Si hasta hace poco la pregunta clave en el tema de los orígenes era si descendíamos de otros animales, en fechas más recientes el debate se está resituando en la cuestión de si realmente descendemos de una única pareja. La crisis está servida, y promete ser seria y larga. De momento, sus efectos se limitan al entorno académico de seminarios y facultades de teología evangélicos de EE.UU., pero no tiene visos de finalizar ahí, sino de extenderse al mundo evangélico en general.[i]
Aunque los datos científicos son conocidos desde hace años, la polémica ha llegado al mundo evangélico tras la publicación de varios artículos sobre el tema en el número de septiembre de 2010 de
Perspectives on Science and Christian Faith[ii], la revista oficial de la American Scientific Affiliation (ASA), la asociación de científicos evangélicos de mayor proyección mundial. El número estaba especialmente dedicado al tema de la historicidad de Adán y Eva, debatido en el encuentro anual de ASA en 2009.
Además de un artículo de Dennis Venema, profesor de biología en la evangélica Trinity Western University, en que se exponía el estado de la cuestión desde el punto de vista científico
[iii], se ofrecían tres artículos de autores del campo teológico: C. John Collins, Daniel C. Harlow y John R. Schneider. Mientras que el primero defiende una visión tradicional con un Adán histórico, los otros dos sostienen que el relato del Génesis debe leerse desde ópticas no históricas (literarias, teológicas, etc.). De estos tres artículos ofrecemos más adelante un amplio extracto (
C. John Collins,
Daniel C. Harlowy
John R. Schneider).
[iv]
Y son esos dos últimos artículos los que han desatado una polémica que en pocos meses ha llegado a la portada de la revista evangélica más conocida de EE.UU.,
Christianity Today (junio 2011)
[v], y de ahí trascendido a los medios de comunicación en general
[vi].
En palabras del antes citado Dennis Venema, seguir sosteniendo que descendemos de Adán y Eva «sería ir contra toda la evidencia genómica acumulada durante los últimos 20 años, es decir del todo improbable». Venema afirma que no hay manera de remontarnos a una única pareja de antepasados. Una vez descifrado el genoma humano, resulta evidente que los humanos provenimos de una población amplia de otros primates, muy anteriores al marco temporal de pocos milenios que sugiere el Génesis. Y dada la variación genética de la humanidad actual, es imposible que esa población ancestral fuera inferior a las 10.000 personas en cualquier momento de nuestra historia. Para aceptar una sola pareja de antepasados, «habría que postular tasas astronómicas de mutación que pudieran generar los actuales niveles de diversidad genética en un periodo de tiempo increíblemente corto. Pero tales tasas de mutación son simplemente imposibles. De haberse dado, nos habrían borrado literalmente del mapa».
Venema[vii]pertenece a BioLogos (http://biologos.org), una fundación que persigue reconciliar la fe cristiana con la ciencia, promovida por Francis Collins, uno de los artífices del proyecto del genoma humano, director de los National Institutes of Health, autor de éxitos editoriales como «¿Cómo habla Dios?» (Temas de Hoy, 2007) y «El lenguaje de la vida» (Crítica, 2011), y sin duda el científico evangélico vivo de mayor relieve. La fundación congrega a un creciente número de teólogos y científicos comprometidos en dar a conocer la fe cristiana en el siglo XXI, y cuenta con importantes apoyos en la comunidad evangélica norteamericana, incluyendo a autores tan reconocidos como Os Guinness, Philip Yancey, Darrell Falk, Pete Enns, Karl Giberson y otros.
Protagonista clave de la polémica es John Schneider, catedrático de teología en el evangélico Calvin College de Michigan hasta su prematura jubilación (junio de 2011), atribuible a su autoría de uno de los artículos antes mencionados, y la última de una cadena de jubilaciones, dimisiones o despidos de académicos como Peter Enns, Tremper Longman III, o Bruce Waltke, «incómodos» para ciertas instituciones evangélicas de EE.UU.Schneider cree que es hora de afrontar los hechos: no ha habido un Adán y Eva históricos, ni serpiente ni manzana, ni una caída que haya desposeído al hombre de su estado original de inocencia.
Las reacciones desde otros sectores del mundo evangélico no se han hecho esperar, calificando sin vacilación a dichas posturas como heréticas.
Así,
Fazale Rana señala: «Desde mi punto de vista, un Adán y una Eva históricos son absolutamente centrales para las pretensiones de verdad de la fe cristiana». Rana, doctorado en bioquímica por la universidad de Ohio aunque sin actividad científica reseñable en la actualidad, es vicepresidente de Reasons to Believe, una plataforma creacionista con notable proyección en círculos evangélicos, que acepta una «Tierra antigua» pero no la evolución. En términos igualmente enérgicos se pronuncia Albert Mohler, presidente del seminario teológico bautista de Louisville, al afirmar que la rebeldía de Adán infectó a la humanidad, de modo universal y permanente: «Cuando Adán pecó, pecó por nosotros. Y es precisamente ese pecado el que nos hace conscientes de nuestra necesidad de un salvador». Para Mohler la historia de Adán y Eva no es solamente la de un paraíso perdido, sino el meollo del cristianismo. Citando al apóstol Pablo (Rom. 5, 1ª Cor. 15), Mohler señala que el único objetivo de la crucifixión y resurrección de Jesús fue rectificar el pecado original de Adán. Y añade: «Sin Adán, la obra de Cristo pierde por entero su sentido en la presentación de Pablo del evangelio, que es la clásica del Nuevo Testamento».
Desde sus inicios
Alethéia ha venido prestando atención a temas relacionados con los orígenes (números 10, 11, 13, 14 y 31). Aunque afortunadamente la virulencia del debate creación
–evolución ha disminuido en gran parte del mundo evangélico (pero no necesariamente en España, donde el creacionismo sigue siendo dominante en las iglesias e instituciones de enseñanza teológica evangélicas), parece muy probable que en el futuro se extienda al tema de Adán y Eva, con implicaciones teológicas sin duda más sustanciales y complejas que el anterior.
Los firmantes del presente artículo hemos participado activamente en estas discusiones y estamos convencidos que
Alethéia es por ahora uno de los foros más adecuados para reflexionar sobre dicho asunto. Ello nos ha movido a preparar los materiales que adjuntamos a continuación, que resumen con suficiente detalle las tres contribuciones teológicas que han dado origen a la presente polémica
[viii].
Quienes deseen consultar en toda su extensión y en versión original estos materiales pueden hacerlo en el sitio web de ASA (véase nota 2).
En todo caso, nuestro deseo y oración son que los lectores de
Alethéia puedan reflexionar y dialogar sobre un asunto que creemos de capital importancia para el pensamiento teológico evangélico en el siglo XXI.
Autores:
Pablo de Felipees doctor en Bioquímica y Biología Molecular, experto en terapias avanzadas en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, presidente de Cristianos en Cienciasy profesor de Ciencia y Fe en la Facultad de Teología SEUT (El Escorial, Madrid).
David Andreu es Catedrático de Química de la Universidad Pompeu Fabra, donde ejerce como profesor de Química Médica y dirige un grupo de investigación en química de proteínas y proteómica en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona.
[iii]Sobre la traducción de este artículo véase nota 7.
[iv]Los extractos de estos artículos están disponibles ya en internet:
- C. John Collins, “Adán y Eva como personajes Históricos, y por qué importa que lo sean” (
resumen).
- Daniel C. Harlow, “Después de Adán: leer el Génesis en la era de la ciencia evolutiva” (
resumen).
- John R. Schneider, “La ciencia genética contemporánea y la teología cristiana sobre los orígenes humanos: un supralapsarianismo estético” (
resumen).
[vii]Dennis Venema contribuyó también al citado número de PCSF con un artículo: «Genesis and the genome: Genomics evidence for human-ape common ancestry and ancestral hominid population sizes», disponible en versión íntegra original en la dirección web indicada en la nota 2. Por su carácter más científico que teológico, no nos ha parecido adecuado incluir el artículo en el presente número de
Alétheia. No obstante, la traducción española íntegra, se ha publicado recientemente en
Tubo de Ensayo, una de las secciones del magacín dominical de
Protestante Digital, entre abril y junio de 2012 en cinco partes:
1ª parte,
2ª parte,
3ª parte,
4ª partey
5ª parte. El artículo completo en formato pdf estará disponible en breve en
www.cienciayfe.es.
[viii]En estos resúmenes se incluyen frecuentes citas textuales al final de las cuales se indican números de páginas que se refieren a la paginación original de los artículos en PSCF.
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