El propósito de la misión

Hemos comprobado que desde el principio de todo Dios tiene sólo un plan para la redención de toda Su creación, y que ha decidido llevarlo a cabo por medio de Su iglesia: el edificio espiritual que Él construye con sus escogidos a lo largo de toda la Historia y en todo el planeta.

Para analizar bíblicamente cuál es el propósito de la misión o, lo que es lo mismo, de la iglesia, no he encontrado mejor síntesis que la brindada por el Movimiento de Lausana, cuyo principal artífice fue el teólogo John Stottque hace pocos meses fuera promovido a la presencia de Dios. Esta plataforma evangélica mundial trabaja desde 1974 en la reflexión teológica, y ha producido el que es considerado uno de los documentos más importantes sobre la vida y misión de la iglesia.

Hace 38 años fue aprobado por más de 2700 líderes cristianos de 150 países; ahora, desde todas las latitudes, un mayor número coincide en que la tarea de presentar a Jesucristo al mundo exige hoy una visión de Su persona desde la unidad; y que, a la luz de las cambiantes circunstancias, el movimiento misionero global deberá revisar a menudo su teología, su estrategia y sus prácticas de evangelización. Me referiré al documento redactado con el título: “Todo el evangelio, Todo el mundo, Toda la iglesia.” ⁽¹⁾

PROCLAMAR TODO EL EVANGELIO
Parafraseando su primera parte, la reflexión afirma que la iglesia no es solo portadora de la buena noticia, sino –a la vez- producto y ejemplo práctico del evangelio; que es, inseparablemente, contenido y continente. Por lo tanto, no se explica que haya congregaciones donde se privilegien y enfaticen solo unos aspectos aislados del evangelio, relegando la proclamación y vivencia de todo el consejo divino.

A través de seis razones Pablo nos dice que la iglesia debe proclamar “todo el evangelio”, porque:

I. Cuenta la historia de Jesús a la luz de toda la Biblia

1. “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.” ⁽²⁾

El evangelio impregna la Biblia, su matriz es el reino de Dios y se sostiene en la obra de Jesús quien cumplió las Escrituras como el Mesías y encarnó el reino de Dios como Rey. ⁽³⁾

2. Pablo incluye en el evangelio no solo los hechos históricos centrales: la muerte expiatoria, la sepultura y la resurrección de Jesucristo al tercer día; sino también su contexto: “conforme a las Escrituras”. Por lo tanto, nuestra comprensión de “todo el evangelio” ha de incluir ambos aspectos si no deseamos caer en simples reduccionismos del evangelio: fórmulas, leyes o recetas, con los que se intenta mejorar la comunicación y hacer su “marketing”. El apóstol insiste en que el único que puede atraer e incluir a personas de todas las culturas y lugares a esta historia es el Espíritu de Dios. Lo hace Dios, no el hombre.

3. En la Biblia el evangelio narra la historia completa de la salvación de Dios. Muestra a personas de diferentes culturas que acceden a esta historia desde los confines del orbe con sus necesidades propias e inmediatas, para avanzar luego hacia los hechos y afirmaciones cuyo centro es Cristo. No importa cuál fuere el “punto de entrada” las personas son invitadas a escuchar, entender y confiar en esta historia que afirma: Dios se revela en la Biblia y en Su Plan de redención por medio de Jesucristo.

II. Crea una nueva humanidad reconciliada en la familia de Dios

1. Dios anunció a Abraham que traería bendición a través de Israel a todas las naciones del mundo.⁽⁴⁾ Los gentiles ya no están alienados de Dios pues ahora “por medio del evangelio” pueden acceder a la posición con Dios que, hasta ese momento, era solo disfrutada por el Israel del Antiguo Testamento. Gracias a la sangre de Cristo los judíos y gentiles creyentes pasan a ser ahora una nueva humanidad en el Mesías, reconciliados entre sí y con Dios a través de Espíritu Santo. ⁽⁵⁾

2. Pablo incluye la pacificación en la obra de la cruz por la cual judíos y gentiles son reconciliados. La nueva humanidad no es un mero subproducto sino parte de la esencia misma del evangelio. ⁽⁶⁾

3. La iglesia es la comunidad de los que han sido reconciliados entre sí y con Dios; es la encarnación del evangelio. La sabiduría divina del evangelio es proclamada por Dios a principados y potestades “por medio de la iglesia” ⁽⁷⁾, entendiéndose aquí que “iglesia” no se refiere al lugar físico de culto, el “templo” edificado ad hoc para cumplir con un programa anual de actividades “evangélicas”, sino a la familia única de fe que es, en sí misma, la mejor evidencia del poder reconciliador del evangelio.

III. Proclama el mensaje salvador de la cruz y la resurrección

1. El evangelio es la “buena noticia” a ser anunciada a todas las naciones como la “palabra de verdad.” ⁽⁸⁾ Es una historia que necesita ser contada para que su verdad y significación puedan ser entendidas. El mensaje de la cruz es el mensaje de salvación proyectado sobre un oscuro telón: el de destrucción y muerte causadas por la rebelión humana y satánica. Cada dimensión de la vida y cultura humanas y de toda la creación de Dios está sujeta a condenación.

2. El evangelio declara que por medio de la cruz y la resurrección de Cristo, Dios asumió íntegramente el juicio que merece nuestro pecado; que derrotó y destinó para su destrucción final a Satanás, la muerte y los poderes malignos; que reconcilió a los creyentes con Él y entre sí, derribando toda frontera y enemistad; y que procederá a la redención final de toda la creación. Todas las bendiciones del evangelio son regalos de la gracia de Dios, que recibimos exclusivamente por fe en Jesucristo.

3. En la cruz Dios realiza el acto supremo de entrega de sí mismo. Por esa razón, el sufrimiento es una dimensión esencial en el testimonio del evangelio, como lo repite enfáticamente el Nuevo Testamento. Los que comercializan el evangelio o sus beneficios para obtener una ganancia, están en flagrante oposición al mensaje de la cruz. En tal sentido se denuncia y rechaza todo falso evangelio, como ocurre con el denominado “evangelio de la prosperidad” pues omite la teología de la cruz y del sufrimiento.

IV. Produce una transformación ética

1. Jesús dijo: “Arrepentíos, y creed en el evangelio.” ⁽⁹⁾ La fe en las buenas nuevasproduce un cambio de vida que es radical y progresivo; no hay separación alguna entre creer y cambiar. El mensaje del evangelio se responde con obediencia, no con un mero asentimiento mental. El evangelio describe una salvación que es por gracia y para buenas obras. Parafraseando al apóstol Santiago: no habremos de ser salvados por buenas obras, pero no seremos salvados sin ellas. Las buenas obras no construyen el camino a la salvación, son consecuencia directa de ella; pues la fe que no genera obras está muerta.

La transformación ética que logra el evangelio es obra de la gracia de Dios; gracia que nos salva y nos modela para vivir en esperanza la luz escatológica de la segunda venida de Cristo ⁽¹⁰⁾, y nos permite obedecer, aun cuando esta obediencia fiel al evangelio es sacrificial. ⁽¹¹⁾

2. El apóstol Pedro también afirma que para comprender el evangelio no sólo hay que aceptarlo sino obedecerlo ⁽¹²⁾; también Santiago ⁽¹³⁾, Juan ⁽¹⁴⁾, y el escritor a los Hebreos⁽¹⁵⁾ y, por supuesto, esta verdad es enseñada por Jesús mismo ⁽¹⁶⁾. El evangelio es, en la misma medida, intrínsecamente verbal y ético. Todo cambio real ocurre donde hay evangelio. El evangelio hace al cambio y al agente de cambio.

V. Declara la verdad y expone el mal ante el juicio de Dios

1. Existe una dimensión polémica del evangelio, poco comprendida y menos practicada. El evangelio es acosado por el rechazo y las distorsiones; y la verdad evangélica debe ser defendida porque existe en contraste y en conflicto explícito con otras cosmovisiones. Esto se percibe dentro mismo de las iglesias donde falta enseñanza o hay falsas doctrinas. Ser siervos del evangelio necesariamente implica una costosa batalla espiritual. Por su propia experiencia Pablo nos lo advierte vez tras vez. ⁽¹⁷⁾

2. El evangelio se planta firmemente contra el mal como una parte integral de su postura a favor de las bendiciones de la salvación eterna y la esperanza de la nueva creación de Dios. “El mensaje de salvación implica también un mensaje de juicio a toda forma de alienación, opresión y discriminación, y no debemos temer denunciar el mal y la injusticia dondequiera que existan.” ⁽¹⁸⁾

VI. Es el poder cósmico de Dios obrando en la historia y en la creación

1. Para Pablo el evangelio era como un ser vivo; se refería a él como a alguien que obra, actúa, difunde y lleva fruto en todo el mundo ⁽¹⁹⁾. Todas las cosas en el universo han sido creadas por Cristo, están siendo sostenidas por Cristo y serán reconciliadas a Dios por Cristo a través de la sangre de su cruz. Este es el impresionante alcance universal del evangelio ⁽²⁰⁾, y no debe sorprendernos que sea proclamado “en toda la creación que está debajo del cielo”⁽²¹⁾, ya que es la buena noticia para toda la creación.

2. “El evangelio es el poder de Dios en Cristo y a través del Espíritu. No existe un evangelio completo sin la persona, la obra y el poder del Espíritu Santo. Él es el Espíritu misionero del Padre misionero y el Hijo misionero, insuflando vida y poder a la iglesia misionera. Sin el testimonio del Espíritu de Cristo, nuestro testimonio es inútil; sin la convicción del Espíritu, nuestra predicación es en vano; sin el poder del Espíritu, nuestra misión es mero esfuerzo humano; y sin el fruto del Espíritu, nuestras vidas poco atractivas no dan testimonio de la belleza del evangelio. Oramos por un mayor despertar a esta verdad bíblica y realidad experimentada en todas las partes del cuerpo de Cristo de todo el mundo.” ⁽²²⁾

En nuestra próxima nota continuaremos con: Los destinatarios de la misión, si el Señor lo permite.


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1. El documento “Reflexiones del Grupo de Trabajo de Teología de Lausana” fue adaptado para escribir esta nota. Ver original entrando a: http://www.lausanne.org. También leer“Nuestra misión: todo el Evangelio, ….” por Chris Wright, P+D, 24-10-2008
2. 1ª Corintios 15:1-4; ver también Gálatas 1:11—2:10
3. Los Hechos 28:23, 30-31
4. Efesios 2:11-12
5. Efesios 2:13-18
6. Efesios 3:6
7. Efesios 3:10.
8. Efesios 1:13; Colosenses 1:5, 23; 1ª Tesalonicenses 2:13
9. Marcos 1:15
10. Tito 2:11-14
11. 2ª Corintios 9:12-13
12. Los Hechos. 5:32; 1ª Pedro 4:17
13. Santiago 2:14-26
14. 1ª Juan 2:3; 3:21-24; 5:1-3
15. Hebreos 5:9
16. Mateo 7:21-27; Lucas 11:28; Mateo 28:20; Juan 14:23-24
17. Gálatas 1:6-9; 2:5, 14; Filemón 1:7, 27; 4:3; 1ª Timoteo 1:11; 2ª Timoteo 1:8; Filemón 1:13
18. John Stott, Christ the Controversialist, London: Tyndale Press, 1970, p. 127.
19. Colosenses 1:6
20. Colosenses 1:15-23
21. Ibíd. versículo 23
22. Ibíd. en 1: “Reflexiones del Grupo de Trabajo de Teología de Lausana” párrafo final de su Primera Parte.