Antiguo Testamento de la completa obra de la cruz, por medio de la cual Jesucristo viene a ser el esposo prometido, tras pagar el precio fijado por Dios para adquirir a su esposa; así lo explicaría Pablo:
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (...) Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.” (10)
LA ESPOSA EN EL NUEVO PACTO
Al cerrarse las profecías mesiánicas y anunciarse la llegada del nuevo pacto Juan
“el bautizador”, que gozaba de inmensa popularidad
(11) con total y genuina humildad manifiesta:
“Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.” (12) Más adelante expresará:
El que tiene la esposa, es el esposo (13); renuncia así a convertirse en un líder de masas, causando asombro en los patéticos y estériles líderes religiosos. Juan sabía que la prometida no era de él, sino de Cristo. La esposa le pertenece al esposo.
¡Cuánta enseñanza nos deja este hombre lleno del Espíritu Santo en estos tiempos llenos de ídolos mediáticos!
El precursor del Mesías, debiera ser tomado como ejemplo por todos los que prediquen el evangelio. Los que se arrepienten, se convierten y se bautizan no lo hacen en el nombre de quienes les predican sino en el nombre de Jesucristo; no pasan a ser propiedad de pastores terrenales sino del Pastor de las ovejas.
(14)
Lamentablemente hay muchos vanidosos predicadores que llenan sus catedrales con ovejas cautivas; son los que no entran en el Reino de Dios ni dejan entrar a los demás
(15). El humilde siervo de Cristo lo entiende muy bien.
Por esa misma razón, ninguna denominación eclesiástica puede usurpar para sí el título de “única” iglesia. El Pastor no lo es de costosos establos construidos por la mano humana sino de Sus ovejas, a las que conoce de manera individual; y éstas le reconocen como su verdadero y único Pastor al oír su voz
(16).
Por eso, aparte de Jesucristo ningún hombre, por encumbrada posición que ostente en su organización religiosa, merece el título de mediador del nuevo pacto; sencillamente porque no puede sustituir a Cristo en la cruz del Calvario. Él es quien puso Su vida por amor a Su iglesia, como Pablo enseña guiado por el Espíritu de verdad:
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. (…) Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
”(17)
Cuando los corintios habían dividido a la iglesia detrás de hombres, sólo alguien como Pablo podría decir estas palabras a esos creyentes:
"os he desposado con un solo esposo"(18)en referencia a Jesucristo.
El mismo apóstol les recuerda a los creyentes gálatas:
“Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos.” (19) La enseñanza paulina es clave en este punto: Agar fue madre de Ismael siendo la sierva de Sarai, y Sara madre de Isaac. Por ello, los descendientes de Agar (aparte de los ismaelitas) que son los judíos que rechazan a Jesucristo como Mesías y los cristianos sólo de nombre (nominales), conforman la Jerusalén actual que aún vive en la esclavitud del antiguo pacto
(20).
Por su lado, por descender de Sara, los creyentes en Jesucristo - tanto judíos como gentiles - gracias al nuevo pacto conforman “la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, (que)es libre.”(21)
Cristo vendrá a buscar a Una esposa como consorte, no a más de Una. El esposo es Uno, por lo tanto no puede tener más que Una esposa. Esta esposa no representa a creyentes de una sola denominación; por el contrario, representa a creyentes de muchas denominaciones, pues ninguna denominación es LA iglesia única.
La maravillosa diversidad que exhibe la única iglesia de Cristo desautoriza toda aspiración hegemónica.
El Mensaje que recibió Juan referente a esta ansiada boda, ocurrirá después de que Cristo venga; y su regreso es inminente. Esto significa que debemos estar preparados ya que ocurrirá sin previo aviso. Anticipemos ese día:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. (…) Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.(…) Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. (…) Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” (22)
Después de haber leído hasta aquí: ¿Crees que Jesucristo es tu Salvador y Señor? Si aún tienes sed, no dejes pasar esta oportunidad de beber del agua de vida que es Cristo. ¡Ven a Él, bebe y vivirás eternamente!
¿Estás viviendo como parte del pueblo de Dios? ¿Te identificas como habitante de Su Reino? Si tu respuesta es afirmativa, entonces, eres miembro de la iglesia de Jesucristo y puedes decir con toda confianza: “¡Ven Señor!”
La Biblia afirma que si crees en tu corazón y confiesas que Jesucristo es el Señor, eres parte de la comunidad que Él ama como a Su esposa; que tienes parte en la Boda celestial y que morarás eternamente en la Nueva Jerusalén.
En nuestra próxima nota analizaremos: V. El cuerpo de Cristo es Uno. Hasta entonces si el Señor lo permite.
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Notas
La ilustración es el trozo de papiro que dio inicio en setiembre de 2012 al debate entre científicos e historiadores sobre si Jesús, el Hijo de Dios se había casado. Tomada de Wikipedia
1. Ver en este blog: “La iglesia y los lugares de culto” (27), (28) y (29)
2. La Reina-Valera menciona “esposa”, igual que la Vulgata (Latín) y las versiones francesas e italianas más leídas; “novia” aparece en: Nueva Versión Internacional (NVI), Dios habla hoy (DHH); La Biblia de las Américas (LBLA); Traducción en leguaje actual (TLA); Palabra de Dios para todos (PDT), la Biblia de Jerusalén (BJ), entre otras; y en las versiones inglesas, alemanas, y portuguesas más leídas
3. UNFPA: www.lac.unfpa.org/public/cache/offonce/pid/2025;jsessionid=959AEFFBA66A6C69AB81A136675257DF
4. Platón (427-347 a.C.) en “La República”; Esteves, Ricardo; en su monografía“Lo femenino, la mujer y la familia en la polis en República de Platón yPolítica de Aristóteles”es.scribd.com/doc/16648345/La-Mujer-Aristoteles-y-Platon
5. Aristóteles (384-322 a.C.) en “Política”; e Ibíd. 4.
6. En el filme “Yentl“(1983) Barbra Streisand encarna a una inquieta jovencita judía que, para poder estudiar, se disfraza de varón
La ley mosaica está basada en libros escritos en el primer milenio antes de Cristo, e influyó en la tradiciónjudeocristiana. De todos modos hay diferencias entre la situación de la mujer judía y la cristiana, como se verá más adelante en este blog; Ver: Diccionario bíblico: Mujer;
www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/3267/mujer/ 7. San Agustín (334-430):“Estoy convencido de que nada altera más los altos anhelos espirituales de un hombre que los halagos femeninos” (Soliloquios l, 10). “El marido ama a la mujer porque es su esposa, pero la odia porque es mujer” (Sobre el sermón de la montaña 1, 41) Santo Tomás (1224-1274) respecto de la mujer sostenía: “debe estar sometida al marido como su amo y señor, pues el varón tiene una inteligencia más perfecta y una virtud más robusta” (Summa contra gentes, 111, 123). Ver en Revista Momento de Decisión, Gustavo Sánchez, entrando en: www.mdedecision.com.ar/152/152-la_nueva_muerte_de_hipatia.html
8. Proverbios 18:22
9. Isaías 54:5; 61:10; 62:4, 5;Jeremías 2:2; 3:20
10. 1ª Corintios 6:20; 7:23
11. Mateo 3:5
12. Juan 1:20
13. Juan 3:29
14. Juan 10:11
15. Mateo 23:13
16. Juan 10:14-16
17. Efesios 5:25-27, 32
18. 2ª Corintios 11:2
19. Gálatas 4:22-24
20. Gálatas 4:25
21. Gálatas 4:26
22. Apocalipsis 19:7, 21:2, 9-11; 22:17
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