Quiero dedicar ahora una serie de artículos a profundizar en aspectos técnicos y constructivos concretos. Comenzaremos con lo que se refiere a la protección contra el fuego, por la trascendencia que conlleva.
El fuego es un elemento destructor de la materia, genera humo tóxico por la combustión, y en gran parte del territorio nacional provoca las situaciones de emergencia de mayor gravedad en los edificios, (aparte de los lugares donde pueden ocurrir terremotos, inundaciones, etc).
En un local de culto las causas que pueden originar un incendio son principalmente chispazos eléctricos o problemas con aparatos de combustión (cocinas, estufas, etc).
La Normativa eléctrica exige que la instalación eléctrica esté realizada con cables especiales “libres de halógenos”, que en caso de incendio no emiten humos tóxicos. Además, debe tener las protecciones contra sobre-tensiones o contactos, de forma que ante una anomalía salten los interruptores y se interrumpa la corriente, disminuyendo el riesgo de incendio. Hay que extremar las precauciones con las instalaciones de gas para cocinas, calentadores de agua, etc. Igualmente hay que vigilar las estufas de gas, (o eléctricas) pues pueden ser causa de incendio. En ningún caso se deben cubrir, ni acercar a elementos inflamables (telas, plásticos, etc.)
La aparición de fuego en un recinto cerrado es peligroso para las personas que lo ocupan, ya que pueden sufrir quemaduras, y sobre todo debido al humo que se genera, que provoca un peligro de intoxicación y ahogamiento importante, y suele ser causa de desvanecimiento y muerte en muchos casos. En un incendio puede haber peligro de explosión de elementos inflamables. Además, los edificios pueden llegar a derrumbarse, al caer la estructura que lo soporta.
Por todo ello, la normativa hace hincapié en varios aspectos, todos ellos encaminados a permitir que en caso de incendio las personas que ocupan el edificio puedan evacuar el mismo, rápidamente y sin peligro, y que se pueda extinguir el fuego.
- Resistencia al fuego de las estructuras portante, (para garantizar que el edificio permanezca en pie el tiempo suficiente para una correcta evacuación del mismo)
- Separación y protección de materiales y productos con alto riesgo de combustión, o explosión.
- Materiales de terminación de suelos, paredes y techos, que deben ser tales que no ardan fácilmente y no emitan gases tóxicos.
- Delimitación de espacios que constituyan sectores de incendio, de forma que el fuego no se extienda a otras partes del edificio o a los colindantes.
- Garantizar vías de evacuación protegidas, con puertas y escaleras de tamaño adecuado al número de personas que deben ser evacuados, y que garanticen la eliminación del posible humo generado, la iluminación de emergencia, y la independencia de los sectores que están ardiendo.
- Disposición de extintores y otros medios de extinción, y en algunos casos detectores de incendio y alarma.
En España la Norma General que establece los requisitos técnicos de los edificios para la protección contra el fuego es el Código Técnico de la Edificación, en su Documento Básico DB SI, de Protección de Incendios.
Si nos fijamos en las indicaciones que son de aplicación para los locales de culto, podemos resumir lo siguiente:
1.-
Sector de incendios: el local de culto debe estar separado del resto del edificio por paredes, puertas, etc que tengan la resistencia al fuego suficiente para que en caso de incendio puedan contener el fuego un tiempo determinado, dependiendo de los caso, con un mínimo de 90 minutos. Para ello, basta con tener una pared de ladrillo hueco doble enfoscada o enlucida por ambas caras. Un forjado de hormigón armado también cumple. Además, determinadas estancias deben estar separadas del resto del local por paredes y puertas cortafuegos, por ejemplo, cuartos de calderas, cocinas industriales, determinados almacenes, garajes, etc.
2.-
Los materiales de acabado de paredes y techos, y los de suelos, deben ser tener una clasificación especial, (C-s2 d0, y EFL respectivamente), que significa que en caso de exposición al fuego no arden con llama, y no emiten gases tóxicos. Es importante que en caso de colocar ciertos acabados como telas, y otros revestimientos, pidamos certificado de la clasificación al fuego. Igualmente en los solados, y en los acabados de las sillas. El propósito es evitar que en caso de incendio se generen gases tóxicos, que provoquen la muerte de los ocupantes, antes de poder evacuarlos.
3.-
Las paredes medianeras, las fachadas y las cubiertas deben tener también cierta resistencia al paso del fuego, para evitar la propagación del posible incendio al exterior o a los edificios colindantes. Especial atención se requiere a las ventanas o lucernarios situados en las proximidades de edificios colindantes, o partes del mismo edificio con diferente uso (y que forman parte de otro sector de incendio).
4.-
Evacuación de ocupantes: este aspecto es muy importante. La Norma establece unos baremos de ocupación en función de la superficie, aunque en los locales de pública concurrencia con asientos, se permite el definir el número de personas en función de los asientos definidos en proyecto. En caso contrario se debe calcular la ocupación a efectos de evacuación como de 2 personas / m2 en la sala, y de 0,5 personas / m2 en vestíbulos y similares.
5.-
Salidas: Es importante tener en cuenta que si en el local hay algún recorrido de evacuación (distancia desde el punto más alejado hasta la salida) que supera los 25 m, es requerido disponer de una segunda salida alternativa, para caso de emergencia. También en el caso de que en la sala haya una ocupación de cálculo mayor de 100 personas. Este punto es muy determinante, pues en caso de no disponer de fachada en otro lateral aparte del principal, exige la construcción de un pasillo independiente desde el punto donde sea necesario instalar la nueva puerta hasta la fachada, y ocupará mucho espacio en el local. En edificio de iglesias con varias plantas, hay que tener cuidado, pues si todas están comunicadas directamente hay que cumplir este requisito desde la planta más elevada. En caso de disponer de una escalera con puertas resistentes al fuego en cada planta la distancia se mide hasta la salida de planta, y no hasta el exterior.
6.- Con el número de ocupantes calculado se dimensionan
los pasillos, puertas y escaleras. Las puertas se deben dimensionar con un ancho de nº personas / 200, y un mínimo de 0,80 m. Aunque es conveniente, no en todos los casos se exige que la puerta abra hacia afuera, sino sólo cuando el número de personas que deban atravesarla en caso de emergencia sea mayor de 50 personas de un solo recinto, o de 100 cuando se trate de varios recintos. En esos caso deben disponer de sistemas de apertura sin cerradura, tipo barra de emergencia. En algunos casos se exigen ciertas condiciones a las escaleras, de compartimentación y ventilación para extracción de humo en caso de incendio.
7.-
Medios de protección contra incendios: Es requerido disponer de extintores de polvo seco, (21A - 113B) de modo que no haya más de 15 m desde cualquier punto del local a un extintor. Si la superficie es mayor de 500 m2 deben instalarse Bocas de Incendio Equipadas y sistema de alarma. Si se excede los 1.000 m2 hay que instalar sistema de detección de incendios. En algunos casos se exige otras instalaciones para uso de bomberos (hidrantes exteriores y columna seca).
8.-
Señalización: Otra vez encaminado a permitir la adecuada evacuación y el uso de los medios de protección, deben colocarse señales normalizadas luminiscentes en las salidas y los recorridos de evacuación (importante en puertas que no conduzcan a la salida se señaliza NO SALIDA). También los extintores y demás medios de protección deben estar señalizados para su correcta localización en caso de emergencia.
9.-
Resistencia al fuego de la estructura: como adelantábamos más arriba, la estructura debe poder mantenerse en pie el tiempo determinado para poder evacuar las personas y extinguir el incendio, normalmente 90 minutos. En caso de estructura metálica o de madera hay que revestirlas para poder conseguir esta resistencia. Las cubiertas ligeras deben aguantar al menos 30 minutos, por lo que deben ir revestidas o cubiertas con falso techo etc.
10.-
Otros. Hay que tener en cuenta que en caso de incendio se apagará la iluminación habitual, por lo que es muy importante la instalación de
lámparas de emergencia que , evitarán el pánico y permitirán la evacuación de los ocupantes y el uso de los medios de protección.
En general no tiene por qué haber un incendio en un local de culto (y Dios cuida de sus hijos), pero debemos disponer de la protección requerida en la Norma. Hay que prestar especial atención a los posibles focos de incendios, (cocinas, estufas de gas, etc), a los materiales de acabados para evitar emisión de gases tóxicos en caso de incendio, y a las vías de evacuación, que no deben obstruirse con objetos y deben estar dotadas de iluminación de emergencia. Es vital el poder atacar cualquier conato de incendio en su origen, antes de que se propague, por lo que la disposición de extintores es crucial.
Como responsables de los locales de reunión que regentamos debemos tomar todas las precauciones para evitar la aparición de fuego, y plantearnos qué ocurriría en caso de incendio, para verificar que la totalidad de los ocupantes podrían evacuar el local sin peligro. Por ejemplo, la Norma exige condiciones especiales para la evacuación de minusválidos en determinados tamaños de edificios y alturas de evacuación, y nosotros podemos crear las condiciones para que personas de movilidad reducida tengan sitios cerca de la salida, y haya personas que les ayudaran en caso de emergencia.
Cuando el local ya tenga cierto tamaño y complejidad, con varias alturas y salidas, etc, no estará de más el capacitar algunas personas para actuar como facilitadotes en caso de incendio, (en algunos casos se exige un Plan de Autoprotección), y realizar alguna sesión informativa para el general de los asistentes, además de colocar los preceptivos carteles informativos.
En caso de emergencia uno de los mayores problemas que pueden surgir es el pánico de las personas que están dentro, que en ocasiones actúan de forma violenta y desordenada. Esto puede provocar la aglomeración, agolpamiento, aplastamiento, etc. Por ello en algunos lugares exigen que las sillas de las salas de reunión estén fijadas al suelo, o al menos unidas entre sí, de forma que en caso de emergencia no se desordenen y amontonen, obstruyendo las vías de evacuación y dificultando el desalojo.
Hemos visto casos de concentraciones religiosas de otras culturas que han acabado en tragedia por las avalanchas humanas que se han formado ante la aparición de una emergencia. Las personas se olvidan en ese momento de la moral, la ética y la religión, y pueden llegar a actuar guiados por el más primitivo y egoísta instinto de supervivencia.
Esperamos y deseamos que en ningún local de culto evangélico ocurra algo semejante. Primero que no vaya a surgir ningún incendio. Y en caso de emergencia, que no fuera a aflorar esa naturaleza animal, diabólica, olvidando que somos hijos de Dios, sino que actuáramos “como un solo hombre”, en el amor de Jesús y la unidad del Espíritu Santo. También en las emergencias hemos visto los mayores actos de generosidad, heroísmo y entrega por el prójimo, que demuestran que somos hechos a imagen y semejanza de Dios.
¡Que el único fuego que haya en nuestros locales de culto sea el fuego del Espíritu Santo que desciende del cielo, y arde en nuestro corazones!
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