Tal como escribí la pasada semana, este 2012 ha sido declarado oficialmente “Año Unamuno”. Protestante Digital ha querido unirse al calendario con una serie de artículos en torno al genio vasco.
En esta segunda entrega analizamos
las relaciones entre Don Miguel y la Iglesia católica.
En un volumen de 678 páginas, coordinado por Domingo Ródenas, leemos: “La obra de Unamuno es inmensa y variada. Casi mil artículos periodísticos, más de ochenta relatos de diferente extensión, veintitantos volúmenes de ensayos, una decena de obras teatrales, numerosas conferencias y discursos, nueve libros de poesía, además de un nutridísimo epistolario aún no conocido por completo, son el resultado de más de medio siglo de escritura”. (3)
En 1946 el jesuita Quintín Pérez publica un libro titulado EL PENSAMIENTO RELIGIOSO DE UNAMUNO FRENTE AL DE LA IGLESIA.
Pérez pregunta para sus adentros: “¿Cómo está ese pensamiento (el de Unamuno) en relación con el de la Iglesia católica, que es el tradicional de España?”
Y responde para sus afueras: “El enunciado de Unamuno suena a herejía”. (4)
Esta obrita escandalizó en su día a los seguidores de Unamuno. Pero no tenía por qué. En realidad,
el pensamiento de Unamuno estuvo siempre frente al pensamiento de la Iglesia católica. Contra el pensamiento de esta Iglesia. Quintín Pérez no ha sido el único en denunciarlo. El que fuera obispo de Canarias por los años 50, Antonio de Pildain y Zapiain, apañó en un librito de 16 págs. que se vendía a dos pesetas, la pastoral que pronunció desde el púlpito catedralicio el 19 de septiembre de 1953 titulada D. MIGUEL DE UNAMUNO, HEREJE MÁXIMO Y MAESTRO DE HEREJÍAS. En opinión del señor obispo, “no hay, en España, en los tiempos modernos, ningún otro escritor que, continuando en llamarse cristiano de continuo, haya no sólo puesto en duda, sino negado pertinazmente tantos dogmas y enseñado tantas herejías como Don Miguel de Unamuno”. (5)
En apoyo de su tesis Pildain reclama la opinión de otro jesuita, González Caminero, calificado como “uno de los críticos de Unamuno más documentados y objetivos”, para quien el profundo pensador vasco fue “el mayor hereje español de los tiempos modernos”.
Cuántas y cuáles fueron las herejías que según los autores citados profesaba y propagaba Unamuno, las detalla largamente el autor canario Gabriel de Armas, Juez Fiscal Municipal, en el libro que publicó con el título UNAMUNO, ¿GUÍA O SÍMBOLO? En las páginas 121-126 el autor señala hasta 59 puntos heréticos en la obra de Unamuno. De haber vivido en tiempos de la Inquisición, nueve de ellos habrían bastado para ser sometido a tormentos o quemado vivo.
Del largo inventario de declaraciones anticatólicas que Marcelo de Armas atribuye a Unamuno, ofrezco aquí algunos ejemplos.
- Que en el Concilio de Nicea vencieron, como más adelante en el Vaticano, los idiotas, los ingenuos, los obispos cerriles y voluntariosos.
- Que al pueblo hay que darle fe en sí mismo y no dogmas; que los dogmas él se los haga y deshaga.
- Que los dogmas han matado la fe.
- Que la Dogmática Católica es un sistema de contradicciones, mejor o peor concordadas.
- Que el culto de la Santísima Virgen es un culto idolátrico a la Madre de Dios.
- Que el culto de la Virgen, la mariolatría, ha ido poco a poco elevando lo divino de la Virgen hasta casi deificarla.
- Que el pueblo no hace sino ensalzarla más y más alto, pujando por ponerla al lado del Padre mismo, a su igual, en el seno de la Trinidad, que pasaría a ser Cuaternidad, si no es ya que la identifica con el Espíritu Santo, como con el Verbo se identificó al Hijo.
- Que eso del reinado social de Jesucristo es la cantinela con la que nos vienen los jesuitas, los degenerados hijos de Iñigo de Loyola.
- Que derecho y deber no son sentimientos religiosos cristianos; y que después de Constantino nació esa cosa horrenda que se llama Derecho Canónico.
- Que el dogma jesuítico de la infalibilidad pontificia es un dogma militarista engendrado en el seno de una milicia, de una Compañía fundada por un antiguo soldado, por un militar.
- Que el culto del Sagrado Corazón de Jesús es el sepulcro de la religión cristiana.
- Que, para nacionalizar de veras a España, una de las cosas que más falta hacen es descatolizarla en el sentido en que cierto general español y sus consejeros y directores espirituales tomaban el catolicismo, y añadiendo que acaso haya otro sentido en que quepa decir que la Iglesia Católica Romana se está descatolizando, etcétera, etc.
El obispo Antonio Pildain concluye su denuncia contra Unamuno acusándolo de estar “descatolizando ciertamente y en el peor de los sentidos a millares de hijos de España”y calificándolo como “el más acérrimo enemigo de la fe católica de sus compatriotas”.
Expurgando textos de aquí y de allá en las obras completas de Unamuno se llega a la conclusión de que cuanto dicen Marcelo de Armas y el obispo Pildain es verdad. Unamuno atacó dogmas capitales de la Iglesia católica.
“Acaso se deba a la Inquisición –a la externa y a la interna, a la del Santo Oficio y a la de las costumbres- el que el catolicismo haya venido a ser en España una pura mentira”. (6)
“En cuanto se han hecho especialistas en religión –los sacerdotes- en lo que se debe ser más general y más común, el sentimiento religioso se ha falseado y se ha debilitado. Los dogmas han matado la fe, los misterios han sido ahogados por las explicaciones que de ellos se han dado”. (7)
“Tu fe es lo que tú crees teniendo conciencia de ello, y no lo que cree tu Iglesia. Y tu Iglesia misma no puede creer nada, porque no tiene conciencia personal. Es una institución social, no una fusión de almas”. (8)
“En el orden más íntimo, en el orden más entrañable, en el orden religioso, toda la miseria de esta pobre España, enfangada en toda clase de mentiras, es que se perpetúa una mentira: la mentira de que España sea católica”. (9)
3. Domingo Ródenas, 100 ESCRITORES DEL SIGLO XX, Editorial Ariel, Barcelona 2008, páginas 2-3.
4. Quintín Pérez, S.J., EL PENSAMIENTO RELIGIOSO DE UNAMUNO FRENTE AL DE LA IGLESIA, Editorial Sal Terrae, Santander 1946, página 2.
5. Antonio de Pildain y Zapiain, MIGUEL DE UNAMUNO, HEREJE MÁXIMO Y MAESTRO DE HEREJÍAS, Imprenta del Obispado, Las Palmas de Gran Canaria, 1953, página 3.
6. Obras Completas, tomo III, página 847.
7. Ibidem, página 864
8. Ibidem, página 864
9. Ibidem, página 863
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