Durante el año 2012 la administración Obama rompió otro récord en número de deportaciones. Este año el número fueron 410,000 las personas regresadas a su país de origen a la fuerza.
Como la mitad de ellos tenían algún récord criminal, pero la otra mitad no tenía antecedentes legales (aparte de ser indocumentado). La administración Obama sigue rompiendo lazos familiares y dejando a niños nacidos en EEUU sin sus padres.
Esta acción refleja el doble discurso de la administración sobre el tema migratorio.
Por un lado está la acción diferida para los jóvenes y la promesa de cambiar su política hacia familias indocumentadas en 2013. Pero parece que sigue determinado a romper récords de deportaciones.
Tampoco está claro que la administración esté dispuesta a trabajar hacia una verdadera reforma, cueste lo que cueste políticamente. Sin embargo, la comunidad latina ha puesto su fe en él, siendo que la alternativa republicano ha sido peor.
El partido republicano no tiene una idea clara de lo que quiere. Después de las elecciones hubo muchos líderes de ese partido que llamaron a una política migratoria más favorable.
Esos líderes se dan cuenta que si hubieran conseguido el 40% del voto latino (Bush consiguió el 43% en el 2004) habrían ganado la presidencia. Pero la línea anti-inmigrante es tan fuerte al momento que le cuesta a muchos republicanos reconocer el valor de contar con el 40%, aunque no consiguieran una mayoría del voto latino. Pero el partido está luchando con tanta tensión interna que es difícil ver que ellos puedan unirse suficiente para trabajar a favor de una reforma migratoria bi-partidista.
También está claro que el presidente Obama seguirá teniendo otras agendas que seguirán siendo más importantes.
El famoso precipicio fiscal se evitó, pero los problemas de fondo no se han resuelto. El plan sanitario Obamacare ahora comenzará a enfrentar la oposición de personas y organizaciones que tienen razones morales o religiosas por estar en contra de partes de la ley. También está claro que las personas que financiaron su campaña esperan que tome una postura más favorable hacia el matrimonio del mismo género.
Así que, es muy posible que la situación de los indocumentados siga tomando segundo plano en la agenda legislativa del presidente Obama.
También se tiene que reconocer que la administración Obama ha estado dispuesta a quitarle (o negarle) los derechos humanos a personas. Existen miles de personas en cárceles alrededor del mundo, sin cargo y sin manera de defenderse contra sus acusadores. La postura legal de esta administración es que se le puede negar de derechos aún a ciudadanos estadounidenses si la administración determina que son una amenaza a la seguridad nacional.
En este tipo de ambiente no es sorprendente que la situación de los inmigrantes en este país y alrededor del mundo no se aclare.
Vivimos en un mundo donde millones de personas viven permanente vedados de derechos ciudadanos, sea en campos de refugiados, en cárceles secretas o extra-territoriales o en las sombras de nuestros países. Como cristianos necesitamos confrontar cualquier ley o práctica que le quita derechos al otro/a sencillamente porque “no es de aquí” y porque no existe una entidad nacional que le defienda.
Los indocumentados, refugiados y encarcelados sin derechos son los nuevos “desechables” del sistema global y su número sigue creciendo. Me imagino que si Jesús caminara la tierra hoy lo acusarían de ser amigo de pecadores y de “ilegales”.
Es ahí donde necesitamos estar nosotros, buscando una situación donde todos tengamos los mismos derechos y responsabilidades delante de Dios y los gobiernos humanos.
¡Señor Presidente, es tiempo de parar las deportaciones!
Si quieres comentar o