Como sabemos, el gran problema de muchas congregaciones son las quejas por molestias de ruido a los vecinos. Tristemente ocurre que a veces la solución pasa por el abandono del local. Lo que debemos saber es que existen soluciones para aislar acústicamente un local e impedir la transmisión de sonido al exterior o los locales colindantes. Todo se reduce a una cuestión de dinero.
Inicialmente podríamos definir el cerramiento de mayor aislamiento acústico como el que tenga mayor masa. Es decir, podríamos imaginarnos un “bunker”, de suelo paredes y techo de hormigón armado de 50 centímetros y tendríamos un local muy bien aislado acústicamente. (al margen del acondicionamiento interior, que trataremos más abajo).
Aunque esto es irreal, en una ocasión hemos realizado un aislamiento acústico de un local de culto por medio de disponer un trasdosado de ladrillo. Es decir, que adosado por dentro de los muros del local construimos otro muro de 25 cm de espesor de ladrillo tosco (con mucha masa), tapando bien las juntas con mortero para que no quedaran huecos, y dejando una cámara entre los dos muros rellena con lana de roca, que es un material absorbente. El sistema funcionó bien.
La cuestión es, por una parte, que este tipo de soluciones quitan espacio, y cuando el local es pequeño viene a ser significativo;
por otra parte, existen en el mercado materiales que actúan como membranas, que combinados con materiales absorbentes nos dotan de un buen aislamiento acústico con menor espesor.
Desde hace años se ha utilizado un material de fibras sintéticas aglomeradas, que se presentan en planchas semi-rígidas las cuales se pegan a la pared. No es un material que me atraiga por dos razones; una que deja juntas y no es flexible por lo que dificulta la solución en esquinas, dos que es un material uniforme. Como sabemos el sonido audible está comprendido dentro de un amplio espectro de frecuencias desde los infrasonidos hasta los ultrasonidos, y la cuestión es que cada material funciona de forma diferente a cada rango de frecuencias; una para las frecuencias altas y otros para las bajas (los graves, más difíciles de parar). Para evitar el paso de las diferentes frecuencias es conveniente utilizar diferentes materiales.
Hace poco, al acondicionar un local como salón de cultos, nos tocó desmontar la instalación de unos estudios de grabación construidos hace años, y lo que encontramos en el techo como aislante acústico era una sucesión de placas de aglomerado de madera, cartón yeso, lámina asfáltica y porespán, hasta formar una capa de unos 15 cm de espesor. Y en las paredes lo que utilizaron fue ¡planchas de plomo! (por la misma razón por la que se utilizan en las cabinas de rayos X, porque son barreras a las ondas). Lo que hicimos fue aprovechar una parte del aislamiento del techo, y recuperar el plomo, que es un gran aislante acústico; en muy poco espesor tiene una gran masa. De todas formas lo suplementamos con soluciones como las que voy a indicar.
Lo que se está instalando para cafeterías, discotecas, etc. son soluciones más modernas en las que se interponen capas de materiales con diferentes propiedades, de forma que combinados producen un aislamiento acústico notable a todo el espectro de frecuencias.
Se trata de intercalar materiales que actúan como barrera al sonido (aislantes) y materiales que absorben el sonido (absorbentes).
En el mercado encontramos diferentes productos comerciales que combinan láminas bituminosas o de caucho como barreras acústicas, y otras capas de material absorbente. También se ha utilizado a veces la tradicional lámina asfáltica de impermeabilización adherida a la pared, para abaratar costes, porque ciertos productos son relativamente caros.
Los materiales absorbentes son los tradicionalmente llamados aislantes, es decir, la lana de roca, la fibra de vidrio, el corcho, fibras vegetales, fibras sintéticas, etc. Yo personalmente utilizo más la lana de roca, porque es producto mineral, no sintético, y no tiene los problemas de picores que produce la fibra de vidrio. Mejor será si es de mayor densidad (70 Kg/m3)
PAREDES
Si tenemos un local típico con paredes delimitadoras de ladrillo, por ejemplo, una buena solución acústica sería, indicando desde el muro hacia adentro, la formada por:
1.- Material compuesto de lana de roca 20 mm y lámina elastomérica de 2 – 4 milímetros
2.- Cámara de aire y lana de roca de 4-5 cm. (dentro de la estructura metálica del trasdosado)
3.- Trasdosado de sándwich de dos placas de cartón yeso con una lámina de caucho intermedia de 2mm.
Si está bien ejecutado puede dotar de un aislamiento acústico de más de 70 dB(A).
Los materiales para esta solución pueden costar unos 30 €/m2, más la mano de obra.
Si no se tiene el presupuesto suficiente,
se puede intentar ejecutar soluciones más sencillas, por ejemplo sustituyendo el primer material compuesto (el más caro) por una lámina asfáltica adherida a la pared existente. Como mínimo, si queremos que aísle algo, deberíamos colocar la lana de roca y el sándwich de placas de cartón yeso con caucho intermedio. Esto puede darnos un aislamiento de unos 45 dB(A).
Otra posibilidad, es, como decía anteriormente, intercalar algún tabique de ladrillo. Por ejemplo, en otra ocasión realizamos un aislamiento a base de trasdosado de ladrillo hueco doble, lana de roca, y terminación de cartón yeso. En fin, todo depende de las circunstancias y posibilidades que haya en cada caso.
TECHOS
Si tenemos un local bajo viviendas, debemos extremar el asilamiento del techo.
Una solución muy completa sería, desde el forjado de techo hacia abajo:
1.- Material compuesto de lana de roca y lámina elastomérica adherido al techo.
2.- Falso techo de placa de cartón yeso colgada del forjado superior mediante anclajes elásticos (tipo silent-blocks).
3.- Cámara de aire, con dos capas de lana de roca.
4.- Segundo falso techo descolgado del primero, con doble placa de cartón yeso y lámina de caucho intercalada.
Igualmente, si no se puede llegar a ejecutar esta solución por problemas de espacio o de dinero, se puede intentar soluciones parciales combinando los materiales, por ejemplo eliminando el primer falso techo, pero como mínimo deberíamos tener un falso techo descolgado con anclajes elásticos y doble placa de cartón yeso con lámina intermedia, más lana de roca en el espacio interior.
Si es una cubierta ligera, encima de la cual no hay vecinos, podemos simplificar el aislamiento, pues el sonido primero sale al exterior, y después debe atravesar el aire y las fachadas para llegar a las viviendas. Habría que estudiar cada caso.
En un local de culto que visité habían ejecutado un aislamiento relativo del techo, con falso techo descolgado y lana de roca interior, pero no solucionaba el problema. Mi recomendación fue suplementar el aislamiento sin desmontar lo existente, colocando una lámina de caucho de 2 mm y una segunda plancha de cartón yeso, y teniendo cuidado de aislar en las vigas y pilares.
Este punto es importante resaltarlo.
Podemos tener un aislamiento “fórmula uno” en el techo, pero si no aislamos las paredes, las esquinas, los patinillos de bajantes y los pilares y vigas de la estructura, el sonido va a seguir escapándose. Es como el agua, que si no sale por un sitio tenderá a salir por donde pueda, y por buen aislamiento que tengamos, si no cerramos lo huecos seguirá traspasando al otro lado. Se trata de conseguir una “caja aislada”
En este sentido es fundamental una buena ejecución de las soluciones constructivas, pues no debemos dejar juntas abiertas, o puentes acústicos. Los trasdosados que coloquemos o los falsos techos no deben estar rígidamente anclados a los cerramientos, porque por esos anclajes se produce transmisión por vibraciones. Y es crucial la buena solución de las esquinas, superponiendo las diferentes capas de techo y paredes, por ejemplo.
Insisto, no es suficiente con tener el mejor material, sino que hay que ser muy cuidadoso y supervisar correctamente los detalles de su instalación.
SUELO
Lo ideal, por tanto, es asilar también el suelo; porque el sonido se escapa por impacto y por vibración a través del sólido, y en los encuentros de suelo con paredes se producen puentes acústicos.
Una buena solución para aislar el suelo es colocar un aislamiento de poliestireno estruido de alta densidad de 2-3 cm y una lámina de impacto (tipo corcho sintético), sobre lo que se vierte una pequeña solera de hormigón de entre 5 a 7 cm de espesor. Luego podríamos colocar algún solado, si es posible flotado, (con lamina intermedia, para cortar en mayor medida el ruido de impacto). Lo bueno es que estas soluciones aíslan del frío , y eso es positivo en muchos locales de planta baja.
Lo malo es que la solución tiene un coste, y que ocupa espacio, lo cual en ocasiones es un inconveniente. Se pueden procurar soluciones más sencillas. En un local de reunión que acondicionamos, como había poca altura libre de techo, solamente colocamos para el suelo una lámina de corcho sintético de 4mm, una lámina de caucho, y una solerita de 4 cm de hormigón. No es la mejor solución, pero por lo menos cortamos el puente acústico.
Respecto al Acondicionamiento Acústico, decía en el anterior artículo que es un elemento a tener en cuenta, porque el local puede estar mejor o pero aislado, pero es necesario que “funcione” adecuadamente para la audición, que haya un acondicionamiento de forma que la predicación o la música se escuchen correctamente. El problema viene por la reverberación del sonido producida por el tamaño del local en el que el sonido va desde el frente hasta el fondo, rebota y vuelve, de forma que se alarga el tiempo de audición y confunde el sonido, haciéndose en ocasiones ininteligible.
El Código Técnico de la Edificación en su documento HR de Protección frente al Ruido da unas indicaciones básicas para salones de reunión. La solución es tratar de colocar superficies absorbentes, de forma que el sonido al impactar sobre los paramentos no rebote, sino que se absorba por el propio cerramiento.
La utilización de moquetas en los locales de culto (muy típico en E.E.U.U.) ayuda mucho para la absorción. Las personas, con su ropa también absorben sonido, por lo que un local actúa de forma diferente cuando está vacío y cuando está lleno de personas. En el caso de suelos “duros”, lo más sencillo inicialmente es colocar un techo absorbente de fibras, pero en ocasiones no es fácil porque se ha construido techo aislante con terminación de cartón yeso.
La otra solución básica es colocar materiales absorbentes en las paredes más alejadas, para que el sonido no rebote y vuelva. En un local mediano sería muy efectiva la disposición de unas cortinas pesadas en el fondo (que cumplan la normativa de fuego). Otros materiales pueden ser corcho, o placas de otras fibras, ya sea en el techo o en las paredes del fondo. Lo que se utiliza en auditorios profesionales son paneles de madera con perforaciones, y material absorbente interior, de manera que los agujeros rompen la onda acústica, permiten su introducción, y luego se absorben. Incluso tienen estudiado las longitudes de onda que se absorben en función del tamaño de los agujeros.
Romper la onda acústica es muy importante; para ello lo que se utiliza en los estudios de sonido es el romper el paralelismo de las paredes, achaflanar esquinas, y/o interponer paneles sobresalientes, en paredes y techo.
La forma final del local influye en su comportamiento acústico; hace años, en un local de techos muy altos, un poco por intuición, y guiados ciertamente por el Señor, diseñamos unas formas en paredes de cartón yeso y un techo de fibras con quiebros, de manera tal que estéticamente resultó una solución atractiva y acústicamente funcionó muy bien.
Resumiendo, el romper la onda acústica, evitar su rebote y absorberla son las claves de un buen acondicionamiento. En el sigo XX se comenzó a trabajar con cálculos acústico para prever el comportamiento acústico de los locales y salas de reunión.. Actualmente los ingenieros de sonido trabajan con programas informáticos en los que se introduce la forma del local y las características de los materiales de terminación, y simulan el comportamiento acústico pudiéndose proyectar de forma más sistemática el acondicionamiento de los mismos. Si no tenemos cuidado podríamos irnos al otro extremo y resultarnos un local muy “sordo” en el que el sonido se pierde y no se percibe suficientemente.
TÉCNICOS DE SONIDO
Otro tema que ya es tarea de los técnicos de sonido es la elección y disposición de medios de reproducción sonora, pues muchas veces tendemos a colocar grandes altavoces frente al “escenario” (perdón, estrado), lo que provoca que las personas que están cerca se queden abrumados con el sonido, y las que están lejos no escuchen bien, o no entiendan lo que se habla. Hoy por hoy podemos elegir soluciones con varias filas de altavoces de menor potencia, de forma que distribuimos la localización de la emisión sonora para que llegue todos los oyentes, y nadie se quede sordo
Sé que algunos profesionales del sector están leyendo estos artículos, y espero no escandalizar a ninguno; cualquier comentario será bienvenido. De todas formas, este es un artículo meramente divulgativo de experiencia que he ido acumulando, y no pretende esgrimir lo indicado como la única manera de solucionar la acústica; tampoco he querido dar nombres comerciales. Podríamos decir como en los anuncios de medicamentos, en caso de necesidad, CONSULTE A SU TÉCNICO”.
Y UN CONSEJO PERSONAL
Para terminar quiero resaltar que un pequeño esfuerzo puede hacer mucho, en varios sentidos.
Recientemente hemos realizado el aislamiento acústico de una pared y parte del techo de un local de culto, porque había un vecino que se quejaba del ruido. Se ha invertido un dinero, y ha costado un esfuerzo. Intencionalmente, un día se habló con el vecino y se le invitó a entrar al local, para que viera el trabajo que estábamos realizando para evitarle las molestias. Cuando lo vio se quedó impresionado, dijo que ese era el tipo aislamiento que se ponía en discotecas, y declaró directamente que seguro que con eso íbamos a terminar con el problema. El aislamiento ha reducido drásticamente el ruido transmitido, pero además, el vecino en cuestión ha sido impactado por el esfuerzo que hemos hecho tan sólo por él y su familia, y seguro que aunque todavía oiga remotamente algo del sonido del culto, será mucho más permisivo con ello.
Si sabéis que un vecino se queja o que os ha denunciado, mi consejo es: no lo despreciéis, ni lo ignoréis; id a buscarle, pedirle perdón y decirle que haréis lo que esté en vuestra mano para evitar el problema (lo cual debe ser verdad). Incluso, si es necesario, ceded provisionalmente en cuanto a horarios o utilización de ciertos instrumentos, hasta que podáis aislar por lo menos un poco. El hecho de presentarse y darse a conocer hace que las personas bajen muchas barreras, y puedan llegar a soportar un poco más, y por nuestra parte también nos hace conscientes de a quién estamos molestando.
Creo que un culto con menos decibelios en la alabanza pero con paz en el vecindario va a ser de mayor bendición que un culto en el que tengamos toda la “libertad” para alabar, pero en el que los vecinos nos estén maldiciendo.
Paz de Cristo
Si quieres comentar o